Invertir no es sólo cosa de ricos: 5 formas de introducirse en la inversión siendo mileurista

Muchas veces existe el mantra infundado de que invertir es exclusivamente de personas que tienen mucho dinero.

¿Es así realmente? La realidad es que no. 

Destinar el ahorro a invertir es una estrategia absolutamente recomendable para cualquier individuo. Primeramente, definiendo el perfil de riesgo que se quiere asumir con tu dinero y ajustando la planificación financiera necesaria para que el presupuesto vaya acorde en todo momento a tu nivel patrimonial. 

Pero lo que está claro es que si eres mileurista, puedes adentrarte en el mundo de la inversión sin ningún problema. La clave, siempre, es que sigas recomendaciones como no gastar más de lo que ingresas, utilizar aplicaciones móviles que te ayudan a reducir los gastos o automatizar el ahorro. Con esas prácticas, serás capaz de destinar más dinero a la inversión.

Si has hecho tus cuentas y crees que puedes ahorrar, bienvenido al mundo del pequeño inversor. Lo primero que debes hacer para sacarle rendimiento a tus pequeños, pero no por ello menos importantes ahorros es definir tus objetivos. ¿Para qué quieres ahorrar? ¿Jubilarte? ¿Pagar la educación de tus futuros hijos?

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Dicho lo cual, hay una serie productos y tácticas que puedes tener en cuenta para invertir si tu sueldo es de unos 1.000 euros mensuales. ¿Cuáles son las mejores alternativas que tienes a tu alcance?

A continuación, puedes ver algunas opciones a considerar que te pueden ayudar a que tu capital crezca progresivamente, aunque tu nivel salarial esté por debajo de la media de todo el país.

Cuentas remuneradas

Este es un producto para perfiles más conservadores, pero que puede ser interesante de entrada. Es similar a la cuenta nómina que ofrecen las entidades bancarias, pero que tienen como gran diferencia que genera un pequeño rendimiento para intentar evitar el efecto adverso de la inflación, a pesar de los tipos de interés tan bajos que se están observando. 

Hay algunas cuentas remuneradas que pueden ser muy interesantes y que pueden hacer que tu ahorro rinda progresivamente, aunque con un retorno más bajo. Es una alternativa interesante para aquellos que no quieran asumir un nivel de riesgo elevado.

Planes de pensiones

Si piensas de cara a un marco temporal más amplio, los planes de pensiones o de empleo son una muy buena opción. ¿Por qué? Porque un mileurista no podrá hacer grandes dispendios y el hacer pocas aportaciones cada mes es bastante atractivo desde el punto de vista del ahorro. Hay productos en los que puedes aportar desde 50 euros mensuales. Ideal desde el punto de vista de las finanzas personales.

Bucea sobre los productos que se puedan ajustas más a tu perfil de riesgo y a tus necesidades. Hay planes indexados que no requieren excesiva vigilancia y que son una buena propuesta para obtener rentabilidades a largo plazo: no solo por su comportamiento, sino porque las comisiones que aplica son muy bajas.

Depósitos

Estos productos son, por excelencia, los más conservadores. No se debe asumir ningún riesgo para tu cartera, pero es cierto que tampoco ofrecen un rendimiento sumamente elevado. En esencia, estos plazos fijos permiten hacer trabajar tu dinero sin llevarte grandes sustos, aunque muchos de ellos no son capaces de batir a la inflación.

Asimismo, si inviertes toda la cantidad de tu dinero, imagínate que son 3.000 euros en un depósito con el interés al 0,10% TAE, obtendrás 3 euros de ganancia en un año, mientras que si lo destinas a un fondo conservador podrías conseguir un beneficio mucho más alto. Pero, como siempre, son productos que considerar.

Fondos de inversión

Otra de las alternativas para los perfiles mileuristas son los fondos de inversión: desde los más conservadores (monetarios o garantizados), hasta los más arriesgados (renta variable). Al igual que sucede con los planes de pensiones, puedes destinar parte de tus ingresos a hacer aportaciones automáticas para estos vehículos. 

De esta manera, se podrá diversificar la inversión y beneficiarte de las diferentes ventajas que ofrecen como el ahorro en costes, gestión de un equipo profesional de gestores, acceso a diferentes sectores, países, tipos de activos, entre otros. 

Invertir en bolsa

La última posibilidad es la de centrarte en la bolsa. Pero, eso así, antes de liarte la manta a la cabeza considera que puede haber otras opciones que se ajusten más a tu perfil de inversor. Es importante que analices el tipo de perfil inversor en el que encajas y que seas consciente de que los mercados bursátiles son extremadamente sensibles a numerosos factores difíciles de controlar, sean económicos, políticos, territoriales, laborales, coyunturales, sectoriales o que estén relacionados con el título o los títulos por los que vayas a apostar.

La decisión de invertir —sea en el producto que sea— debe ser tomada de forma responsable, contando con toda la información necesaria en tu mano y, aunque parezca una obviedad, con sentido común, según aconsejan desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

De este modo, puedes ir empleando pequeñas cantidades e ir incrementando tu capital poco a poco. Eso sí, efectivamente, has de tener mucho cuidado.