El sorprendente motivo por el que deberías apagar la cámara durante las videollamadas (o reproducir series y películas a menor resolución)

Videollamada por Zoom.
Videollamada por Zoom.
  • En 2020, el incremento del uso de Internet debido al confinamiento ha tenido una repercusión negativa: el aumento de las emisiones de dióxido de carbono. Un nuevo estudio revela la situación y propone un cambio de mentalidad.
  • Pequeñas acciones individuales como apagar la cámara en una videollamada si no estás hablando, aligerar tu almacenamiento en la nube, o reproducir vídeos en menos resolución, ayudarán a preservar el medioambiente.
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¿Realizas muchas videollamadas por Zoom (o aplicaciones similares) durante estos últimos meses? La pandemia del coronavirus ha obligado que las reuniones de trabajo se realicen a distancia. Y puede que hayas notado últimamente que algunos de los asistentes prefieren no conectar su cámara, a no ser que les toque hablar o exponer algo. 

¿Por qué lo hacen? Algunos dirán que porque no les gusta la sensación de sentirse observados, otros porque no quieren distraer al que dirige la reunión, y puedo que haya algún que otro caso de “me he levantado con mala cara y no quiero que me la veáis”.

Pero lo curioso es que existe un motivo potente y global por el que se debería mantener una videollamada grupal con la cámara apagada: salvaguardar el medioambiente.

Un nuevo estudio de la Universidad de Purdue (Indiana), la Universidad de Yale y el Instituto Tecnológico de Massachusetts ha descubierto que el impacto medioambiental que provoca la transferencia de datos de Internet ha subido de forma alarmante durante 2020.

Este aumento se debe a la nueva priorización del teletrabajo; a que, al estar en casa, se consumen más servicios online como Netflix o Amazon Prime; o al aumento de las horas dedicadas a los videojuegos online.

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Debido a esta nueva situación, el estudio, titulado La huella medioambiental desapercibida y provocada por el aumento del uso de Internet, concluye que toda acción individual puede tener un gran impacto en la preservación del ecosistema. Eso incluye apagar las cámaras durante las reuniones, elegir la opción de vídeos de baja resolución en Netflix, Disney+, YouTube… o dedicar menos tiempo al consumo de redes sociales.

“Toda acción pequeña como eliminar emails, borrar contenido innecesario de nuestros almacenamientos en la nube, eliminar la suscripción a newsletter que no leemos... reduce significativamente la huella medioambiental del uso de Internet”, explica el estudio, liderado por Kaveh Madani, científico especializado en medioambiente.

El estudio destaca precisamente que las aplicaciones que más emiten dióxido de carbono son Zoom (por las videollamadas) y Netflix (por las series y películas... ¡y por lo que se tarda en decidir qué ver!).

Ver Netflix

Por cada gigabyte transferido online se emiten entre 28 y 63 gramos de CO2, se consumen entre 0.1 y 35 litros de agua y entre 0.7 y 20 metros cuadrados de tierra.

Como resultado, una reunión por videoconferencia que utilice 2.5 GB en una hora tendrá un impacto de emisiones de carbono equivalente a 157 gramos de CO2 por hora.

Mantener 15 reuniones de una hora por semana equivale a una huella de carbono mensual de 9.2 kilos de CO2. En cambio, si apagas el vídeo, las emisiones mensuales se reducen a 377 gramos; el ahorro equivale a cargar un móvil cada noche durante tres años.

“Si un millón de usuarios asiduos de las videoconferencias hicieran este cambio, habría una reducción colectiva al mes de 9.023 toneladas de carbono”, explica el estudio. “Son las emisiones equivalentes a dar energía a una ciudad de 36.000 habitantes durante un mes”.

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“No estamos diciendo que la gente no use el vídeo en el teletrabajo”, explica para Inverse Renee Obringer, ingeniera medioambiental y cocreadora del estudio. “Solo que se limite el uso conscientemente para que nos beneficiemos todos”.

“El impacto más positivo llegaría de grandes empresas, ya que son las que más consumen en videollamadas, pero a la vez, si los jefes o líderes dan el aviso, es más fácil que muchos trabajadores desactiven la cámara al mismo tiempo. Esto también se pueden aplicar a los seminarios online, donde los asistentes podrían tener la cámara apagada a no ser que quieran intervenir”.

El estudio tiene en cuenta que al menos hasta 2021 la tendencia a usar Internet para casi todo seguirá aumentando. Si no se empieza a usar conscientemente la red, este aumento necesitará todo un bosque de 18 millones de hectáreas o el agua equivalente a 300 mil piscinas olímpicas llenas.

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