¿Cuánto gana un agricultor? Los precios del producto y la exigencia de perfección

En 20 años como agricultora autónoma, Paqui Ruiz Requena, que además de su plantación tiene huerto propio, a veces hace el ejercicio de observar en mercados y supermercados las verduras que ella y sus vecinos cultivan. "Lo que veo en los supermercados no es primera calidad", afirma esta trabajadora de El Ejido (Almería).

Esta misma semana se ha movilizado para bloquear el puerto de Motril y plantea más movimientos mediante COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos). "Se tiene que poner solución", reclama con relación a las protestas de los agricultores.

¿Cuánto gana el agricultor?

Actualmente, cultiva pimiento rojo y amarillo. El rojo se encuentra a 2,69 euros el kilo en las principales cadenas de supermercado ¿A cuánto se lo pagan al agricultor?

Ruiz explica que existen diferentes variedades en función del tamaño y aspecto del pimiento. Está la doble G y la G (los más grandes), seguido de lo que ella llama de tercera. Por último, los más pequeños y luego solo queda destrío, que es lo que no puede comercializarse porque no reúne las condiciones necesarias.

Partiendo de esta base, la agricultora explica que "este año no ha sido muy malo, ha habido años peores", mientras en otras ocasiones le han pagado 80 o 70 céntimos el kilo de máxima calidad, ahora está en torno a los 95 céntimos. De ahí, la cifra va bajando a la vez que el tamaño o imperfecciones del producto y varía según la situación del mercado.

Pero insiste en que lo que se puede comprar a 2,69 euros en las grandes superficies no es la primera calidad: "la gente está pagando ese precio por un pimiento que a lo mejor a mí me tiran. Yo no he visto pimientos como los que yo llevo de primera calidad; entonces dañan al consumidor", apunta.

El pimiento tiene que ser perfecto

Esta almeriense cultiva en un invernadero de 9.000 metros, la cosecha del año pasado, 2022-2023, sumó un total de  72.000 kilos. De ellos, explica a Business Insider España, el 53%, fue de categoría doble G, los que mejor se pagan. A partir de ahí los precios pueden bajar a los 40 o 30 céntimos el kilo, dependiendo de la época. Una cuantía que se multiplica en el supermercado.

A veces no es cuestión de tamaño, apunta, sino de imperfecciones. "Puede ser que al estar en la caja o al manipularlo se le haya dado un pequeño golpe, o que tenga un roce. El pimiento está bien, pero por ese roce ya no me pagan igual", detalla. 

En esta cuestión pone otro ejemplo. Toda su familia se dedica a la tierra y parte de ellos cultivan calabacín. "Esos calabacines que se ven gordos en el supermercado, que valen 1,50 euros el kilo se los echa mi abuela a las cabras porque es destrío", asegura.

Ruiz señala la competencia desleal de otros países explicando que cultivos como el de la judía verde, se han perdido en la zona de El Ejido porque no son rentables. "Engañan un poco al consumidor", denuncia sobre los productos importados. "Nosotros tenemos una normativa que cumplir a rajatabla y unos controles de calidad, de sanidad y ellos no tiene nada. Dejan que entren productos aquí a España o Europa sin cumplir las mimas condiciones que nosotros. Está siendo competencia desleal para nosotros", critica.

"Cumplimos todas las normas que nos ponen, a rajatabla. Todas. Nuestros cultivos son sanísimos. Entonces dedícate a cuidar a las personas que cultivan, a no ponerle tanta traba a todo y darle más ayuda a los jóvenes para que se incorporen a las explotaciones, que hay gente que quiere trabajar en el campo", exclama haciendo referencia a la Administración Pública.

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¿Con qué cultivo se gana más dinero?

Aunque lleva 20 años cosechando sus cultivos, esta agricultora se ha criado entre plantaciones. Ha tenido pimiento, calabacín, melón amarillo y sandía ¿Qué da más beneficio? Paqui Ruiz pronto deja claro que no es una cuestión de cantidad, sino de calidad.

"La sandía y el melón los descarto, porque es mucho trabajo y luego es una lotería. El pimiento lo que tiene es calidad de vida", que es lo que necesita desde que hace un par de años sufriera una enfermedad, perdiendo visión de un ojo. Recuerda que a veces, cuando plantaba calabacín, no le salían las cuentas. "Eran muchas horas de trabajo, te pagaban poco y no cubría los gastos de producción", rememora.