El descalabro bursátil de Trump ha llegado aún más rápido de lo que pensaba

No estoy diciendo que sea el próximo Jim Cramer, pero tenía razón cuando escribí hace unas semanas que la compañía de redes sociales del expresidente Donald Trump probablemente no iba a ser una excelente opción de inversión. 

¿Era algo completamente previsible y profundamente evidente? Desde luego.

Trump Media & Technology Group, propietaria de Truth Social, un clon conservador de Twitter, salió a bolsa a través de una SPAC a finales de marzo. (para los que no estén familiarizados, una SPAC, o empresa de adquisiciones con fines especiales, es una empresa fantasma que sale a bolsa con la intención de comprar una empresa real más adelante. En el caso de Trump, la sociedad instrumental Digital World Acquisition compró TMTG). Cuando se completó la fusión, las acciones —que cotizan con el ticker DJT— se dispararon a más de 70 dólares por acción. La capitalización bursátil de TMTG superó los 9.000 millones de dólares, y el patrimonio neto del expresidente, sobre el papel, saltó a 7.000 millones de dólares.

Y entonces, DJT estalló de nuevo, pero esta vez en el mal sentido del pinchazo de la burbuja. Su precio se hundió, y luego volvió a caer, y luego bajó un poco más. El valor repuntó un poco a finales de la semana pasada, pero sigue muy lejos de sus máximos de marzo. Al cierre de la sesión del viernes, TMTG cotizaba a 36,38 dólares, un 54% menos que su máximo y un 41% menos desde que escribí sobre ella hace tres semanas. En consecuencia, las ganancias patrimoniales del expresidente se han desplomado. La gente de Truth Social se siente bastante mal por ello. Los vendedores en corto, si tuviera que adivinar, se sienten bastante bien, incluso si la empresa de Trump está tratando de evitar que apuesten en su contra. A cualquiera que invierta en TMTG le espera un viaje lleno de baches.

Aunque Trump es una figura política, el precio de las acciones de Trump Media no es realmente un asunto político. Claro, hay algunos seguidores fervientes que creen que comprar las acciones es similar a apoyar al candidato presidencial republicano. En términos más generales, sin embargo, la caída en desgracia de TMTG es más que nada una cuestión de negocios con una pizca de carga cultural que le ha permitido alcanzar cierto estatus de acción-meme.

Lo que ocurre con TMTG es que no se trata de un buen negocio. Sus ingresos totales fueron de 4,1 millones de dólares en 2023, que es un poco más de lo que gana una única franquicia de McDonald's en un año, y perdió 58 millones de dólares ese mismo año. Cuando las acciones estaban cerca de sus máximos, cotizaban a algo así como 2.000 veces los ingresos anuales de la empresa. Eso es mucho. Nvidia, la vanguardia de la revolución de la inteligencia artificial y uno de los valores más atractivos de este año, cotiza a unas 35 veces sus ingresos.

Además de la información financiera requerida, el grupo mediático de Trump no revela datos clave que nos darían una mejor idea de lo bien que le va —o, probablemente, de lo que no le va—. Como ha señalado mi compañero Peter Kafka, TMTG se niega a decir a los inversores cuántas personas se están registrando en Truth Social, si siguen con la plataforma o qué está pasando con las ventas de publicidad. En los documentos presentados, la empresa dice que "cree que atenerse a los indicadores clave de rendimiento tradicionales, como las altas, los ingresos medios por usuario, las impresiones publicitarias y los precios, o las cuentas de usuarios activos, incluidos los usuarios activos mensuales y diarios, podría desviar su atención de la evaluación estratégica con respecto al progreso y el crecimiento de su negocio". 

En otras palabras, no cree que revelar públicamente cómo van las cosas sea bueno para sus perspectivas de negocio, lo cual, quiero decir, da pistas en la medida en que la verdad probablemente sea mala. (Para que quede claro, otras empresas de redes sociales que cotizan en bolsa, como Reddit y Meta, no mantienen en secreto gran parte de este tipo de información).

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A pesar de todo el pesimismo actual, la empresa de comunicación de Trump dice que tiene por delante tiempos mejores y más brillantes. El pasado martes, TMTG anunció que planeaba lanzar una plataforma de televisión en streaming en la que los creadores que no encuentren audiencia por razones "injustas" "no serán cancelados". Ese mismo día, el precio de sus acciones cayó un 14%, aunque al día siguiente se recuperó.

TMTG no se hundirá mañana. Su CEO, Devin Nunes —sí, ese Devin Nunes, antiguo congresista de Estados Unidos por California— ha dicho que tiene millones de dólares en el banco gracias al empujón que supone salir a bolsa. También está tratando de hacer frente a los vendedores en corto en un intento de mantener a raya a quienes apuestan contra la empresa.

En definitiva, para los accionistas, no se trata de una montaña rusa divertida. Las acciones siguen una trayectoria descendente y las cosas no pintan bien. La empresa ha presentado planes para emitir más acciones, lo que recaudaría aún más efectivo para las operaciones pero diluiría el valor para los accionistas actuales. El propio Trump, que posee más de la mitad de las acciones de la empresa, está sujeto a un periodo de bloqueo que le impide vender esas acciones durante seis meses. Se trata de una práctica bastante habitual en las SPAC para evitar las ventas masivas. El consejo podría acelerar el proceso y permitirle a él y a otras personas de dentro vender antes, lo que supondría para el expresidente una rápida inyección de liquidez, pero casi con toda seguridad deprimiría aún más el precio de las acciones.

¿Por qué aferrarse a las acciones cuando incluso su principal impulsor se está desprendiendo de ellas? Así que es probable que DJT se hunda aún más rápido cuando se permita vender a los principales accionistas, y no está muy claro cómo planea la empresa darle la vuelta a la situación. Trump, por su parte, tiene asuntos más importantes que tratar, como competir en unas elecciones y pasar el rato en los tribunales.

Que el precio de las acciones de TMTG haya caído no es sorprendente. No es un negocio de éxito, y no está claro cuánta gente va a querer entrar en Truth Social, por no hablar de cuántas empresas querrían anunciarse allí. Sin embargo, la velocidad de la caída de las acciones es un poco chocante. No era de esperar que la fuerza de la gravedad de la realidad tuviera un efecto tan fuerte e inmediato. De momento, la ilusión de Trump Media & Technology Group parece estar desvaneciéndose.