Esta es la habilidad que debes enseñar a tus hijos para desarrollar su inteligencia emocional, según neurocientíficos expertos en crianza

Las personas con una inteligencia emocional fuerte suelen ser más exitosas en la vida, ya que son capaces de comprender las emociones y saber manejarlas en una situación límite.

Sin embargo, desarrollar la inteligencia emocional no es tarea fácil. Algunas personas no son capaces, y lo más idóneo es potenciarlo desde una edad temprana.

Si quieres que tus hijos tengan una gran inteligencia emocional cuando sean mayores tendrás que empezar a trabajarlo durante la niñez.

Los neurocientíficos expertos en crianza William Stixrud y Ned Johnson explican en un artículo publicado en la CNBC qué habilidad debes enseñar a tus hijos para este fin.

Según estos científicos, la clave está en enseñar a los hijos a actuar de forma empática. De este modo,  en el futuro se sentirán más conectados con los demás y tendrán un comportamiento generoso.

Los adultos con empatía suelen ser personas emocionalmente inteligentes, y esta es una de las claves para tener éxito en la vida.

Sin embargo, en este punto siempre surge la misma duda: ¿cómo puedes enseñar a tus hijos a ser empáticos? William y Johnson ofrecen 4 consejos:

Mantener la calma cuando los niños entran en un momento de estrés

Hay muchos momentos a lo largo de la crianza en la que tus hijos te van a sacar de quicio. En estas situaciones de estrés lo mejor es mantener la calma.

Esto es especialmente importante si tus hijos están enfadados o tristes. Debes aprovechar la oportunidad para ejercitar la paciencia y dejar que se desahoguen.

Una vez hayan superado el estés es buena idea que hables con ellos para poner las cosas en perspectiva y conversar sobre lo que ha ocurrido. 

Comprender y aceptar su forma de pensar

Cuando los hijos están tristes o enfadados algunos padres intentan consolarlos al instante y convencerlos de que estén bien. Esto no siempre es adecuado.

Estas ocasiones son buenas para enseñar a tus hijos que encontrarse mal es un estado que van a sentir a lo largo de su vida adulta, y que no deben martirizarse por ello.

También es necesario comprender qué les ocurre y tratar de solucionar su angustia de forma más profunda. 

Escucha con atención

Los niños que se sienten escuchados suelen desarrollar una mejor capacidad empática. Además, así aprenden a escuchar mejor a los otros.

Cuando un hijo se siente comprendido por su padre lo acabará viendo como una figura en la que confiar en sus malos momentos, algo también positivo.

Si tu hijo tiene un problema escucha siempre con atención y no trates de quitar importancia a sus sentimientos. Interésate por ellos para darle una buena educación emocional. 

Hacer preguntas

Una vez terminado el trabajo de escucha y comprensión, llega el turno de hacer preguntas y explorar los sentimientos de tu hijo.

¿Qué le ha pasado? ¿Por qué cree que se siente así? ¿Piensa que otras personas también estarían molestas por ese motivo?

Hazlo de forma natural, desde la curiosidad que debe sentir un padre sobre las emociones de su hijo. Así conseguirás que amplíe sus miras y esté dispuesto a aceptar consejos o encontrar formas de resolver sus problemas.