Este francotirador consiguió alcanzar un objetivo a 2.300 metros: así llevó a cabo uno de sus tiros más complicados

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Un Marine mirando a través de un Mk13 Mod 7 en la base de Quantico, en Virginia.
Un Marine mirando a través de un Mk13 Mod 7 en la base de Quantico, en Virginia.US Marine Corps/Staff Sgt. Bryan Nygaard
  • Los francotiradores se definen, al menos en parte, por su capacidad para disparar con precisión a un objetivo a grandes distancias, a veces extremas.
  • El sargento Hunter Bernius, un francotirador veterano del Cuerpo de Marines que dirige un curso de entrenamiento avanzado para nuevos francotiradores, ha relatado a INSIDER cómo fue su tiro más difícil a nivel técnico, en el que tuvo que disparar a un blanco a 2.300 metros.
  • A esa distancia, la bala tarda varios segundos en alcanzar el objetivo, por lo que el francotirador debe tener en cuenta cuidadosamente el viento, la dirección, la hora del día, el giro de la bala e incluso la rotación de la Tierra.
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Los francotiradores militares estadounidenses tienen que ser capaces de llevar a cabo disparos difíciles, tiros aparentemente imposibles. Tienen que ser capaces de forzarse al máximo a sí mismos y a sus armas.

El sargento Hunter Bernius, veterano francotirador del Cuerpo de Marines que dirige un curso avanzado de entrenamiento de francotiradores urbanos, llevó a INSIDER a través de su tiro más difícil técnicamente: disparó una bala a un blanco situado a unos 2.300 metros, con un rifle de francotirador calibre .50.

El sargento Hunter Bernius, un francotirador veterano del Cuerpo de Marines que dirige un curso de entrenamiento avanzado para nuevos francotiradores.
El sargento Hunter Bernius, un francotirador veterano del Cuerpo de Marines que dirige un curso de entrenamiento avanzado para nuevos francotiradores.US Marine Corps photo by Cpl. Tommy Huynh

El disparo a matar llevado a cabo a una mayor distancia, al menos que se haya confirmado, lleva el nombre del un francotirador de las fuerzas especiales canadienses, que mató a un militante de ISIS a 3.540 metros, en Irak en 2017. El récord anterior estaba en manos de Craig Harrison, un francotirador británico que disparó y mató a un insurgente talibán a 2.475 metros de distancia.

"Definitivamente hay gente que ha hecho cosas increíbles", relata a INSIDER el sargento Kevin Sipes, un veterano francotirador e instructor de la escuela de francotiradores de Fort Benning, Georgia. "Todo es posible".

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Los francotiradores son entrenados para explorar los movimientos de las fuerzas enemigas, a menudo desde posiciones muy expuestas, y se utilizan para atacar a los líderes enemigos y detener a sus fuerzas. Estas peligrosas misiones requieren que se conviertan en maestros del camuflaje, así como en francotiradores muy hábiles.

Aunque los 2.300 metros no sean un récord, es un tiro muy difícil de llevar a cabo.

"Matemáticas en estado puro"

Los francotiradores militares estadounidenses suelen operar a distancias de 600 a 1.200 metros. A distancias extremas, los Marines están forzando su arma más allá de sus límites. Los rifles semiautomáticos de largo alcance M107 utilizados por el Cuerpo de Marines pueden disparar con precisión a solo unos 2.000 metros.

"Disparar al suelo puede ser fácil, especialmente cuando se dispara a 600 metros de profundidad o 1.000 metros de profundidad. Eso es casi una segunda naturaleza", cuenta Bernius. 

"Pero cuando lo llevas al extremo, más allá de la capacidad del arma, tienes que considerar todo tipo de variables".

En esos rangos más largos, un francotirador tiene que confiar mucho más en las "matemáticas en estado puro" que en el instinto del tirador.

Bernius, nativo de Texas que ha sido desplegado a Irak y otros lugares en el Oriente Próximo, llevó a cabo su tiro más difícil técnicamente como estudiante en el curso avanzado de francotiradores, un programa de entrenamiento para francotiradores del Cuerpo de Marines que ya han completado el entrenamiento básico de francotiradores.

"Cuando entré como estudiante en el curso que estoy haciendo ahora, mi compañero y yo estábamos disparando a un blanco a aproximadamente 2.300 metros", cuenta Bernius. "De hecho, lo conseguimos, pero nos llevó entre 20 y 25 minutos de planificación, pensando en todo lo que necesitábamos hacer con los cálculos, con las lecturas".

A esa distancia, según ha podido saber INSIDER, la bala puede tardar entre 6 y 8 segundos en alcanzar el objetivo, lo que significa que hay mucho tiempo para que un gran número de factores externos afecten al lugar donde aterriza.

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"Tienes que tener en cuenta todo tipo de cosas", explica Bernius a INSIDER, apuntando que los francotiradores tienen que pensar en "la rotación de la Tierra, en qué dirección te encuentras, el viento no solo que da en tu cara, sino el que hace a 2.300 metros, a 1.000 metros, lo que sea".

La dirección y la rotación de la Tierra son cosas que la mayoría de la gente podría no darse cuenta de que entran en juego.

La dirección en la que el francotirador está mirando puede afectar la forma en que el sol golpea el osciloscopio, posiblemente distorsionando la imagen en su interior y afectando al tiro. También determina cómo la rotación del planeta afecta a la bala, que puede dar más alto o más bajo dependiendo de la posición del francotirador.

"Esto es solo para tiros de largo alcance, de más de 2.000 metros", especifica Bernius.

Otras cosas que hay que tener en cuenta son la temperatura, la humedad, la hora del día, si el francotirador está disparando sobre el agua (puede crear un espejismo), la forma de la bala, y el giro de la bala.

"Terminamos acertando", ríe Bernius. "Ese, para mí, fue probablemente el tiro más difícil técnicamente".

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