Todos los trabajadores pagan impuestos, pero la cuantía de estos cambia bastante en función del sueldo que se percibe. Existe una diferencia de casi el 30% entre aquellos que pagan la cuantía más baja y a quienes les corresponde la más alta.

Son los organismos de la Seguridad Social y Hacienda quienes retienen una parte del sueldo base de los empleados para el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), entre otros detalles como formación profesional, accidentes de trabajo o contingencias comunes.

De esta forma, en cada mes ambos organismos aplican deducciones que luego ves detalladas en tu nómina. 

El cálculo de las mismas es complejo. Por ejemplo, para el IRPF se aplica un porcentaje de retención sobre el sueldo bruto anual. Ese porcentaje varía en función sobre todo del salario, pero también del tipo de contrato y duración e incluso la situación familiar.

El salario bruto medio en España es de 25.896,82 euros al año, según apuntan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero esta cifra no representa, ni mucho menos, lo que perciben la mayoría de los españoles. 

Dicho porcentaje a aplicar cambia de forma anual según los márgenes que impone Hacienda. 

Los tramos de la Agencia Tributaria para este 2023 del IRPF son los siguientes:

• Hasta 12.450 euros al año se retiene un 19%.
• De 12.451 a 20.200 euros anuales se aplica el 24%.
• De 20.201 a 35.200 euros se retiene un 30%.
• De 35.201 a 60.000 euros se aplica el 37%.
• De 60.001 a 300.000 euros se retiene un 45%
• Por encima de 300.000 euros se impone el 47%.

Así, la idea es que aquellos que más cobren, aporten más a las arcas del estado que quienes tienen una nómina más baja.