Algunos trabajadores tienen miedo de que la inteligencia artificial les quite el trabajo.

Recientemente, Arram Sabeti, artista e inversor, tuiteaba acerca de la inteligencia artificial general (IAG): "Me da miedo la IAG. Resulta confuso cómo la gente puede menospreciar tanto el riesgo que supone".

Para los miembros de la generación Z que se están incorporando al mercado laboral, el auge de la IA les puede parecer especialmente problemático.

Estas personas son la generación de empleados más joven en activo, con lo cual, tienen por delante más años de carrera que el resto de generaciones. Esto significa que es probable que toda su carrera profesional se vea transformada por la inteligencia artificial. 

El amplio alcance de la IA generativa parece haber estallado de la noche a la mañana y muchos trabajadores no han recibido formación sobre cuándo y cómo deben utilizar esta tecnología. Además, muchos líderes empresariales todavía se encuentran elaborando directivas en ese sentido.

Sin embargo, al ser nativos digitales, los zeta cuentan con una serie de ventajas para sobrevivir y prosperar en esta nueva economía impulsada por la inteligencia artificial. 

Han crecido con la tecnología y las capacidades tecnológicas en desarrollo van a permitir a esta generación —y a otros muchos empleados— dejar atrás algunas de sus tareas más mundanas. Esto puede ofrecerles más tiempo y energía para dedicarle al trabajo creativo, innovador y estimulante a aquellos que sean expertos en el uso de la IA. 

La generación Z y los 'millennials' se sienten confundidos, irritados y excluidos por la interminable jerga laboral de la oficina

Siempre que estos jóvenes sigan estando activos y siendo flexibles, van a tener potencial para prosperar en un entorno en el que la mano de obra esté impulsada por la inteligencia artificial.

"Si eres nuevo en el mundo laboral, lo fundamental es que te des cuenta de que ahora mismo se están redefiniendo todos y cada uno de los puestos de trabajo", indica Alexander Kvamme, CEO de Pathlight, una empresa de software que utiliza la IA para mejorar el servicio de atención al cliente y el rendimiento de los equipos a través de los datos. 

"Hay que pensar de forma creativa y reflexiva sobre cuál es el resultado que quiere la organización y cómo lograr ese resultado utilizando las nuevas herramientas disponibles".

Aunque a algunas personas les produzca ansiedad la llegada de la inteligencia artificial, el número de profesores y de estudiantes interesados en aprender nuevas tecnologías es elevado, afirma Erin Reilly, directora de innovación y emprendimiento del Moody College of Communication de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos).

"El factor miedo tiene que ver con que no sienten que se les esté enseñando a utilizar esas herramientas en clase para estar preparados", explica Reilly.

La inmensidad de la inteligencia artificial dificulta su docencia

Los casos de uso de la IA son tan amplios que van mucho más allá de los confines de la informática y la programación, asegura la directora de innovación de la Universidad de Texas: "Requiere que muchas disciplinas diferentes se unan y formen lo que a mí me gusta llamar un equipo colaborativo de buscavidas, hackers y diseñadores, que teoricen sobre cómo puede ser el futuro".

Reilly y su equipo han trabajado con los departamentos de enfermería, comunicación, arquitectura, filosofía e inglés de su universidad. 

"Como esto afecta a tantos ámbitos y sectores diferentes, tenemos que dar un paso adelante y pensar en iniciativas más amplias e interdisciplinarias en las universidades", apunta. "No se trata de que un solo campo resuelva este problema. Todos tenemos una pequeña parte del pastel y por eso es muy difícil impartirlo si solo lo enseñas desde tu dominio".

La agilidad es clave para evitar que la IA te sustituya

Reilly no cree que la inteligencia artificial vaya a sustituir a los humanos en el trabajo, y sus alumnos tampoco suelen tener ese miedo, expresa. Pero es importante mantenerse activo, aprender y experimentar con las nuevas tecnologías para labrarse una carrera. 

Por ejemplo, comprender el funcionamiento de los modelos de IA se convertirá en un trabajo cada vez más popular. 

"Es muy difícil entrenar un modelo", señala la experta. "Saber mantener esas conversaciones y entrenar un modelo son habilidades nuevas", argumenta, y añade que los prompt engineer se están convirtiendo en profesionales muy demandados.

Kvamme, el CEO de Pathlight, defiende que los trabajadores que no se adopten a la inteligencia artificial corren el riesgo de quedarse atrás en sus carreras. "No se puede competir por un puesto de trabajo con personas expertas en el uso de esta tecnología sin haberla utilizado uno mismo", concluye. "La buena noticia es que es fácil de aprender, pero hay que subirse al carro".