Comercio de guerrilla: así funciona la tienda 'pop-up' que abre solo un día al año en el centro de Madrid

Libreria pop-up
Libreria pop-upE.O
  • El comercio de guerrilla busca hacerse un hueco en el centro de las ciudades, lugares cada vez más inaccesibles para los pequeños empresarios.
  • Bajo el nombre de Efímera, esta librería pop-up abrió durante un día en Malasaña, uno de los barrios más céntricos y de moda de Madrid.
  • Material barato, formato de evento y continuas actividades provocaron que multitud de clientes casuales también se acercasen al comercio.
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Aprovechando la cercanía de la Navidad, en el céntrico barrio de Malasaña abrió el sábado 14 de diciembre una librería pop-up; esto es, un comercio de un solo día: Efímera.

El objetivo de este negocio era exponer durante un día los productos de decenas de editoriales independientes del país. Todo con una perspectiva de ahorro en cada detalle para posibilitar la rentabilidad de la iniciativa.

El centro de Madrid es un lugar muy complicado al que acceder para el pequeño comerciante. Por ese motivo, iniciativas similares son cada vez más comunes para quien quiere llegar a un cliente off line o casual.

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Aquí puedes ver cómo es un negocio de estas características y cuál es la fórmula del éxito en las tiendas pop-up.

La librería se instaló en una de las calles principales de Malasaña, aspecto que facilitó la llegada de muchos clientes casuales

Libreria pop-up
Libreria pop-upE.O

Efímera se montó en uno de los barrios más concurridos del centro de Madrid: Malasaña. Una buena situación en uno de los barrios de moda ayudó a que se acercasen al comercio personas que pasaban el día por la zona además de los que conocieron el proyecto por internet.

El local contaba con la ventaja de tener un amplio escaparate que permitía ver desde fuera toda la librería y el continuo movimiento de clientes y participantes. Era raro que quien pasase por fuera no se acercase al cristal con curiosidad.

Con la idea de ahorrar costes y rentabilizar la librería, el material utilizado fue sencillo y sostenible

Libreria pop-up
Libreria pop-upE.O

El amplio local permitió cubrir las paredes con cajas que hacían de estanterías y otorgaban un pequeño espacio a cada libro en venta. Las cajas de cartón y mesas de madera fueron la única decoración de la librería pop-up, aspecto que ofrecía un aire efímero, como su mismo nombre.

Esta disposición también permitía reponer al momento cada libro vendido y descubrir con un simple recorrido visual lo que pudiese interesar al cliente.

Mientras estuvo abierta, los eventos fueron continuos y todas las editoriales pudieron presentar su proyecto

Libreria pop-up
Libreria pop-upE.O

Una pequeña parte de la librería se cedió para que cada editorial pudiese hablar entre 15 y 20 minutos sobre su proyecto con total libertad. La agilidad de las presentaciones las hicieron muy dinámicas y permitieron a proyectos como ContraEscritura, Carmot Press, El ángel caído y otras tantas acercarse a nuevos lectores.

Además, hubo editoriales como Orciny Press que aprovecharon para organizar eventos en la ciudad el día anterior y preparar un fin de semana más literario en Madrid.

La posibilidad de vender sus productos, presentar el proyecto y aprovechar el fin de semana para hacer más actividades fue muy interesante para los negocios participantes.

Además, todos los implicados colaboraron con la librería pop-up

Libreria pop-up
Libreria pop-upE.O

Hubo libros gratis, posibilidad de conocer a los convocantes y participantes, una pequeña barra de bar y, sobre todo, muy buen ambiente. La misma tienda pop-up se transformó es un espacio donde pasar un buen rato y conocer o afianzar relaciones con profesionales y otros aficionados.

El objetivo de que fuese una tienda más del barrio y un espacio interesante para profesionales se cumplió sin problemas.

Desde primera a última hora el tránsito de clientes y curiosos fue constante, tanto que hubo colas para poder pagar los libros comprados

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Libreria pop-upE.O

La llegada de clientes buscando nuevas lecturas o haciendo sus compras para Navidad fue constante, tanto que en algunos momentos costaba avanzar por la librería y la caja acumulaba decenas de personas esperando para pagar.

A falta de conocer las ventas, el formato de librería pop-up fue original y agradable. Sea por el lugar elegido, las fechas o los participantes, son muchos los motivos para desear más proyectos similares.

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