El Google Pixel 7a es el móvil que buscas si quieres portento fotográfico por 500 euros

Tras lanzar el Pixel 7 Pro a finales del año pasado y el Pixel 7 un poco más tarde, ahora le llega el turno al Pixel 7a, el dispositivo de acceso a la familia Google. 

Es algo muy habitual en la compañía de Mountain View. Buque insignia principal con especificaciones al máximo, un recorte en prestaciones para un poco más adelante y, por último, la versión más barata y modesta, que es el caso que nos ocupa. 

He tenido la oportunidad de probar el Pixel 7a durante unas semanas y tengo claro que se apellido "modesto" no está justificado. 

Es un equipo que brilla en cámara y software, al que suma diseño premium con ADN Google, rendimiento de nivel y gran batería. Eso sí, tiene algunas cosas que no me terminan de encajar. 

Sigue leyendo para conocer mi opinión en profundidad del Google Pixel 7a.

Un diseño con ADN Google que entra por los ojos gracias a ese módulo de cámaras con tanta personalidad, pero que se ensucia con mirarlo. 

El diseño del Google Pixel 7a sigue la misma estética que lleva viéndose en la familia Pixel desde hace unos años. Es decir, estética premium, construcción sobria y elegante cargada de personalidad y un módulo de cámaras trasero francamente original. 

A esto hay que sumar un agarre fantástico que sienta genial en mano gracias a un peso de 193 gramos y que gracias a ser más pequeño que la tónica habitual del mercado, permite usarlo con una mano de una manera mucho más cómoda.

A destacar por el lado negativo es que no ofrece ranura microSD, por lo que te quedas con el almacenamiento interno del dispositivo que tiene unos escasos 128GB, aunque siempre puedes tirar del almacenamiento en la nube, y una trasera que se llena de huellas. 

No sé cómo será el resto de ediciones, — hay roja blanca y azul, además de negra que ves en estas líneas— pero en esta en concreto he tenido que estar constantemente con un trapito para limpiar suciedad y uso diario. 

Pantalla de nivel con una estética rectangular que me ha llamado mucho la atención en donde vas a disfrutar a lo grande de la experiencia, aunque tiene un brillo máximo algo justo. 

En cuanto a la pantalla, sus características hablan por sí mismas: panel gOLED de 6,1 pulgadas con resolución FHD a la que suma una tasa de refresco de 90hz que consigue otorgar mucha fluidez a la experiencia. 

Lo que más me ha gustado, sin lugar a dudas, es que apuesta por un formato de panel totalmente rectangular. Es decir, los bordes negros son idénticos en laterales y zona superior e inferior, lo que le da mucha cohesión al conjunto.

En cuanto al día a día, la representación de color es francamente buena, lo que te va a permitir disfrutar de tus contenidos favoritos a gran nivel y un control de brillo automático excelente. 

Eso sí, su máximo se me ha hecho algo corto. No es que no se vea bien en exteriores, pero sí que he probado dispositivos este año más baratos que me han dejado mejores sensaciones con el impacto del sol.

Un rendimiento que no está nada mal, aunque está claro que el Tensor G2 está pensado para sacarle partido a la fotografía. 

En su interior guarda el procesador Tensor G2, el mismo que tiene el Pixel 7 y su versión Pro, por lo que en este sentido poco más se puede añadir, ya que calca rendimiento. 

Es decir, el equipo tiene un comportamiento ejemplar en apertura de aplicaciones, gestión de apps en segundo plano, navegación por internet o cualquier uso cotidiano que le vayas a dar y falla algo en el juego móvil. 

No vas a tener problemas para mover títulos exigentes, pero tiene una trasera que se calienta más de la cuenta y no vas a poder disfrutar con todos los parámetros al máximo. 

¿El motivo de todo esto? Que el procesador va destinado a mejorar el apartado fotográfico, algo que en esta ocasión vuelve a acertar de lleno.

Un sistema operativo que es una maravilla que suma reconocimiento facial, NFC para pagos móviles, 5G, buen lector de huellas y 5 años de actualizaciones de seguridad para dar una experiencia de usuario de primer nivel. 

Sin lugar a dudas, uno de los puntos fuertes del dispositivo y el que puede decantar la balanza entre un terminal u otro. 

Lo que te vas a encontrar aquí es Android 13, como no podía ser de otra manera, y con la clara promesa de que Android 14 llegará cuando Google lance la versión final.

Se trata de un sistema operativo Android puro, como es lógico, ya que es un software totalmente de Google y que, al igual que en su hermano mayor, me ha dejado completamente enamorado. 

Cientos de opciones de personalización para dejar el móvil a tu gusto, un gusto estético exquisito, widgets preciosos y llamativos que se adaptan a tu fondo de pantalla... Es un software excelente al que se le nota el cariño y el mimo que se le ha puesto. 

¿Lo mejor? 5 años de actualizaciones de seguridad y de software: tienes móvil para rato. 

Por lo demás, tiene un reconocimiento facial muy bueno, un sensor de huellas que cumple y desbloquea el dispositivo casi al instante, 5G y NFC para pagos móviles, entre otras cosas. 

Por si, cabe alguna duda: aquí vas a tener una experiencia de usuario sobresaliente. 

La batería cumple con autonomía para más de un día, aunque le falla no tener el cargador en la caja y una carga rápida algo floja.

En cuanto a la autonomía, su batería de 4815 mAh es más que suficiente para más de un día a pleno rendimiento gracias a la eficiencia del software y el procesador, por lo que estoy muy contento en este punto. 

Donde me ha llegado el disgusto es en la ausencia del cargador, una moda cada vez más común. De todas formas, su carga rápida se queda en 18W, un dato muy bajo en estos días, aunque incluye la posibilidad de carga inalámbrica de 7,5W.

La cámara es la gran protagonista de la función: pocas alcanzan este nivel por este precio. 

Y ahora toca hablar de la joya de la corona: el apartado fotográfico.

Ya me dejó alucinado la cámara de su hermano menor y aunque este recorta en prestaciones, esperaba muchísimo y cumple con creces. Para ser claros: pocas alcanzan este nivel por este precio. 

Así es la configuración de la cámara del Pixel 7a:

• Principal de 64 megapíxeles. 
• Ultra gran angular de 12 megapíxeles
• Selfie de 13 megapíxeles. 

Puede parecer algo escaso, pero lo cierto es que gracias al procesador Tensor 2 que hace uso de la inteligencia artificial para el procesado, las imágenes que consigues en prácticamente cualquier escenario son fabulosas. 

Como es lógico, se queda sin teleobjetivo, pero la cámara es suficientemente versátil para dar la talla en retratos, paisajes, escenarios nocturnos o lo que se te pase por la cabeza. 

La cámara principal tiene un gran desempeño tanto en el gran angular como en la cámara principal

En el modo 2x los resultados son fantásticos, pero ya en el 8x, el máximo de la cámara, se notan algo los píxeles

En interiores, la cámara selfie deja unos resultados muy buenos con unos colores muy equilibrados y un desenfoque en el modo retrato correcto. 

En exteriores, más de lo mismo, pero el desenfoque es mucho mejor: mira lo bien que se percibe al protagonista de la foto.

Con respecto al modo noche, las sensaciones no son tan positivas, aunque se puede rescatar algo y la diferencia con respecto al modo normal es muy palpable. 

Aquí tienes una pequeña galería del Pixel 7a para que veas de qué es capaz:

El Google Pixel 7a es un gama media soberbio que te va a conquistar si buscas cámara y experiencia de usuario de nivel a precio muy interesante.

El Google Pixel 7a es un móvil fantástico que, por su precio, se convierte en un gama media premium muy a tener en cuenta.

Tiene una cámara que obra maravillas, un software pulido que te va a ofrecer una experiencia de usuario de primer nivel y un rendimiento excelente. 

Sí, tiene sus problemas, como un brillo máximo que se queda algo escaso, la ausencia de cargador en caja, una trasera que es un imán para las huellas o ese rendimiento que lo aleja de la experiencia, ya que va destinado a mejorar el apartado fotográfico. 

Pero si estos pequeños inconvenientes no te suponen problema, te vas a encontrar con un dispositivo que vale cada céntimo de los 509 euros que tiene como punto de partida.