La compañía de reparto holandesa Just Eat vuelve a la rentabilidad en 2022 tras varios meses en números rojos, durante los cuales había llevado a cabo diferentes adquisiciones, como la compra de la estadounidense Grubhub o la brasileña iFood. 

La empresa de delivery ha registrado en 2022 una caída en el número de pedidos respecto al año anterior, con un total de 984 millones de envíos realizados, frente a los 1.086 millones de 2021. Sin embargo, ha crecido en ingresos con una cifra total de 5.559 millones de euros, un 4% más que en 2021, gracias en parte a que el gasto por pedido ha sido mayor.

Las pérdidas del grupo se han disparado en 2022, pasando de 1.040 millones de euros en 2021, a 5.670 millones de euros. 

Según ha adelantado la compañía en una presentación a sus inversores, en 2022 ha tenido un ebitda ajustado de 19 millones, frente a las pérdidas de 350 millones del año anterior. 

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El segmento del Sur de Europa, en el que se encuentra España, junto con Australia y Nueva Zelanda, aunque no desglosa la actividad por país, registró pérdidas por valor de 161 millones de euros, frente a los 262 millones de pérdidas de 2021.

"En 2022, nuestra prioridad fue mejorar la rentabilidad y fortalecer nuestro negocio. Esperamos una nueva mejora del ebitda ajustado en 2023 y nuestra ambición de crear un negocio de entrega de alimentos altamente rentable está firmemente encaminada", ha señalado esta mañana en un comunicado Jitse Groen, CEO de Just Eat.

Just Eat prevé un ebitda positivo en 2023 de alrededor de 225 millones de euros, según ha adelantado su CEO. La compañía ha señalado que "esta orientación incluye inversiones adicionales… así como la inflación de los costes salariales, y tiene en cuenta un entorno macroeconómico incierto". 

Desde Just Eat prevén que se mejore en la segunda mitad de año. Actualmente, según han compartido en la presentación de resultados, poseen 2.000 millones de euros en caja.

Sesión agitada en bolsa

El 2022 ha sido un año en el que la situación macroeconomía, marcada por la guerra de Ucrania, la creciente inflación y la subida de tipos de interés, ha obligados a las empresas —especialmente en el sector del delivery— a contener el gasto, reducir costes y empezar a hablar de números negros para contentar a unos inversores que estaban huyendo en masa de cualquier valor poco rentable.

A pesar de los resultados aparentemente positivos para la compañía naranja, no ha cumplido las expectativas de los analistas. Además, desde la publicación de resultados encadena una mañana aciaga en bolsa con un descalabro del 10% del valor de sus acciones tras la apertura del mercado, y un posterior repunte de otro 10%. 

La acción hoy ronda los 19 euros. En los últimos meses, la compañía naranja encadenaba semanas de crecimiento tras un 2022 marcado por la sangría sobre el parqué tanto de sus competidoras, Delivery Hero, Deliveroo y Doordash, como de las grandes tecnológicas en general.

A la compañía holandesa todavía se le sigue atragantando la venta de Grubhub, empresa de reparto estadounidense que adquirió en 2020 por 6.500 millones de euros. Hoy han adelantado que sigue explorando la venta parcial o total de la empresa, y ha advertido de que no hay certeza de que se vaya a llegar a un acuerdo, ni de los plazos para ello.

Las pérdidas de la compañía, que han ascendido a más de 5.000 millones y que los analistas preveían fueran de alrededor de 3.600 millones, quedan lastradas por los 4.600 millones de euros de pérdida como consecuencia del deterioro financiero del valor de Grubhub que habían adquirido con fondos propios, y una pérdida contable de 275 millones de euros en la venta de iFood. 

Información actualizada con la situación en bolsa de la compañía.