Descubre a los líderes sindicales que están impulsando una nueva ola de movilización laboral en gigantes como Amazon o Starbucks

Abby Wallace,
Líderes sindicales

Alycee Byrd/Simon Simard/Meron Menghistab/Erika Ramirez/Joe Martinez para Insider

La base de la campaña de Derrick Palmer era una parada de autobús de Staten Island.

Durante casi un año, se instaló en la parada día y noche con 2 mesas y una tienda de campaña, junto con otros líderes del sindicato Amazon Labor Union.

Hacían hogueras y esperaban a las 4 de la mañana a los trabajadores que salían del turno de noche en el JFK8, el principal centro de distribución de Amazon en Nueva York (donde Palmer trabaja como empaquetador), para animarles a firmar para apoyar a un sindicato.

En los días de invierno con más viento, la carpa salía volando.

Pero sus esfuerzos se vieron recompensados en abril de este año, cuando el JFK8, que cuenta con más de 8.000 trabajadores, se convirtió en el primer y único almacén de Amazon en Estados Unidos en sindicalizarse tras una votación. Se trata de un proceso para establecer formalmente un sindicato cuando un número suficiente de trabajadores lo apoya.

De nuevo, este año se ha producido una oleada de activismo sindical tras décadas de descenso de la afiliación. 

Muchos trabajadores han conseguido formar sindicatos en sectores que nunca los habían tenido, como en más de 200 tiendas de Starbucks, en Apple o Trader Joe's entre otros.

Las peticiones de representación sindical presentadas ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales de EEUU aumentaron casi un 60% en los 9 meses anteriores a junio. Una encuesta de Gallup del año pasado reveló que el apoyo a los sindicatos es el más alto desde los años 60.

Pero los ciudadanos estadounidenses que lideran este renacimiento de los derechos de los trabajadores tienen mucho trabajo por delante.

Las empresas suelen resistirse a los esfuerzos sindicales. Se alega que hay despidos ilegales en hasta el 30% de las campañas de elección de sindicatos.

En este contexto, Business Insider ha querido hablar con varias personas que lideran sindicatos en Amazon, Trader Joe's, Target, Wells Fargo y Starbucks, sobre lo que les ha llevado a intentar sindicalizarse. Algunos ya lo han conseguido, mientras que otros continúan con sus campañas.

Derrick Palmer en la parada de autobús cerca del almacén JFK8.
Derrick Palmer en la parada de autobús cerca del almacén JFK8.

Erika Ramirez/Insider

Derrick Palmer, Amazon, Nueva York

Derrick Palmer y su mejor amigo lideraron una huelga en el almacén de Amazon en Staten Island en marzo de 2020 en protesta por las medidas de seguridad de la empresa después de que un trabajador se contagiara de COVID-19.

Su amigo, Chris Smalls, fue despedido después de la huelga, aunque sigue siendo el presidente del sindicato que entonces fundaron juntos. (Amazon afirma que despidió a Smalls por violar su política de cuarentena. Smalls lo discute).

Pero Palmer, que ahora tiene 33 años, mantuvo su trabajo.

"Sé lo que es estar desmotivado, sé lo que es que no te tomen en serio", afirma para animar a sus compañeros de Amazon a unirse al sindicato.

La idea comenzó con algo pequeño, financiándose con muy poco dinero a través de un crowdfunding de la página GoFundMe. 

Pasaba 8 horas al día, además de su semana laboral de 40 horas, trabajando en la campaña antes de la votación.

"Pasé muchas noches sin dormir. Estábamos construyendo una comunidad, y sentí que lo último que queríamos era defraudarlos", recuerda.

Derrick Palmer

Erika Ramirez/Insider

Hablando con Business Insider mientras calienta pollo y arroz durante su turno en el JFK8, Palmer dice que Amazon creó un "clima de miedo" tras la huelga. Además, añade que la empresa intentó "romper el sindicato", mediante cosas como mensajes de texto a los trabajadores animándoles a votar en contra y poniendo mensajes antisindicales en los baños.

Un representante de Amazon defiende que "es importante que todo el mundo entienda los hechos sobre la afiliación a un sindicato y el proceso electoral en sí".

Desde entonces, Amazon ha tratado de anular la votación con objeciones, entre las que se incluye que los organizadores repartieran marihuana durante la campaña. El representante de Amazon afirma que la empresa ha presentado pruebas de que el sindicato "suprimió e influyó indebidamente en la votación".

Palmer, por su parte, sospecha que la empresa vigilaba sus acciones y tuits.

El sindicato está intentando conseguir un contrato con la compañía para negociar temas como subidas salariales, mayor seguridad laboral y reducción de las horas extras obligatorias.

Se dice que las tensiones son elevadas en el almacén, y ambas partes aún no se han comprometido. Ningún otro centro de Amazon se ha sindicado a pesar de los esfuerzos realizados en todo Estados Unidos.

Pero para los organizadores, sigue siendo un momento de celebración. El colíder de Palmer, Smalls, se reunió con el presidente Joe Biden en mayo.

La madre de Palmer lo crió sola. Dice que ha cambiado mucho desde su infancia. "Era un niño muy pequeño, de voz muy suave. Solía caminar con la cabeza baja. No tenía la confianza en mí mismo que tengo ahora", comenta.

"Ahora, siento como si hablara con mi antiguo yo diciendo: 'Tienes que mantener la cabeza alta, tienes que luchar, tienes que mantenerte firme'", describe.

Adam Ryan en el parque de caravanas donde escuchó el rumor que le llevaría a trabajar en Target.

Alycee Byrd para Insider

Adam Ryan, Target, Virginia

"Siempre me ha picado el gusanillo sindical. Si no lo hago, no me siento bien conmigo mismo", cuenta Adam Ryan a Business Insider.

Ryan empezó a trabajar en Target por un rumor que escuchó en un parque de caravanas.

Estaba preguntando a los residentes del parque sobre temas relacionados con la vivienda cuando alguien le habló sobre un gerente de Target que fue acusado de comportamiento abusivo, incluyendo el acoso sexual.

Consiguió un trabajo en la tienda de su ciudad natal, Christiansburg, Virginia, en 2017 con el objetivo de forzar la salida de aquel gerente. 4 meses después, organizó una huelga que, según él, desencadenó una investigación interna sobre las denuncias. El gerente acusado fue despedido posteriormente.

Ryan, de 34 años, es activista. En 2011 se formó en materia de organización sindical, y desde entonces ha presionado en varias empresas para la creación de sindicatos.

Creció en una familia conservadora de clase trabajadora, siendo el menor de 4 hermanos en lo que él describe como una "casa pequeña, tipo rancho". Su padre trabajaba en una planta de municiones del ejército, y su madre en un comedor escolar durante más de 20 años.

Las cosas fueron tensas entre Ryan y su familia desde su adolescencia hasta sus 20 años. Pero su participación en los sindicatos les ha ayudado a reconectar.

"Estamos en una lucha común, y nos enfrentamos a muchos de los mismos problemas", explica, añadiendo que sus esfuerzos han inspirado a su hermano a impulsar la sindicalización en su trabajo como bombero forestal.

Califica la sindicalización como "el único poder que tiene la clase trabajadora".

Adam Ryan

Alycee Byrd para Insider

El trabajo de Ryan consiste en descargar las entregas de existencias y colocar los productos en la sala de ventas. Dice que Target empezó a vigilar más estrechamente a los trabajadores después de la huelga que él organizó, trayendo a gerentes de otras tiendas para vigilar a los empleados e interrogarlos individualmente. Ha presentado cargos ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales de EEUU por este motivo.

Ryan dice que la dirección también le ha interrogado. Según cuenta, le llevaron a una reunión con la dirección y le pidieron que no reuniera a sus compañeros. 

Target no ha respondido a la solicitud de comentarios de Business Insider.

Convocó elecciones sindicales con la campaña más amplia Target Workers Unite en 2019. "No quiero que algo en lo que he invertido varios años se desvanezca de la noche a la mañana si me voy", afirma.

En mayo de este año presentó una petición para una elección sindical, pero no tuvo suficientes firmas.

Está presionando para obtener beneficios como la indemnización por riesgo para los trabajadores que enferman de COVID-19 y la paga por antigüedad para recompensar a los empleados de larga duración.

La campaña se ha cobrado un precio emocional. Ryan se mudó al campo hace 2 años y dice que encuentra consuelo en la tranquilidad de su jardín. Explica que se siente agotado por las constantes luchas internas en la organización sindical.

Se describe a sí mismo como "una persona descontenta" que lucha por "cómo motivar a la gente cuando en general estoy muy frustrado y molesto con cómo están las cosas en el mundo".

Pero argumenta también que los cambios en su tienda hasta ahora han dejado al descubierto "grietas" en Target. "Aunque seas pequeño, puedes dar un golpe sobre la mesa", defiende.

Jessie McCool en su piscina.
Jessie McCool en su piscina.

Joe Martinez para Insider

Jessie McCool, Wells Fargo, Missouri

Como muchos estadounidenses con trabajos de oficina, Jessie McCool teletrabajó durante la pandemia. Su empleo es en Wells Fargo, el tercer banco más grande de Estados Unidos.

Según ha contado a Business Insider, el año pasado celebró una reunión sentada en el trampolín de la piscina de su casa para poder vigilar a su hijo, que estaba nadando.

Antes de la videollamada, pidió permiso para mantener la cámara de su ordenador apagada, pero no se lo permitieron. Más tarde, recibió una advertencia de la empresa (en la que su jefe no estaba presente), acusándola de "comportamiento perturbador que podría haber desviado la atención" en la reunión.

McCool opina que todo esto es una aplicación incoherente de las políticas de teletrabajo, ya que semanas después vio a otro compañero en la cinta de correr mientras celebraban otra reunión en Zoom. Sin embargo, según confirmó su jefe, este otro empleado no recibió advertencia alguna.

McCool quiere liderar los esfuerzos del sindicato para tratar de "recuperar parte del control" que, según ella, se ha visto malogrado por los altos cargos, recordando cómo hicieron llorar a otra de sus compañeras en una videollamada en 2020.

Jessie McCool

Joe Martinez para Insider

Aunque cada vez son más los que quieren sindicalizarse en Wells Fargo, donde McCool, de 42 años, lleva 10 trabajando, la empresa aún no ha reconocido a ningún sindicato.

Ella dirige una campaña en la sede de Missouri y dice que el trabajo a distancia ha sido positivo para ello.

Se define a sí misma como "conflictiva", afirmando que desafía a la gente en su trabajo y en su vida personal.

"Si veo algo con lo que no estoy de acuerdo, me pongo de pie y lo digo, y creo que en cierto modo la gente ha empezado a confiar en mí para hacer cosas así", comenta.

Está presionando para que haya más transparencia en torno a las políticas y los procedimientos, una remuneración equitativa y un trato justo para los empleados.

McCool, que es judía, denuncia también un comentario racista de uno de sus compañeros, que afirmó que la había contratado para "fomentar la diversidad".

De hecho, y según publicó el New York Times, la empresa se vio envuelta en un escándalo al descubrirse que realizaba entrevistas a gente perteneciente a minorías étnicas a pesar de haber cubierto ya esos puestos. Un portavoz defiende que la diversidad en la empresa ha crecido año tras año desde 2020.

Fuera de su trabajo, McCool es modelo y artista de burlesque. 

El activismo formó parte de su educación. "Todo el mundo se merece una comunidad que lo defienda, y creo que yo me eduqué en eso", dice, hablando de las marchas punk en Pittsburgh a las que, según ella, acudió de niña a principios de la década de 1990.

"Mi madre siempre decía: 'Defiende lo que es correcto, la popularidad no importa'", recuerda.

Jamie Edwards en el exterior de la tienda Trader Joe's, que se convirtió en la primera de Estados Unidos en sindicarse.
Jamie Edwards en el exterior de la tienda Trader Joe's, que se convirtió en la primera de Estados Unidos en sindicarse.

Simon Simard para Insider

Jamie Edwards, Trader Joe's, Massachusetts

Jamie Edwards, comienza afirmando que sabe lo que supone sentirse atrapado en un trabajo, ya que tuvo varios empleos antes de Trader Joe's en Hadley (Massachusetts).

Edwards, que se identifica como una persona no binaria y utiliza el pronombre elle, es líder sindical de Trader Joe's, que en julio se convirtió en el primer establecimiento de la cadena en sindicarse. En agosto le siguió un segundo local de la cadena, que cuenta con más de 500 establecimientos en Estados Unidos.

Edwards celebró su 33º cumpleaños en mayo. Al día siguiente, tuvo que marcharse a casa junto a otros compañeros por orden de la empresa, por llevar un pin pro-sindical en su uniforme, algo que generalmente no está permitido por la Ley Nacional de Relaciones Laborales, según la Junta Nacional de Relaciones Laborales de EEUU.

Jamie Edwards

Simon Simard para Insider

Edwards dice que los esfuerzos para crear el sindicato comenzaron principalmente por preocupaciones de seguridad. 

Aunque Trader Joe's impuso el uso de mascarillas durante parte de la pandemia, Edwards afirma que se sintieron inseguros, por ejemplo al principio, cuando la empresa desaconsejaba el uso de mascarillas y guantes para no preocupar a los clientes. 

Trader Joe's no ha respondido a la solicitud de comentarios de Business Insider.

Edwards consiguió su primer trabajo cuando tenía 17 años. Lleva 9 en Trader Joe's. 

Hablando con Business Insider durante su día libre, afirma que durante la campaña temió que se difundiera información falsa, incluido el rumor de que los empleados del sindicato cobran menos.

"He dejado de relacionarme con ciertas personas que han demostrado no actuar de buena fe, porque siento que su propósito es quitarme tiempo para organizarme realmente", añade.

Trabaja en el turno de noche y se describe como socialista, siempre a favor de los sindicatos. Ya habían intentado una vez crear un sindicato en la tienda.

Piensa seguir trabajando para intentar mejorar la vida de sus compañeros.

Lindsey Price fuera de un Starbucks, después de que la empresa la despidiera en abril.
Lindsey Price fuera de un Starbucks, después de que la empresa la despidiera en abril.

Meron Menghistab para Insider

Lindsey Price, Starbucks, Seattle

Lindsey Price trabajó para Starbucks durante 17 años hasta que fue despedida en abril.

Price argumenta que la despidieron porque estaba ayudando a organizar el sindicato de su tienda en el barrio de Eastlake de Seattle, donde trabajaba como supervisora.

Poco después de que se hiciera pública la petición de su equipo para una elección sindical, Starbucks la despidió, citando un incidente en el que había encontrado la puerta de su tienda sin cerrar una mañana.

La versión de Price es que la puerta se dejaba sin cerrar algunas veces después de las entregas en la tienda, y que la cerradura se desprendía con frecuencia. Starbucks Workers United dice que no hubo ninguna queja sobre ella durante casi 9 años antes de que perdiera su trabajo.

Un portavoz de Starbucks ha respondido a Business Insider afirmando que el motivo del despido tiene que ver con "haber puesto a sus compañeros en una situación de inseguridad" y "no llamar a emergencias cuando claramente podría haberse producido un robo". Añade que Starbucks nunca ha despedido a nadie por pertenecer a un sindicato.

La antigua tienda de Price tiene ahora un sindicato oficial. Para ellos, la seguridad es algo primordial que la empresa debe mejorar, ya que su tienda se incendió debido a fallos en los sistemas eléctricos en septiembre de 2021.

"No nos sentimos atendidos", afirma Price.

Cuenta además otro incidente en el que un hombre herido de bala entró en el local, tras lo que su superior le ordenó limpiar toda la sangre sin la ropa o protección adecuadas. Finalmente, no lo hizo por petición de la policía.

Lindsey Price

Meron Menghistab para Insider

Price, de 38 años, reconoce que no siempre ha apoyado a los sindicatos. Se ríe al decir que sus opiniones han cambiado como "la noche y el día". 

"Me crié pensando que los sindicatos no eran útiles", dice.

No obstante, se involucró para defender a sus compañeros y, mirando atrás, desearía que su tienda se hubiera sindicado antes, teniendo en cuenta que su trayectoria profesional "podría haber cambiado drásticamente si me hubiera sentido atendida y escuchada".

El despido fue para ella como una mala ruptura, según comenta.

Tiene un nuevo trabajo en la Biblioteca Pública de Seattle y está en la escuela de posgrado estudiando biblioteconomía. Hay alivio en su voz cuando dice que ahora tiene "una trayectoria profesional real, algo que nunca había sentido".

A pesar de todo, sigue formando parte del sindicato.

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