"No son debates, son mítines": los políticos han convertido los debates electorales en algo muy diferente a lo que deberían ser

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, momentos antes del inicio de su cara a cara de las elecciones generales de 2023.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, momentos antes del inicio de su cara a cara de las elecciones generales de 2023.

REUTERS/Juan Medina

  • Aunque los medios de comunicación propongan los debates con el fin de aclarar ciertas posturas e informar a los ciudadanos, los resultados suelen ser muy diferentes: acaban siendo un pozo sin fondo de memes y momentos virales, pero apenas se confrontan ideas.
  • Dos campeones nacionales de debate explican a Business Insider España qué echan de menos de los debates electorales y cómo deberían desarrollarse para ser realmente constructivos.

De 'la niña' de Rajoy al 'buenas noches y buena suerte' de Zapatero, los debates electorales han marcado las últimas campañas en España.

Esta vez en total se celebrarán 3 debates, aunque podían haber sido más. De hecho, el cara a cara celebrado anoche entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo ha sido la única oportunidad de ver confrontar en directo a los dos principales aspirantes a ocupar La Moncloa tras el 23J. 

Este jueves —13 de julio— se celebrará un debate a 7 con los portavoces de las formaciones que tienen representación en el Congreso de los Diputados (PSOE, PP, Vox, Sumar, ERC, PNV y EH Bildu) y la semana que viene —19 de julio— habrá un debate a tres entre Pedro Sánchez, Santiago Abascal y Yolanda Díaz, ya que el candidato del PP ha declinado esa invitación. Feijóo tampoco aceptó acudir al debate a cuatro que estaba organizando Prisa entre los principales candidatos, por lo que el grupo de comunicación decidió desconvocar el evento la semana pasada.

La carrera por la presidencia del Gobierno en esta ocasión parece alejarse un poco de los mítines y las calles para acercarse a los platós de televisión y estudios de podcast, donde los diferentes candidatos están acudiendo casi a diario para defender sus proyectos. Sin embargo, toda campaña que se precie acaba quedando marcada de una u otra manera por los debates electorales, momento clave para que los candidatos confronten sus ideas.

O eso es lo que deberían suceder, aunque los políticos se han acostumbrado a llevar a cabo estrategias muy diferentes en los debates.

"El debate tiene que ser una confrontación de ideas, pero las ideas tienen que ser desarrolladas a través argumentos", explica a Business Insider España Juanjo García Amorós, presidente de la Sociedad de Debate de la Universidad Autónoma de Madrid y 6 veces campeón nacional de debate. 

A falta de un verdadero debate sobre las cosas que les importan a los españoles, los dardos, la ridiculización del adversario y el show se convierten en la tónica de la discusión. "El problema de los debates políticos es que no se centran en las ideas, sino en la ideología, en cuestiones que apelan mucho al sentimiento y a lo que percibe el ciudadano, y no a lo que realmente escucha", continúa exponiendo García Amorós. 

En la misma línea se expresa Teresa Millán, campeona nacional de debate, además de periodista y analista político: "Es importante entender que los debates electorales no son debates, sino mítines. Los políticos se centran en soltar el discurso que se han aprendido y apenas refutan las mentiras de los contrarios". 

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Lejos de lo que realmente deberían ser

En la práctica, los debates universitarios y los electorales "apenas se parecen", comenta Millán. "Solo en que vamos bien vestidos y hay un atril". 

"Son totalmente diferentes", apunta también García Amorós. "En la televisión se pretende dar una imagen y se dejan de lado algunos aspectos importantes como es la capacidad lógica de argumentar las cosas". 

El cruce de acusaciones, que poco tienen que ver con el día a día de los ciudadanos, queda muy lejos de la argumentación o la refutación esperables en un debate.

"Debemos demostrar lo que afirmamos mediante supuestos lógicos con los que llegar a una conclusión irrefutable", afirma el campeón nacional. "En política, donde tenemos una cosa y la contraria y el juego es suma cero; donde las políticas son excluyentes, hay que explicar por qué algo es más importante que lo otro". 

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Y continúa: "Yo siempre les digo a mis alumnos que no tienen que debatir intentando explicar por qué el mundo del contrario es súper malo, sino que incluso en el mejor escenario que nos plantea el adversario, tenemos que ser capaces de explicar por qué el nuestro es mejor. Y para eso es muy importante ponderar". 

De esta manera, según explica García Amorós, el debate se basaría en exponer la mejor idea para impulsar el país o la mejor solución a sus problemas, y en definitiva, las conclusiones serían constructivas. 

A la hora de debatir, recalca la importancia de ponderar. "Hay que ponderar por qué algo me importa más, por qué una persona o un colectivo es más importante, por qué una política pública que da un resultado es más importante que otra. Eso es lo importante de los debates y lo que siempre falta". 

"Cada vez confrontan menos", afirma Millán. "Aunque en su defensa diré que es difícil hacerlo con 5 personas a la vez en menos de 3 minutos. Igual el formato tampoco ayuda". 

La viralidad frente a la relevancia en el debate electoral

En realidad, aunque los medios de comunicación propongan los debates con el fin de aclarar ciertas posturas e informar al ciudadano, los resultados de los mismos suelen ser muy diferentes: acaban siendo un pozo sin fondo de memes o momentos virales.

"El objetivo es persuadir, pero sobre todo llamar la atención. Quieren dar titulares y además que estos se puedan discutir en redes sociales, lo que ahora se llaman los "zascas", que en realidad no es una refutación completa, sino que su objetivo es dejar en evidencia al adversario", explica García Amorós. 

Los expertos en debates coinciden en que echan de menos la rigurosidad de los datos y las evidencias. "Actualmente, en los debates electorales, las únicas evidencias que hemos visto son fotografías editadas o titulares de un medio afín al partido que representa el candidato. Un horror", comenta Millán. 

"Los políticos priorizan tener mayor visibilidad televisiva. Creo que son conscientes de que ganar con argumentos es muy difícil, por eso lo que buscan es llamar la atención y que la ciudadanía se acuerde de ellos el día de las elecciones".

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Por su parte, García Amorós apunta a que los políticos "deben explicar las cosas más en profundidad". "Lo que hace mucha falta es contrastar más datos, hacer concesiones y no negar siempre lo que dice el contrario, porque probablemente, en el 60-70% de los casos tiene razón". 

El 6 veces campeón de debates —aplicando su propia medicina de explicar las cosas— sentencia que "las ideologías no son incorrectas, sino contrarias a lo que priorizan. Lo lógico en el debate sería discutir sobre qué debemos priorizar. De nuevo: ponderar qué te importa más".

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