La vida sexual de las anchoas, arañas muertas para agarrar cosas o cubiertos que cambian el sabor de la comida: los ganadores de los divertidos Premios Ig Nobel 2023

Cada año, los Premios Ig Nobel tienen lugar "para celebrar lo inusual, honrar a lo imaginativo y estimular el interés común por la ciencia, la medicina y la tecnología". Esta parodia estadounidense de los Premios Nobel está organizada por la revista de humor científico Annals of Improbable Research (AIR), y la ceremonia oficial de 2023 se produjo esta semana en el Sanders Theatre, de la Universidad de Harvard. 

¿Qué ha habido este año? Un poco de todo: enigmas, ciencia, sabores alterados, peculiares pinzas e incluso el frenesí sexual de la vida de las anchoas. Los ganadores, tal y como señala The Guardian, recibirán cada uno un billete de 10 billones de dólares... de Zimbabue. Además, el premio tiene la forma de un documento PDF que puede imprimirse y ensamblarse para crear un trofeo tridimensional.

Palabras que ya no suenan familiares y rinocerontes boca abajo

El premio Ig Nobel de transporte fue para un grupo que descubrió que transportar rinocerontes tranquilizados boca abajo era mejor para ellos. El de literatura fue a parar para un grupo de investigadores que analizaron las extrañas sensaciones que una persona tiene cuando repite la misma palabra muchas veces. Es un ejemplo de jamais vu.

El de ingeniería mecánica fue a parar a científicos de "necrobótica", los cuales reanimaron arañas muertas para emplearlas como herramientas de agarre mecánico para una peculiar pinza. "Descubrimos que las arañas solo tienen músculos flexores para contraer las piernas hacia adentro y dependen de la presión hidráulica para extenderlas hacia afuera", explica uno de los creadores.

Un váter que analiza tu caca y pelos nasales de muertos

En salud pública, Seung-min Park fue premiado por inventar el inodoro Stanford, un dispositivo que utiliza una variedad de tecnologías, incluida una tira reactiva para análisis de orina, un sistema de visión por computadora para el análisis de la defecación, un sensor de huellas anales emparejado con una cámara de identificación y la posibilidad de analizar los excrementos humanos.

En comunicación, los afortunados fueron los autores de un estudio sobre las actividades mentales de personas expertas en hablar al revés. Y en medicina, un fascinante trabajo: la cuantificación y medición de los pelos nasales en una población cadavérica.

Un aburrido estudio del aburrimiento y cubiertos que hacen más salada la comida

Los de la nutrición se quedarán fascinados con Homei Miyashita y Hiromi Nakamura, responsables de experimentos para determinar cómo sus palillos eléctricos y pajitas para beber pueden cambiar la experiencia culinaria para siempre: su investigación asegura que es posible mejorar el sabor salado de los alimentos mediante la estimulación eléctrica de la lengua.

También es muy "divertido" el premio de educación, que estudia el aburrimiento de profesores y estudiantes de la forma más aburrida posible. Su artículo se titula así: El aburrimiento engendra aburrimiento: un estudio de muestreo de experiencias sobre el impacto del aburrimiento de los profesores en el aburrimiento y la motivación de los estudiantes.

Extraños mirando hacia arriba, científicos que lamen rocas y la vida sexual de las anchoas

Para el campo de la psicología se decidió premiar a los autores de los experimentos urbanos que quisieron averiguar cuántos transeúntes se detienen a mirar hacia arriba cuando ven a extraños mirando hacia arriba. Nota sobre el poder de atracción de multitudes de diferentes tamaños, se llama su artículo.

El premio de geología fue a parar a Jan Zalasiewicz de la Universidad de Leicester, el cual explica por qué a muchos científicos les gusta lamer rocas. El geólogo italiano del siglo XVIII Giovanni Arduino usaba el gusto para ayudar a identificar rocas y minerales, pero a día de hoy se hace por una cuestión muy práctica: las superficies húmedas muestran mejor las partículas minerales. 

Para finalizar, el premio de física recaló en científicos centrados en explorar la actividad sexual de las anchoas en Bueu (Galicia). Estos pequeños pescados azules que se reúnen por la noche frente a las costas gallegas para desovar son capaces de crear pequeños remolinos que mezclan diferentes capas de agua en los océanos. "Física a pequeña escala".