Leyes que debes cumplir en un crucero: qué ocurre si alguien comete un asesinato o consume drogas a bordo

Para asegurarte de que tu viaje es un éxito es necesario que antes de subir a bordo (especialmente si lo haces por primera vez) conozcas algunas reglas que deben seguir todos los pasajeros: existen normas que no debes saltarte y también ciertos elementos prohibidos a bordo.

Aunque algunas normas sean evidentes y otras no las consideres importantes, lo cierto es que la cosa se pone más seria cuando un pasajero comete alguna infracción que va más allá de la falta de educación, sino que se trata de algo ilegal.

Surcar los mares a bordo de estas ciudades flotantes no te exime de la ley. Mientras que algunas leyes locales dejan de aplicarse cuando el barco sale del puerto (como las prohibiciones de jugar a juegos de azar o beber alcohol en ciertos lugares), la cosa cambia cuando se trata de cometer delitos a bordo.

Si un pasajero comete un delito como puede ser un asesinato o una violación, no tiene donde escapar y, lógicamente, será juzgado por ello y deberá cumplir la ley en alta mar. La pregunta es: ¿bajo qué legislación? ¿la de su país, la del destino en el que se encuentra o la del lugar donde esté registrado el barco?

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Según explicó anteriormente en Business Insider Jim Walker, un abogado especializado en casos relacionados con cruceros, cuando un crucero atraca en un puerto, sus pasajeros están sujetos a las leyes del país en el que se encuentra el puerto. 

Por ejemplo, si alguien informa al personal del barco de que cree que otro pasajero puede estar en posesión de alguna droga —siendo la marihuana la más común—, la queja puede enviarse al departamento de seguridad del barco, que puede alertar a la policía local del próximo destino. Allí, la policía podrá registrar el camarote del sospechoso sin orden judicial. En caso de ser descubierto, el pasajero puede enfrentarse a dos escenarios: pagar una cuantiosa multa o ser detenido por las autoridades locales.

Por otro lado, muchos contratos de las navieras incluyen el permiso de que "miembros de la tripulación busquen en los camarotes por cualquier motivo", según Walker.

Las compañías de cruceros cuentan con personal de seguridad bien entrenado y con protocolos de actuación para proteger a pasajeros y tripulación, por lo que no les resulta complicado estar al tanto de cualquier conflicto que pueda ocurrir a bordo.

Otro ejemplo de conflicto a bordo es el que ocurrió en 2006 a una pasajera de Royal Caribbean que navegaba por la Riviera mexicana y denunció haber sido violada en su camarote, según cuenta el portal How Stuff Works. A su regreso a Los Ángeles, dos agentes del FBI le tomaron declaración y le dijeron que no podían hacer nada.

El caso contribuyó decisivamente a que el Congreso aprobara en 2010 la Ley de Seguridad y Protección de Cruceros, la cual obliga a las compañías de cruceros a informar de las agresiones sexuales y otros delitos que se produzcan en los cruceros. El Gobierno de EEUU está obligado a informar trimestralmente sobre las actividades delictivas en cruceros, algo que no ha cumplido en el último año.

El conocido como derecho marítimo (la ley que se aplica a las personas en el agua) es bastante complicado, según explica dicho portal, por lo que la mayoría de los casos de delitos en cruceros se deciden caso por caso.

La legislación de un crucero es la del país donde está registrado el barco, por lo que las leyes a bordo de un buque son las leyes de ese país. Sin embargo, a la hora de determinar qué leyes se aplican a un buque marítimo, también hay que tener en cuenta el territorio. 

Es decir, cuando un barco atraca en el puerto de Miami, todas las leyes de Estados Unidos (y de Florida) se aplican al barco, sus pasajeros y su tripulación.

Casi todas las leyes de un país se aplican también en sus aguas territoriales, que se extienden hasta 12 millas de su costa. Entre 12 y 24 millas la jurisdicción de un país es limitada. A partir de ahí, se considera que el barco se encuentra en aguas internacionales, por lo que la ley de ese buque es la ley del país en el que esté registrado.