Por qué siempre deberías tener una botella de aceite vacía debajo del fregadero

A la hora de reciclar, muchas personas saben separar los residuos en cada contenedor, pero se olvidan de las pilas, los medicamentos, los dispositivos electrónicos o productos como el aceite. Para este último, un buen truco consiste en tener siempre una botella o garrafa de plástico vacía debajo del fregadero. 

Jamás deberías tirar el aceite por el desagüe: un solo litro de aceite contamina hasta 1.000 litros de agua. 

Otros estudios, como el elaborado por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, eleva la problemática: apunta a que el aceite usado tiene 5.000 veces más carga contaminante que las aguas residuales y que un solo litro puede corromper hasta 40.000 litros de agua, equivalente al consumo de agua anual de una persona en su domicilio.

Tener una botella vacía de aceite bajo el fregadero te ayudará a tener a mano un envase para reciclar y tirar todo tipo de grasas de cocina, líquidas o sólidas, evitando problemas y obstrucciones en las cañerías y también el grave problema medioambiental que supone no reciclar el aceite correctamente. 

Puedes usar una botella de plástico o de vidrio para guardar esta grasa. 

Lo importante es dejar que el aceite usado se enfríe completamente, de manera que el plástico no se derrita ni te lleves un disgusto con las quemaduras, y tener disponible un pequeño embudo de plástico para verterlo. Si tiene restos sólidos de comida, lo propio es colarlo. 

Dónde se recicla el aceite en España

Desde Ecoembes explican que el aceite usado debe tirarse en el punto limpio habilitado para ello en tu ciudad. Consulta a través de Internet o en el Ayuntamiento cuál es el punto más cercano.

Recuerda que no debes mezclar aceite industrial o de motor con el de cocinar: para reciclarlo debes separarlo en envases distintos. 

Si además quieres reciclar el envase que ha albergado el aceite usado, deberás hacerlo en el contenedor de vidrio o en el de plástico según su material. 

El aceite usado se analiza en centros de transferencia y se destila para eliminar el agua, los sedimentos y los posibles metales pesados. Su base regenerada se emplea para diversos fines como biocombustibles, abonos, barnices, ceras, lociones, pinturas, velas o detergentes, entre otras. ¡Larga vida al aceite usado!