La disrupción del comercio marítimo por la crisis del mar Rojo ya supera a la pandemia

Sea-Intelligence, una empresa de asesoramiento marítimo especializada en disrupciones a las cadenas de suministros, ha advertido este jueves en un informe del impacto que tendrá en los precios la crisis de seguridad en el mar Rojo. Los ataques indiscriminados de los rebeldes hutíes de Yemen a cargueros internacionales ha reducido dramáticamente el paso de estos buques por el estrecho de Bab el-Mandeb en dirección al canal de Suez y al mar Mediterráneo. 

"La crisis del mar Rojo dura ya un mes, y las redes de suministro actuales están en claro cambio, con mucha incertidumbre, sobre todo en los servicios que van de Asia a Europa", ha asegurado Alan Murphy, director ejecutivo de Sea-Intelligence, en un comunicado. 

Después de la catástrofe del buque Ever Green que encalló el canal de Panamá, esta es la segunda disrupción más grave que se han registrado en una década. La pandemia creó más problemas a nivel logístico, pero no tuvo un impacto puntual tan acusado como en esta ocasión. 

El impacto en los precios están por llegar, aseguran los expertos. La ruta que rodea África hasta llegar al norte de Europa desde Asia es una semana más larga que la que cruza el mar Rojo, según Sea-Intelligence, y casi dos semanas más larga para llegar hasta el Mediterráneo. Eso implica un aumento el pago de salarios más abultados y más dinero en combustible, unos costes que se trasladaran a los precios que pagan los consumidores. 

El 12% del comercio marítimo mundial se mueve por el canal de Suez: unos 24.000 buques transportaron cerca de 1.400 millones de toneladas solo en 2022, según datos de la Autoridad del Canal de Suez. Por ese enclave transitaron, de media, 68 buques al día durante los 365 días del año. 

Datos del South Pacific Logistics aportan más información sobre el contenido de esos buques. El 65% de las toneladas de producto que se transportan es petróleo, 238.593.000 toneladas anuales. El 14% son cereales, y el 13% de las toneladas transportadas corresponden a minerales y metales para la industria europea. 

Impacto de la crisis en las fábricas europeas 

Varios fabricantes automovilísticos han tenido problemas con su cadena de suministro en España y en Europa. Tesla detendrá su actividad en Europa hasta el próximo 11 de febrero por la falta de baterías, según el medio especializado Atlántico. 

Suzuki, el fabricante japonés con fábricas en Hungría, ha parado esta semana su producción por los retrasos en el envío de motores para sus vehículos y en la fábrica de Volvo en Bélgica se han quedado de brazos cruzados por la falta de cajas de cambios. 

Además, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera "elevado" en un informe recién publicado el riesgo de que la crisis en el mar Rojo pueda afectar al suministro de petróleo en Europa, y asegura que una de las primeras consecuencias será la subida de los precios. 

Un análisis del Atlantic Council asegura que las grandes compañías cargueras del mundo como Maersk, Hapag Lloyd y MSC han decidido no pasar por el estrecho, y han pausado los envíos o los están redirigiendo por la ruta que rodea África. Además de aumentar el precio del gas y el petróleo por el descenso previsto en la oferta, las aseguradoras de buques casi han doblado los precios que cobran para asegurar los envíos.