Trabajé en Louis Vuitton y allí detectábamos bolsos falsos todo el tiempo: esto es lo que hacíamos cuando los clientes intentaban devolverlos

Shelley Alvarado trabajó en Louis Vuitton durante cinco años y dice que le apasionaba el producto, y que podía detectar fácilmente los bolsos falsificados.
Shelley Alvarado trabajó en Louis Vuitton durante cinco años y dice que le apasionaba el producto, y que podía detectar fácilmente los bolsos falsificados.

Edward Berthelot/Getty Images

  • Shelley Alvarado trabajó durante cinco años en la tienda Louis Vuitton de Topanga, (California, Estados Unidos).
  • Todos los empleados recibían formación para detectar los signos de que un bolso Louis Vuitton era falso.
  • Los clientes eran de todo tipo, y las reacciones de las amistades sobre dónde trabajaba eran dispares.

Este artículo se basa en una conversación con Shelley Alvarado, ejecutiva de cuentas y antigua empleada de Louis Vuitton en Los Ángeles. El texto ha sido editado por razones de extensión y claridad.

Quería dedicarme al mundo de la moda, y la venta al por menor de artículos de lujo me pareció una gran oportunidad.

Mientras estudiaba, trabajé en dos conocidas tiendas de lujo. Un día, una amiga y yo estábamos en el centro comercial Topanga Mall, en Topanga (California, Estados Unidos), y me di cuenta de que en primavera abriría sus puertas una tienda Louis Vuitton.

Tenía un contacto que me ayudó a conseguir una entrevista. Conseguí el puesto y acabé trabajando allí de 2009 a 2014.

Me apasionaba la marca y llegué a tener algunos productos de LV, desde bolsos hasta pantalones cortos y bañadores.

En Louis Vuitton aprendí mucho sobre atención al cliente y su experiencia. También aprendí sobre el proceso de creación de productos de lujo y cómo detectar una falsificación.

Empecé como dependienta a tiempo parcial

Alvarado durante su etapa en Louis Vuitton.
Alvarado durante su etapa en Louis Vuitton.

Cortesía de Shelley Alvarado

Cuando me contrataron, participé en un programa de formación de una semana en el que conocí la historia de la empresa, la colección actual y el proceso de creación del producto.

Empecé como dependienta a tiempo parcial y fui ascendiendo hasta llegar a encargada. Mis responsabilidades consistían en abrir y cerrar la tienda, comprobar los informes de ventas, fijar los objetivos de ventas diarios y atender a cualquier cliente que lo solicitara.

Me propuse aprender todo lo que pudiera sobre el producto, las operaciones y el servicio posventa o las reparaciones. Incluso aprendí a grabar los pequeños artículos de cuero y a hacer pequeñas reparaciones en la tienda.

Un año, por mis buenos resultados de ventas, me invitaron a tomar unas copas en la azotea de la tienda de Rodeo Drive, seguidas de una cena en Mastro's. También me dieron un regalo especial: un portapasaportes con mis iniciales grabadas en su interior.

An Alligator birkin bag by Hermes in auction at the Christie's seasonal Handbag and Accessories Auction at the Hong Kong Convention and Exhibition Centre.

Trabajé con todo tipo de clientes

Traté con gente de todas las profesiones y condiciones sociales, así que no hay una respuesta única para describirlos a todos.

La gente compra artículos de lujo por muchas razones. A algunos les gustan de verdad aquellos productos que pueden durar toda la vida, a otros les divierte poseer algo que parece exclusivo e inalcanzable para los demás, y a algunos simplemente les gusta invertir en artículos de lujo con los ingresos que han conseguido con esfuerzo.

Cuando yo trabajaba allí, se podía comprar un bolso desde 600 dólares (un Speedy) hasta 24.000 (los más exóticos de piel de cocodrilo o avestruz). Cuando me fui, los precios habían subido y los bolsos más baratos costaban ya unos 1.200 dólares.

En una ocasión, un DJ vino en busca de un par de maletas y compró unas cuantas de Pégase, que costaban más de 3.000 dólares cada una. Nunca olvidaré cuando me dijo que había sido un vagabundo antes de que su carrera despegara y que nunca había soñado con comprar artículos tan extravagantes.

Un encargado de la tienda de Rodeo Drive me contó otra anécdota: una noche, cuando la tienda estaba a punto de cerrar, recibieron una llamada con un pedido especial y les dijeron que una princesa iba a pasar por allí. El personal se acercó a preparar mesas con comida y bebida. Al parecer, la princesa estuvo comprando hasta pasada la medianoche, probándose artículos y seleccionando los productos que quería. Me dijeron que el total gastado fue de millones.

Muchos clientes intentan devolver artículos falsos

La empresa concentró sus esfuerzos en formar a los empleados para que comprendieran la calidad y la elaboración de los productos de LV, de modo que supiéramos distinguir la mercancía real de la falsa.

Si alguien venía y nos pedía que autentificáramos un producto, se nos formaba para decirle que su producto era "producto Louis Vuitton" o "no es producto Louis Vuitton". Nos aconsejaron que no dijéramos "auténtico" o "falso" para evitar posibles conflictos si un cliente se enfadaba.

Si un dependiente no estaba seguro, preguntaba a su jefe, pero yo siempre lo sabía porque me tomaba mi tiempo para familiarizarme con el producto y los materiales.

Una vez vino una mujer y me pidió un cambio. Sacó dos bolsos y me di cuenta de que uno era de pésima calidad. En cuanto vi los bolsos, supe que no eran auténticos y tuve que darle la mala noticia. Los cogió y se fue.

En otra ocasión, una chica joven vino con una amiga a devolver o cambiar un bolso que, sin duda, no era de LV. Mi encargada se dio cuenta desde el otro lado de la habitación y negó con la cabeza cuando le enseñé el bolso.

Tuve que decirle educadamente a la joven que no era un producto Louis Vuitton, e inmediatamente llamó a su padre por teléfono para decirle que estaba en una tienda Louis Vuitton y que le habían dicho que era "falso". Entonces ella y su amiga se marcharon.

Superfakes

Tenía la sensación de que podía detectar una falsificación en cualquier sitio

Detectaba productos falsos en todas partes: cuando estaba cenando, de vacaciones, en las redes sociales e incluso en reality shows o películas.

Un detalle que lo delata de inmediato es el color del producto. Hay una riqueza de color en el producto real que no parece evidente a primera vista, pero una vez que se comparan los materiales se nota perfectamente la diferencia.

Cuando tienes el producto en la mano y lo ves todos los días, puedes distinguir ciertos detalles. Si palpas los materiales, reconocerás lo que parece lujoso y lo que parece áspero y barato.

Cada producto está hecho a mano, y se supone que las puntadas son muy precisas

Los productos falsos tienen costuras que parecen hechas con prisas, así que es fácil notar la diferencia. Los productos de tela recubierta con el logotipo tienen un tacto distinto: son un poco flexibles cuando son nuevos y, con el tiempo, tienden a endurecerse y, a menudo, a agrietarse.

Se supone que la piel natural que acompaña a los bolsos con el logotipo se curte con el tiempo -simbolizando el viaje que has hecho- y que la pintura roja de los bordes del asa del bolso se oscurece ligeramente. Parece marrón, pero en realidad es el color que se supone que adquiere después de llevar el bolso.

Mi trabajo generó reacciones encontradas

Cuando contaba a amigos y familiares que trabajaba en LV, algunos me pedían en broma que compartiera con ellos mi descuento y les ayudara a comprar el producto, pero eso nunca ocurría.

Algunos se sentían confusos y me preguntaban sin saber por qué no estaba aprovechando mi carrera. Otros decían que parecía un lugar "glamuroso" para trabajar.

Desde mi época en LV, las falsificaciones han mejorado, pero creo que siempre hay detalles que no se pueden comparar con el producto real.

Después de cinco años, lo dejé porque quería dedicarme al mundo de las relaciones públicas y conseguí un puesto en una agencia de comunicación tecnológica de reciente creación.

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