Cumplir con los objetivos de crecimiento económico versus las políticas medioambientales: por qué la contaminación se disparará en China tras la cuarentena

Sanitarios con mascarillas en Wuhan en un descanso a la salida de su hotel
Sanitarios con mascarillas en Wuhan en un descanso a la salida de su hotel
  • China fue el primer país en adoptar la cuarentena para contener el contagio del coronavirus, lo que implicó un descenso en la actividad productiva y una caída de la contaminación del aire en el gigante asiático.
  • A medida que el país asiático retome la producción habitual los niveles de emisiones de gases contaminantes repuntarán ya que China podría intentar cumplir con los objetivos de crecimiento del PIB previstos para 2020.
  • La doble marcha a la que se someterán los niveles de producción para intentar retomar los objetivos marcados para 2020 implica quemar muchos combustibles fósiles. 
  • Las medidas medioambientales para reducir la contaminación podrían pasar a un segundo plano en todo el mundo y, por tanto, que se pospongan las ambiciones de lucha contra la crisis climática a nivel global.
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Cintillo especial Coronavirus

Esta China menos contaminada de la que se ha hablado durante el periodo de cuarentena derivado del coronavirus podría no durar demasiado. A medida que el país asiático retome la producción habitual los niveles de emisiones de gases contaminantes repuntarán. El Gobierno chino podría tratar de cumplir con los objetivos de crecimiento del PIB previstos para este año y este incremento de la producción no haría más que disparar los niveles de gases contaminantes en la atmósfera.

Estos escenarios de bajos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero son, por tanto, temporales. Un respiro para el planeta en cualquier caso, poco más. “Esto ya sucedió después de la crisis financiera de 2009”, apunta Lauri Myllyvirta, analista del Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio de Helsinki, en una entrevista con Business Insider.  La doble marcha a la que se someterán los niveles de producción para intentar retomar los objetivos marcados para 2020 “significaría quemar mucho carbón”, explica la analista.

Tratando de buscar el lado positivo de la situación, el periodo de cuarentena derivado de la pandemia del coronavirus propició una caída de los niveles de contaminación. Si China fue el primer país en adoptar medidas de restricción para contener el contagio el pasado diciembre, este periodo de cuarentena conllevó un descenso en la actividad productiva en fábricas, una reducción del tráfico y, en consecuencia, la caída de las emisiones y de la contaminación del aire en el gigante asiático.

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Las autoridades del país asiático están suspendiendo la normativa ambiental para tratar de compensar la pérdida productiva derivada del periodo de cuarentena. Todas esas previsiones que dibujaban una China menos contaminada desaparecen. Ahora, combatir la contaminación deja de ser una prioridad para el gigante asiático en aras de recuperar el músculo económico.

“La supervisión medioambiental debe ajustarse a las necesidades prácticas y sociales de la situación económica”, remarca Cao Liping, director del departamento de Ecología y Medioambiental del Ministerio de Economía y Medioambiente del país, en una rueda de prensa.

Ya los expertos habían advertido en este sentido. La contaminación podría aumentar tras los periodos de cuarentena. El motivo no es otro que el hecho de que los países tratarían de compensar las pérdidas por la desaceleración de la producción durante la pandemia.  

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Y no solo aumentarán las emisiones de gases de efecto invernadero sino que los expertos auguran que esta pandemia podría implicar que se pospongan las ambiciones de lucha contra la crisis climática ya que una recesión económica podría reducir las inversiones en tecnología verde. Ante una crisis de escala global, esta situación podría expandirse a todas las economías que en caso de priorizar, optarían por el impulso económico y no por cumplir con los objetivos de sostenibilidad. 

En un marco en el que la economía global se aboca a una recesión, las emisiones caerían en un primer momento por la ralentización de la producción. Pero cuando las empresas traten de recuperarse de esta situación las políticas medioambientales no pinta que será, ni por asomo, una prioridad en las inversiones de cara a recuperar músculo.

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