Así limito la relación de mis hijos con la tecnología: una experta en el tiempo que hay que pasar frente a las pantallas comparte su experiencia

Anya Kamenetz, escritora y experta en tiempo frente a pantallas.
Anya Kamenetz, escritora y experta en tiempo frente a pantallas.

Cortesía de Anya Kamenetz

  • Una experta en el tiempo que hay que pasar frente a las pantallas asegura que limita la relación de sus hijos con la tecnología a 30 minutos en los días de entre semana. 
  • Afirma que los padres deben establecer pautas sobre el uso de las pantallas y que tienen que comunicárselas con claridad a sus hijos, ya que, pasar demasiado tiempo frente a un dispositivo puede frenar su desarrollo social.

El uso de pantallas en la infancia ha aumentado un 52% desde la pandemia, un incremento que hace que sea más importante que nunca alejar a los niños del iPad.

Limitar el tiempo de pantalla en la infancia es importante porque varios estudios han demostrado que los dispositivos tecnológicos funcionan como un "chupete emocional" que distrae a los niños de emociones difíciles, como el aburrimiento

Esta es la postura que defiende Anya Kamenetz, autora de El arte del tiempo frente a la pantalla: cómo tu familia puede conciliar los medios digitales y la vida real y autodenominada experta en tiempo frente a la pantalla.

Además, pasar demasiado tiempo online puede obstaculizar el desarrollo de habilidades conversacionales y la capacidad de aprender a interpretar señales sociales, una tendencia cada vez más común, según explicaba recientemente una psicóloga especializada en adolescentes a Business Insider

"No solo los niños, sino también los adultos tienden a utilizar las pantallas para evadirse", indica Kamenetz a este medio de comunicación. "Cuando tus hijos se vuelven realmente dependientes de las pantallas, para ellos es difícil participar en otras actividades con la familia o probar cosas nuevas". 

Parte de alcanzar el éxito durante la crianza consiste en establecer pautas sobre el uso de las pantallas, sostiene esta experta, que reconoce, eso sí, que no existe una regla universal para el tiempo que deben pasar los niños frente a la pantalla. Según Kamenetz, las familias deben tener en cuenta sus propios valores y su estilo de vida a la hora de diseñar sus planes. 

La escritora comparte abiertamente su enfoque a la hora de establecer el tiempo frente a la pantalla y las conversaciones que mantiene con sus 2 hijas, de 6 y 11 años, para ayudar a los padres a establecer sus propias reglas.

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Compagina los vídeos de YouTube con audiolibros y baile

Kamenetz esperó a que sus hijas cumpliesen 2 años para introducir la televisión y solo les permite ver vídeos de YouTube los sábados. 

Sus hijas pasan unos 30 minutos frente a las pantallas entre semana, antes y después del colegio, pero las actividades extraescolares y los deberes de la escuela las mantienen ocupadas la mayor parte del tiempo. Si su hija mayor pasa tiempo con sus padres viendo la tele, Kamenetz lo cuenta como "tiempo compartido" con ellos y no como tiempo de pantalla.

Aunque sus hijas utilicen pantallas los sábados, Kamenetz intenta compensar el tiempo que pasan frente a ellas con actividades prácticas, como ir al parque, montar en bicicleta, dibujar, bailar, leer o jugar con juguetes de construcción.  

El confinamiento pandémico llevó a la experta a modificar ligeramente sus normas, ya que sus hijas no podían quedar para jugar ni pasar tanto tiempo haciendo actividades fuera de casa. "Por supuesto, veían más televisión y jugaban más a videojuegos de lo que yo habría permitido en cualquier otro momento", apunta Kamenetz.

Aun cuando se den estas excepciones y las reglas cambien, la autora expresa que lo importante es que los padres dejen claro cuáles son esas normas y por qué se aplican de esa forma. De ese modo, los niños no se sentirán confusos o frustrados si sus padres aceptan que un día pase más tiempo frente a las pantallas, pero al día siguiente le dicen que no, explica.

 

Durante la pandemia, Kamenetz cuenta que su hija menor recurría a vídeos de YouTube de ritmo lento, y su hija mayor empezó a jugar a Minecraft y a Roblox para conectar con sus amigos, ya que ambos videojuegos permiten el uso del multijugador online.

Para mantener a sus niñas ocupadas, la experta les puso vídeos de clases de dibujo y "muchos audiolibros", que a día de hoy sigue utilizando.

Hace poco, Kamenetz le compró un smartphone a su hija mayor, ya que va a empezar a ir sola al colegio. La escritora es consciente del efecto que pueden tener las redes sociales en el tiempo que pasa su hija frente a las pantallas, pero asegura la niña —de 11 años— es demasiado joven para eso y principalmente utiliza el teléfono para enviar mensajes a sus amigos.

Los padres deben reconocer que pueden cometer errores en lo que respecta a las normas sobre el tiempo frente a la pantalla, según Kamenetz, y también deben estar preparados para disculparse si es necesario.

"[Debes] darte cuenta de que no vas a conseguir hacerlo perfecto todo el tiempo, pero espero que tengas la oportunidad de realizar cambios cuando lo necesites. Creo que eso es muy importante", concluye Kamenetz.

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