Me he gastado 60 euros en comer totalmente a oscuras en Madrid y esta ha sido mi experiencia

Hannah Docter-Loeb
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'Dans le Noir' es un restaurante donde se come totalmente a oscuras en Madrid.
'Dans le Noir' es un restaurante donde se come totalmente a oscuras en Madrid.Hannah Docter-Loeb
  • Durante mi visita a Madrid, por mi cumpleaños, he comido en un restaurante completamente a oscuras.
  • No puedes llevar el teléfono al comedor y no sabes en ningún momento lo que estás comiendo.
  • La experiencia ha sido algo cara, pero también totalmente única y ha valido la pena. 

Cuando le conté a mis amigos que pasaría el día de mi cumpleaños cenando en plena oscuridad, comenzó el bombardeo de preguntas.

Siempre me había fascinado la idea de poder cenar en la oscuridad, idea que venían totalmente influenciada por las escenas de En la boda de mi hermana y Una cuestión de tiempo. Pero resulta que esto existe más allá de la gran pantalla. 

Desde 1999, cuando Blindekuh abrió en Zúrich, han ido apareciendo restaurantes donde se come a oscuras en todo el mundo, especialmente por Europa.

Al ver que había uno en Madrid, que era donde iba a pasar unos días por mi cumpleaños, decidí que sería una oportunidad perfecta para ver si el concepto y la experiencia estaban a la altura de mis expectativas. 

El restaurante estaba un poco alejado de todo

En Madrid, Dans le Noir está escondido en una callejuela, a mitad de camino entre el Palacio Real y la Plaza Mayor.

Aunque yo me esperaba que estuviera en una calle principal, me di cuenta de que el aislamiento tenía sentido.

Dans le Noir está en una callejuela del centro de Madrid.
Dans le Noir está en una callejuela del centro de Madrid.Hannah Docter-Loeb

No está destinado a ser el tipo ese lugar que te encuentras por la calle y decides entrar. Aunque algunos de los comensales que estaban allí comentaron que tomaron la decisión de ir ese mismo día. 

El personal está capacitado para hablar en diferentes idiomas y todos tienen algún tipo de discapacidad visual

Según la web de Dans le Noir, el personal del restaurante es "ciego o tiene alguna discapacidad visual".

El jefe de sala enfatizaba que, dentro del restaurante, los comensales son los que experimentan esa discapacidad y no los camareros. 

He de decir que tuvieron mucha paciencia con la barrera del idioma, cosa que no había tenido en cuenta hasta que fui a Madrid.

Mis habilidades para defenderme español son bastante buenas (o eso creía) y fui con una amiga que lo habla con fluidez, pero ambas estábamos un poco nerviosas. Por suerte, nuestro anfitrión sabía inglés y nos preguntó en qué idioma preferíamos comunicarnos.

No entras al restaurante y te sumerges en la oscuridad al momento

La primera sala: una zona de bar con luces.
La primera sala: una zona de bar con luces.Hannah Docter-Loeb

Antes de bajar a degustar el menú, el anfitrión explica a todos los comensales el concepto del restaurante y responde cualquier pregunta que puedas tener.

Esta conversación se lleva a cabo en un área totalmente iluminada justo a la entrada del restaurante, que incluso tiene su propio bar. 

Es un menú degustación, pero hay diferentes opciones y precios

No vas a saber lo que estás comiendo hasta que termines, porque adivinarlo forma parte de la experiencia, pero hay diferentes opciones de menú. 

El menú sencillo: que incluyen un primer plato y un segundo por 40 euros, sin bebidas, o el menú completo con 2 bebidas por 60 euros (los precios varían en función de las bebidas que elijas y si tomas un entrante por 5 euros más).

No sabes nada del menú hasta después de la cena.
No sabes nada del menú hasta después de la cena.Hannah Docter-Loeb

Para aprovechar al máximo la experiencia, nos decidimos por la opción más cara, ¡qué para eso era mi cumpleaños!

Este consistía en una copa de cava antes de la cena, primer plato, segundo, postre y 3 copas de "vino sorpresa". 

No se permiten teléfonos móviles en el comedor 

No te va a servir de nada sacar fotos en la oscuridad, así que el restaurante aconseja no llevar nada contigo que irradie luz para asegurarte de no ver nada y vivir la experiencia totalmente inmerso.

Había taquillas en la planta baja donde puedes dejar todos los dispositivos, relojes, tu bolso, la cartera... lo que necesites.

Dejamos nuestros móviles y otras pertenencias en las taquillas.
Dejamos nuestros móviles y otras pertenencias en las taquillas.Hannah Docter-Loeb

Aprovechamos ese momento para ir al baño porque, como nos explicaron, aunque puedes ir en mitad de la cena, arruina un poco la experiencia.

No cenamos solos

Cuando llegó el momento de sentarnos, nos alinearon en una fila de la que te agarrabas como si se tratara de una conga y nos llevaron al comedor a oscuras.

Mi amiga y yo estábamos separados en la fila, por lo que pensé que separarnos quizás era a propósito y formaba parte de la experiencia, pero cuando nos sentaron nos dimos cuenta de que estábamos una frente a otra. Eso sí, no estábamos solas.

Compartimos mesa con 2 chicas que estudiaban en Madrid pero que eran de Italia e Inglaterra, por lo que pudimos hablar inglés con ellas durante toda la cena.

La comida fue muy interesante y no necesitamos ningún cubierto 

Cada plato tenía sabores y texturas muy interesantes, pero no teníamos ni idea de lo que era mientras comíamos.

El restaurante, tiene una política bastante estricta sobre no tomar fotografías del menú, que varía de una temporada a otra, para que sea una sorpresa para todas las personas que quieran disfrutar de la experiencia.

La comida tampoco requería cubiertos (probablemente por razones de seguridad), y sin duda, ha sido una de las cosas más divertidas de la experiencia: poder poder comer con las manos sin sentirte juzgado.

Una vez terminamos y encendieron las luces, nos explicaron qué habíamos comido y bebido durante la cena.

Ha sido una noche inolvidable y créeme: es más difícil adivinar lo que estás comiendo de lo que piensas

Es algo caro, pero la experiencia lo merece.
Es algo caro, pero la experiencia lo merece.Hannah Docter-Loeb

No tengo olfato desde que nací, así que ya sabía que entraba en esta experiencia con desventaja, pero es que incluso mi amiga, con el sentido del olfato perfecto, no era capaz de reconocer o distinguir algunos alimentos.

De hecho, al comienzo de la noche, nos contaron que la mayoría de la gente no es capaz de distinguir entre vinos tintos, blancos y rosados. Por supuesto, aunque estábamos decididos a formar parte de esa minoría, totalmente convencidos de que sabríamos distinguirlos, fallamos por completo. 

Así que, como resumen final: salimos llenos, un poco borrachos y asombrados por la experiencia que acabábamos de vivir.

Obviamente no es el tipo de cosas que puedas hacer todos los fines de semana, ya que es un poco caro en comparación con los precios medios de Madrid, pero para ocasiones especiales, puede ser una gran experiencia.

Siempre recordaré al grupo de extraños con el que cenamos cantándome Feliz Cumpleaños en completa oscuridad. 

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