Longyearbyen, el pequeño pueblo del que depende el futuro de la humanidad y en el que está prohibido por ley morir o tener gatos

El pequeño pueblo de Longyerbyen, situado en la región de Svalbard (Noruega)
El pequeño pueblo de Longyerbyen, situado en la región de Svalbard (Noruega)REUTERS
  • En Longyearbenyen, población situada en la región de Svalbard (Noruega), sus 2.300 habitantes tienen que soportar temperaturas propias del desierto Ártico, que descienden de los -10º C.
  • Las curiosas leyes del asentamiento permiten que siga existiendo vida humana en esta zona de temperaturas extremas y fenómenos climáticos adversos, que se mezclan con la fauna salvaje del lugar, como los osos polares.
  • Este pequeño pueblo también es conocido por albergar en su seno el Banco Mundial de Semillas, un inventario floral compuesto por más de 800.000 semillas, para evitar la extinción de la humanidad.
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En Longyearbenyen, población situada en la región de Svalbard (Noruega), sus 2.300 habitantes tienen que soportar temperaturas propias del desierto Ártico, que descienden de los -10º C.

Si algo caracteriza a este lugar son sus curiosos habitantes, famosos por haber acordado leyes que, en otro lugar del mundo, no se entenderían. Pero en este asentamiento noruego de la región de Svalbard están más que justificadas, para garantizar la continuidad de la vida humana en el lugar más recóndito del planeta Tierra.

Su historia se remonta a principios del siglo XX, cuando John Munro Longyear fundó la ciudad, la cual vendió más adelante a una empresa minera de Noruega. Construida para albergar a los trabajadores y sus familias, el asentamiento se centraba en torno a la producción de carbón.

En la actualidad, la población está compuesta por más de 50 nacionalidades diferentes, un hecho que convierte a Longyearbenyen en una de las localidades mas diversas del mundo entero. Curiosamente, la mayoría de los ciudadanos tiene origen tailandés, debido al gran número de trabajadores noruegos que visitan Tailandia por vacaciones. 

Todos los habitantes de este pueblo, el lugar más cercano al Polo Norte, tienen que soportar temperaturas que llegan en invierno hasta los -30º C. Además, durante este periodo, que abarca 4 meses, no hay luz, mientras que en verano tienen que vivir con luz las 24 horas del día.

El clima justifica las leyes que los habitantes de Longyearbenyen han aprobado en conjunto

Debido al calentamiento global del planeta y a las elevadas temperaturas de los océanos, los peces están comenzando a conquistar la zona. Esto provoca que el ecosistema cambie y, por consiguiente, se den con más frecuencia avalanchas de nieve.

Los ciudadanos de Longyearbenyen, para mitigar el clima adverso de la región, acordaron unas serie de leyes, tal y como ha publicado Medium, como la prohibición de morir o dar a luz en la propia población e, incluso, el veto permanente a la entrada de gatos al pueblo. Aunque todas ellas tienen una explicación detrás.

Boda celebrada en Longyearbyen
Boda celebrada en Longyearbyen

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Como el asentamiento no tiene asistencia médica, los ciudadanos que enferman gravemente son trasladados de inmediato al sur de Noruega, donde se les atenderá o, en el peor de los casos, se procederá a su entierro.

Esto se debe a que no se pueden enterrar cuerpos, ya que el suelo es permafrost –permanentemente congelado–, lo que provoca que la descomposición sea más lenta. Como el pueblo está rodeado de osos polares, los ciudadanos quieren evitar atraer a estos animales al asentamiento.

Además, tampoco está permitido dar a luz en Longyearbenyen, debido a que no existen unidades de maternidad y supondría un peligro grave durante el parto. Y, si el bebé o la madre sufren complicaciones, se volvería al supuesto de fallecimiento, algo que se quiere evitar.

Por último, las leyes del asentamiento prohíben la entrada de gatos. No es que los habitantes de este pueblecito noruego odien a estos felinos domésticos, sino que pretenden proteger a las poblaciones de aves de la extinción, ya que son escasas y los gatos son depredadores naturales de las mismas.

Longyearbenyen es la última barrera ante un desastre medioambiental o una catástrofe nuclear

A pesar de sus curiosas leyes, Longyearbenyen es más conocido porque alberga, desde 2008, el Santo Grial que posibilita la existencia de la vida humana: The Svalbard Global Seed Vault, conocido en castellano como el Banco Mundial de Semillas. 

Este búnker, construido a 130 metros de profundidad para evitar cualquier fenómeno climático, es la biblioteca de Alejandría de especies de flora de todo el planeta, así como algunas ya extintas. Sus 800.000 semillas convierten a este banco en el más grande a nivel mundial.

Muestra de la vida animal de Lonyearbyen
Muestra de la vida animal de Lonyearbyen

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Además, estas son la única barrera existente para salvar la vida humana si se produce un desastre medioambiental o un accidente nuclear. Como ejemplo de esto, el Banco Mundial de Semillas abasteció el banco internacional de semillas de Siria, en 2015, destruido durante la guerra en el país.

Por ello, aunque existen lugares en los que la vida es más favorable, este desierto blanco, uno de los lugares más recónditos e inhóspitos del planeta, se debe proteger y cuidar, ya que en él se encuentra la semilla que hará florecer el futuro de la humanidad.

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