La inteligencia artificial ha avanzado hasta tal punto que puede repetir razonamientos propios de personas como ideologías, prejuicios de género, etnia o clase social. Lo que parecía ciencia ficción, es ya una preocupación para empresas y trabajadores.

Los expertos van más allá. La IA puede revolucionar las relaciones laborales del futuro: las próximas luchas sindicales serán contra los algoritmos que dan forma a la inteligencia artificial, según un estudio analizado en ElPaís.

José Varela, responsable de digitalización de UGT, ejemplifica que la IA puede decidir la asignación de turnos entre los empleados, determinar el salario o quién promociona dentro de la empresa, ha recogido LaSexta.

"El 76% de las empresas no evalúan los algoritmos de sus herramientas", explica Varela. Por tanto, ¿la inteligencia artificial puede tener prejuicios? Sí, en su programación inicial o en su funcionamiento, y las empresas no suelen darse cuenta de ello.

La inteligencia artificial en el consumo y los servicios

Un estudio del Banco de España analizado en LaSexta expone situaciones de desigualdad creadas por el uso de algoritmos en materia de clase social. La inteligencia artificial no tiene sentimientos, de momento, y solo se basa en datos para conceder un crédito. Por tanto, un crédito será exponencialmente más alto para las personas con menores recursos.

La variable de género importa. El Banco de España ha estudiado que las mujeres son mejores pagadoras, por lo que la inteligencia artificial les concederá créditos con mayor facilidad que a los hombres. 

Google anuncia distintas funciones de IA que va a integrar en su buscador y en Google Maps: se desconoce aún su propuesta para competir contra ChatGPT.

"Si un algoritmo tiene un sesgo, suele perjudicar a las mujeres", ha asegurado Patricia Suárez, presidenta de Asufin. La incorporación tardía al mundo laboral, la posibilidad de un embarazo o su mayor presencia en el trabajo parcial coloca a las mujeres como empleadas más débiles que los hombres. La IA tendrá en cuenta estos datos ignorando otros razonamientos.

La IA en tela de juicio

El Parlamento Europeo ya trabaja en mejorar la transparecia y la supervisión del uso de la inteligencia artificial en procesos selectivos. Por otro lado, la ciudad de Nueva York obliga a sus empresas a demostrar que sus algoritmos no discriminan por cuestión de raza o género, ha comentado anteriormente Business Insider. 

La CNMC está estudiando en España cómo regular los proyectos de inteligencia artificial para que no se produzcan ventajas competitivas entre los participantes, "sin perjuicio de que coexistan intereses privados, y preferentes los objetivos de interés público", ha añadido.