El derecho a reparación de la UE tiene 'truco': tu microondas y tus auriculares se quedan fuera

Microondas, reparación

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  • La Unión Europea quiere reforzar el 'derecho a reparar' con nuevos beneficios para los consumidores que elijan arreglar sus dispositivos en lugar de tirarlos.
  • Sin embargo, organizaciones y grupos medioambientales advierten de que la reforma solo se aplicaría en "unas pocas categorías de productos", entre otros aspectos que les preocupan.

La semana pasada, los negociadores del Parlamento Europeo y de los 27 Estados miembro acordaron reforzar el conocido como 'derecho a reparar': las normas de protección de los consumidores que permiten a estos exigir la reparación de algunos dispositivos en lugar de tener que tirarlos y comprar uno nuevo.

Así, se beneficia el cliente, que ahorra dinero y recibe ventajas si elige esta opción, y el planeta, que vería reducidos los 35 millones de toneladas de residuos y 261 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero que produce anualmente la Unión Europea.

La reforma, que aún debe pasar por la Eurocámara y el Consejo, introduce varias novedades: las reparaciones se tendrán que hacer en un "plazo razonable" y de forma gratuita o a un "precio razonable", se amplía la garantía en al menos un año y el cliente podrá recibir prestado un dispositivo sustituto durante el arreglo, entre otros puntos clave, informa Europa Press.

La medida ha sido celebrada como un éxito dentro de la UE y parece haber sido bien recibida fuera de esta, pero también hay críticas desde organizaciones y grupos medioambientales, que reclaman más ambición.

En la letra pequeña se observa que, aunque la reforma facilitará la reparación de dispositivos como los smartphones, las lavadoras y los televisores, "no se aplican a toda una serie de artículos de uso cotidiano como microondas, tostadoras, tablets y auriculares", ya que solo vincula a los productos ya cubiertos por las normas de diseño ecológico de la UE, apunta Politico.

En la actualidad, solo quedan dentro de su alcance "unas pocas categorías de productos", enumeran desde Right to Repair Europe (Derecho a reparar Europa): teléfonos inteligentes y tablets, lavadoras, secadoras, lavavajillas, frigoríficos, pantallas, equipos de soldadura, servidores y, próximamente, aspiradoras.

Esta coalición, que representa a 100 organizaciones de 21 países europeos, "exige una legislación más amplia sobre el derecho a reparar que cubra más categorías de productos durante el próximo mandato", anuncia en un comunicado.

El cofundador de Apple defiende el "derecho a la reparación", y piensa que las empresas lo limitan para tener más control

"Hemos mejorado algunas reglas en algunos productos", pero no se puede hablar de un derecho a reparar pleno, critica su coordinadora, Cristina Ganapini, según publica Politico.

"La velocidad a la que estamos extrayendo nuevos materiales es simplemente desastrosa y debemos reducirla ahora", alerta: "No tenemos tiempo para un enfoque producto por producto y pequeñas mejoras".

Ganapini también lamenta que las nuevas reglas no entrarán en vigor antes de 2026 "como muy pronto", ya que los países tienen dos años para adaptarlas a sus legislaciones nacionales, y que quede tan vago el concepto de 'precio razonable': será la Justicia quien tenga que detallarlo "y lo más probable es que los fabricantes contraataquen", por lo que el proceso podría alargarse durante años, señala.

Otras organizaciones ven este reforzado derecho a reparar igualmente como un logro mejorable. 

"Es un gran paso adelante en la construcción de una economía más circular en la UE", pero "ahora necesitamos ampliar esta libertad de reparación a tantos productos como sea posible", afirma Marie Castelli, jefa de Asuntos Públicos de Back Market (plataforma de comercio online), recoge la misma nota de prensa.

Mathieu Rama, director senior de programas de ECOS (ONG internacional en defensa del medio ambiente), se suma: "Vamos en la dirección correcta, pero esta directiva no es suficiente. Cubre solo un pequeño grupo de productos; muchos más aún deben incluirse bajo el paraguas del diseño ecológico antes de que podamos hablar realmente de un derecho universal a reparar".

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