El precio de la transición al vehículo eléctrico en España: se perderán 29.000 empleos en 2030 y 165.000 trabajadores necesitarán reciclarse

Un trabajador en una línea de ensamblaje de coches en la fábrica de Seat en Martorell (Barcelona)
Un trabajador en una línea de ensamblaje de coches en la fábrica de Seat en Martorell (Barcelona)

REUTERS/Albert Gea

  • La transición al vehículo eléctrico provocará una pérdida de hasta 87.000 empleos en el sector automovilístico español, y los nuevos puestos no compensarán ese recorte, según un estudio de Boston Consulting Group.
  • Este movimiento obligará a reciclarse a 165.000 trabajadores de las empresas del sector, que emplea de forma directa a 344.000 personas.
  • El impacto podría ser mayor, ya que sumando los empleos indirectos el automóvil da trabajo a casi 2 millones de personas en España, que es el segundo mayor fabricante de Europa.
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El vehículo eléctrico va a suponer un enorme desafío para la industria automotriz española. Como segundo fabricante europeo, al que la crisis de semiconductores recortó la producción en 2021 en casi un 6% —1.950.729 unidades producidas hasta noviembre, último dato disponible de la patronal de fabricantes ANFAC— la transición eléctrica es un reto indispensable para sector.

Sin embargo, las perspectivas no son halagüeñas. La composición del sector automovilístico español, formado no solo por las marcas de vehículos —todas ellas con sede fuera de las fronteras españolas— sino también por proveedores y empresas de servicios de muy diverso tipo, provocan que todo un tejido tenga que adaptarse al coche eléctrico. Y buena parte podría salir perdiendo.

En esta adaptación, un reciente estudio anticipa que podrían perderse al menos 29.000 empleos del sector, según cálculos de la consultora estadounidense Boston Consulting Group que ha presentado la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), una entidad que agrupa a marcas de automóviles, energéticas, empresas de infraestructura de carga, logísticas y de movilidad.

Según los autores del estudio, el sector automovilístico emplea en España de forma directa a 344.000 personas que se verían afectadas de una u otra forma por la llegada del vehículo eléctrico, entre compañías automovilísticas, proveedores y empresas de servicios, según datos de 2019. A finales de esta década serán 315.000 personas, 29.000 menos que la década anterior.

Estos son los coches más vendidos en Europa: en 2021 el sector se quedó por debajo de los 10 millones de vehículos entregados y empeoró los datos de 2020

Los motivos son variados: desde la reducción del volumen del mercado, que según los datos del estudio no recuperará los niveles preCovid, sino que se estabilizará en 1,5 millones de vehículos vendidos anuales; la búsqueda de mayor productividad a través de la digitalización y la automatización; o la deslocalización de producción a países con menor coste laboral

El estudio prevé una disminución de la producción de vehículos producidos en España del 1,6% hasta 2030, lo que supondrá una pérdida de 21.000 puestos de trabajo. La robotización y la automatización en las fábricas tendrá un impacto de 4.000 empleos, especialmente aquellos menos cualificados. 

Pero más importante aún será el impacto en los proveedores relacionados específicamente con los motores de combustión interna, un golpe de 38.000 empleos y la deslocalización de la fabricación de algunos modelos, con un impacto de 24.000 empleos. Todas estas causas suponen un golpe de 87.000 empleos a la industria.

El impacto positivo del coche eléctrico es destacado, pero no suficiente

La transición al coche eléctricos también tendrá sus efectos positivos: se espera que surjan 39.000 empleos nuevos directamente relacionados con el vehículo eléctrico, en áreas como las baterías y la infraestructura de recarga. 

Además, el estudio prevé que se contrate a 16.000 personas más por el aumento de la gama media en el mix de vehículos y el incremento de la demanda de empleos de ingenieros de software (2.000 puestos). Sin embargo, todos esos nuevos empleos suman unos 57.000 puestos de trabajo, lo que confirma la pérdida de unos 29.000.

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"Hay muchos empleos ligados a la infraestructura eléctrica y de recarga del vehículo eléctrico, pero si cogemos todos los factores hay una cierta bajada", ha reconocido Donia Razazi, director del Programa Ejecutivo sobre Vehículo Eléctrico en la Escuela de Organización Industrial, durante la presentación del estudio.

El golpe podría ser aún mayor, ya que incluyendo a los empleos indirectos y relacionados el sector automovilístico supera los 2 millones de trabajadores, ha recordado Jordi Carmona, secretario sectorial de Industria Automovilística del sindicato UGT-FICA. 

"El cambio de movilidad va a llevar a una menor producción de vehículos, y la robotización y la digitalización provocaran un sobrante de trabajadores en el sector. Tenemos que hacerlo de una manera ordenada y justa, con los trabajadores como protagonistas, porque va a haber una gran cantidad de trabajadores a los que va a ser imposible formarlos", ha lamentado Carmona.

165.000 trabajadores tendrán que reciclarse

Junto a los puestos que se podrían perder, Boston Consulting Group identifica un grupo aún más numeroso de profesionales del sector, unos 165.000, que necesitarán reciclar sus conocimientos para adaptarse a las nuevas necesidades de una industria centrada en el vehículo eléctrico.

De ellos, 90.000 trabajadores tendrán que hacer una formación específica para poder mantenerse en el mismo sector y adaptarse a las especificidades de la movilidad eléctricas, manteniéndose en la misma industria y tipología de empleo. 

Otros 25.000 tendrán que cualificarse para cambiar de actividad pero manteniéndose en la misma industria. Sin embargo, otros 40.000 tendrán que hacer un esfuerzo aún mayor para adaptarse hacia los nuevos empleos em otros sectores que crezcan con la electrificación, relacionadas con las baterías o la infraestructura energética.

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"El desafío realmente es cómo se van a poder transformar esos puestos de trabajo y ayudar a esa transición: desde el lado de las empresas hay que evaluar qué necesidades de formación tienen, y del lado de la administración cómo facilitar a las empresas lo que necesitan", ha destacado Razazi.

Desde la administración pública, la jefa del departamento de Movilidad Sostenible del IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía), Isabel del Olmo ha pedido mirar con mayor optimismo la llegada del coche eléctrico, ya que bajo su punto de vista es "un ecosistema que es más: eficiencia energética, almacenamiento, autoconsumo... Yo soy optimista con que haya más empleos", ha subrayado.

En este sentido, la portavoz del IDAE ha destacado que tanto las medidas de estímulo a la demanda (los planes Moves) como el PERTE para impulsar la producción del vehículo eléctrico o la Ley de Cambio Climático podrán convencer a los fabricantes internacionales para que asignen más modelos eléctricos a las fábricas españolas. "Si ponemos condiciones que faciliten la penetración del vehículo eléctrico, las marcas asignarán más modelos a nuestras industrias", ha subrayado.

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