El plan de la NASA de 3.500 millones de dólares para salvar a la Tierra de un apocalipsis supervolcánico

  • El Parque Nacional de Yellowstone se encuentra en la cima de un enorme supervolcán que se considera una de las mayores amenazas volcánicas del país norteamericano.
  • Mientras que los expertos estiman que una supererupción podría no ocurrir hasta dentro de unos pocos millones de años, los científicos de la NASA llevaron a cabo un experimento para determinar cómo podríamos evitar la erupción del Yellowstone.
  • Su hipotético plan consiste en enfriar el volcán bombeando agua fría a través de una serie de pozos alrededor de su propio perímetro.
  • Si se lleva a cabo, el escenario podría salvar a la Tierra de un Apocalipsis supervolcánico
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Hay un volcán bajo el Parque Nacional de Yellowstone. Pero no es un volcán cualquiera. Tiene cientos de metros de profundidad, es más grande que el estado de Rhode Island y es capaz de crear erupciones mil veces más violentas que cualquier otra que ya hayamos presenciado. Es un súpervolcán. Es uno de los tres de Estados Unidos y está considerado como la mayor amenaza volcánica del país. 

Si el volcán de Yellowstone entrara en erupción, sería una catástrofe. La erupción dispararía una columna de ceniza al aire, sería más alta que el Monte Everest, cubriendo las ciudades cercanas con más de un metro de ceniza y creando nubes gigantescas que bloquearían el sol durante décadas. En último lugar, las temperaturas globales bajarían, las plantas morirían y la agricultura fracasaría. De hecho, la ONU estima que el mundo entero se quedaría sin alimentos en poco más de dos meses.

Yellowstone tiene un historial de erupciones como esta. Ha entrado en erupción tres veces en los últimos 2, 1 millones de años. Eso es aproximadamente una vez cada 600.000 años. ¿Cuándo fue la última vez que entró en erupción? Hace unos 600.000 años. Pero, a pesar de lo que estos sensacionales titulares puedan hacerte pensar, Yellowstone no va a entrar en erupción mañana o incluso dentro de 1.000 años. De hecho, los científicos estiman que otra súper-erupción podría no ocurrir en unos pocos millones de años o más o menos. O con un poco de ingenio científicos, podríamos hacer que Yellowstone no volviera a estallar nunca más.

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Esa fue la idea detrás de un experimento que varios científicos de la LJP de la NASA realizaron en 2015. ¿La idea? Enfriar el volcán. Después de todo, el calor es lo que a menudo  es el primero en causar las erupciones volcánicas. Se eleva desde el núcleo de la Tierra y se acumula dentro de la cámara volcánica hasta que un día la presión es tan grande que explota. Y Yellowstone no es diferente. Cada año, produje suficiente calor como para alimentar seis plantas de energía industrial. Entre el 60% y el 70% de ese calor se escapa a través de las aguas termales y los géiseres como el de Old Faithful. Pero el resto permanece bajo tierra, dentro de las cámaras de magma del supervolcán. Y es aquí donde los científicos organizarán el ataque. Cuando se dé el momento, proponen perforar una serie de pozos alrededor del perímetro del supervolcán. Algunos de los pozos serían de los más profundos del mundo, alcanzando hasta 10 km por debajo de la superficie. Bombearían agua fría en los pozos, lo que con el tiempo enfriaría un anillo de rocas alrededor de la cámara de magma. Algo así como la forma en el que el refrigerador de tu coche disminuye el calor del motor. Y lo que es más, el agua se calienta a unos 340 grados centígrados a medida que pasan por la cámara. Por lo tanto, el plan es volver a pasarla a través de los pozos y utilizarla para impulsar un generador eléctrico, que podría alimentar el área circundante durante decenas de miles de años, transformando Yellowstone en una gigantesca central de energía geotérmica. Y como fin último, apagándose a sí mismo.

Los científicos concluyeron que sí, en teoría, esto podría funcionar. Pero, ¿lo intentaremos alguna vez? Probablemente no. Por un lado, habría que extraer 20 gigavatios de energía para enfriar el volcán a una temperatura segura, lo que llevaría unos 16.000 años desde el principio hasta el final. Sin mencionar que el plan costaría 3.460 millones de dólares. Eso es cerca del 20% del presupuesto anual de la NASA. Peor aún, el enfriamiento de las rocas podría crear fracturas cerca de la cámara del magma, lo que podría desencadenar una supererupción, lo que se está tratando de evitar a toda costa. Pero por suerte para nosotros, el volcán sigue durmiendo. Y probablemente así seguirá durante un tiempo

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