Parece que desde que llegó el COVID-19 se han modificado tantas cosas respecto a la manera de trabajar y a las posibilidades que ofrecía el trabajo en remoto, que se olvidó el sentido más literal de esta palabra que, según la primera definición de la RAE, significa: muy lejano.

Y es justo el sentido que le han dado 4 trabajadoras, que han conseguido su puesto de trabajo de entre casi 6.000 personas que presentaron la solicitud. Trabajar en uno de los lugares más remotos del Planeta: la Antártida. 

Allí reabrirán por primera vez tras la pandemia las oficinas de correos y su consecuente puerto, tanto para gestionar los numerosos correos que llegan al año, como para tener un control del número de pingüinos papúa que viven allí, también conocidos con el cariñoso nombre de pingüinos juanito.

Estas son las mejores imágenes de la oficina de correos Port Lockroy:

Hablando de "trabajo remoto".

4 mujeres acaban de ser contratadas para trabajar en la oficina de correos más remota del mundo.

Se llama Port Lockroy y está ubicada en la isla Goudier, en la Antártida.

Este lugar histórico fue utilizado por flotas balleneras a principios del siglo XX y ha sido "la primera base británica ocupada continuamente por británicos durante todo el año en la Antártida", según el UK Antarctic Heritage Trust, encargado de anunciar estos puestos de trabajo. 

Fuente: UK Antarctic Heritage Trust

Hay 3 edificios en Port Lockroy.

El primero, llamado Bransfield House, incluye un museo, una tienda y la oficina de correos. El segundo es una despensa y una tienda que data de 1957. El último edificio es una reproducción moderna de una cabaña Nissen, que hoy se usa como alojamiento para el personal.

Las 4 mujeres, Clare Ballantyne, Mairi Hilton, Natalie Corbett y Lucy Bruzzone, se enfrentaron a otros 6.000 candidatos que también competían por el puesto.

Ahora, pasarán 5 meses en Port Lockroy, desafiando temperaturas bajo cero y renunciando al agua corriente y a los inodoros.

Tienen la tarea de reabrir la bahía por primera vez desde que llegó el COVID-19.

Hilton, bióloga conservacionista, será la encargada de contar los pingüinos papúa en la isla (Port Lockroy recibe el apodo de "Oficina de correos de pingüinos").

Ballantyne procesará las casi 80.000 tarjetas que salen del puerto cada año a 100 países de todo el mundo. Corbett se encargará de la tienda de regalos. Bruzzone será la líder del equipo.

Las mujeres trabajarán en el puerto de noviembre a marzo, que es la temporada de verano de la Antártida.