En realidad, es una mala idea "ser tú mismo" en el trabajo

| Traducido por: 
Man shooting rubber band in office cubicle
Getty Images/Gregory Kramer
  • Hay una idea que circula por ahí de que debemos "ser nosotros mismos" en el trabajo.
  • Yo he cometido el error de hacerlo más de una vez y me arrepiento.
  • Lleva al trabajo solo las partes de ti mismo que los compañeros perciban como respetuosas y profesionales y que te ayuden a hacer tu trabajo.

Una de las tendencias más extrañas de la cultura laboral de los últimos años es la teoría de que debes "ser tú mismo en el trabajo".

A menos que intentes molestar o confundir intencionadamente a tus compañeros o sabotear tu carrera, es una idea terrible.

Nadie debería ser uno mismo en el trabajo.

Esto no se debe a que todos seamos secretamente horribles o a que, en el trabajo, tengamos que fingir y comportarnos como máquinas, y despojarnos de cualquier atisbo de personalidad y diferencia.

Es porque todos tenemos peculiaridades, hábitos, creencias y rasgos que pueden ser apropiados y entendidos (o al menos tolerados) entre amigos y familiares, pero que pueden ser malinterpretados, molestos o irrespetuosos (o peor) en el trabajo. Al fin y al cabo, en el trabajo tenemos que ganarnos la confianza y el respeto de personas que no nos conocen bien, que pueden tener sensibilidades diferentes a las nuestras, que no eligen salir con nosotros, que pueden no apreciar nuestro sentido del humor, y que no pueden mandarnos a la mierda si decimos o hacemos algo que les duele o les cabrea.

Gracias al movimiento #MeToo y a otras historias sobre entornos de trabajo tóxicos a lo largo de los años, hemos visto claramente lo perjudicial que puede llegar a ser que algunas personas lleven su "yo íntegro" al trabajo. Harvey Weinstein era monstruoso.

También hemos visto recientemente ejemplos menos extremos: El jugador de la NFL Travis Kelce (la pareja de Taylor Swift) puede ser físico y apasionado, pero como el propio Kelce ha reconocido más tarde, nunca debería haber golpeado agresivamente a su entrenador en la línea de banda y haberle gritado en la cara.

Pero lo mismo ocurre con el comportamiento cotidiano.

No hay una línea clara sobre lo que está bien y lo que no en el entorno laboral, y difiere según la organización, el sector y la situación. Así que tendrás que usar tu criterio.

Pero una regla general podría ser la siguiente:

Lleva al trabajo solo las partes de ti mismo que sean útiles para ti, tus compañeros, tu misión, tu carrera y tu empresa, y que creas que serán percibidas como respetuosas y profesionales por las personas con las que trabajas.

(Fíjate en el "será percibido como". No puedes dictar cómo te perciben tus compañeros. Lo único que puedes hacer es intentar actuar y hablar de un modo que creas que los demás considerarán respetuoso y profesional).

Lo que necesitas saber para estar informado

Lo que necesitas saber para estar informado

¿Te gusta lo que lees? Comienza tu día sabiendo qué piensan y qué les preocupa a los ejecutivos de las principales empresas del mundo con una selección de historias enviada por Business Insider España a primera hora cada mañana.

Recibe la newsletter

Un ejemplo es vestir de manera profesional. A menos que tu forma de vestir en casa se considere "profesional" —y yo no lo considero así—, es mejor que dejes en casa tus preferencias personales. (Por cierto, es increíble cómo ha cambiado la definición de "vestir profesionalmente" a lo largo de los años, especialmente en Wall Street. ¿Zapatillas blancas? ¿En serio?)

Otro ejemplo es la bebida.

A muchos nos gusta tomar una copa o dos (o más) con los amigos.

Lo hacemos aun sabiendo que el alcohol debilita nuestras inhibiciones, empeora nuestro juicio y aumenta la probabilidad de que digamos o hagamos cosas estúpidas.

Pues bien, ninguna de esas cosas son útiles en el trabajo. Y no son pocas las personas que han bebido demasiado en un evento laboral, han hecho o dicho alguna estupidez, y han sido despedidas por ello.

Así que si decides beber alcohol en el trabajo —incluso en un acto patrocinado por la empresa—, es aconsejable que no bebas tanto como para que aparezca tu "yo borracho", y te cueste el puesto.

Henry Ikea Regissor 1

Y aquí van otros dos ejemplos de mi propia carrera, ambos reflejan partes de mí mismo que desearía haber dejado en casa.

Solía decir palabrotas. Casi todas las frases que salían de mi boca iban acompañadas de una "j" o una "p", sobre todo cuando algo me apasionaba.

En los primeros días en Business Insider, cuando éramos una pequeña startup y trabajaba con un puñado de compañeros de equipo que me conocían bien, compartía esa parte de mí. Mis compañeros hablaban de la misma manera y teníamos una gran camaradería, así que me pareció apropiado en aquel momento. Espero no haber ofendido a nadie.

Pero un día, durante un discurso dirigido a todo el equipo de Business Insider que, para entonces, contaba con más de cien personas, me oí a mí mismo soltar esas palabrotas. Y, mientras miraba las caras de mis compañeros, me di cuenta de que no todos ellos consideraban apropiado, divertido o inspirador que yo hablara así. También me di cuenta de que no tenía por qué hablar así para transmitir mis ideas, que podía guardarme esa parte de mí. Así que dejé de decir palabrotas.

Y luego estaban esos correos electrónicos infames que mi equipo y yo nos escribíamos cuando era analista en Wall Street.

A mis compañeros y a mí nos encantaba hacernos reír por correo electrónico. Nos encantaba utilizar un lenguaje subido de tono. Nos encantaba poner los ojos en blanco sobre las tonterías y frustraciones que encontrábamos en nuestro trabajo. Etc.

Hablar de ese modo —de forma sarcástica, subida de tono, informal, emocional y poco profesional, a gente que conocía bien— era colegial y divertido. Formaba parte de mi "yo siendo yo". Y era otra parte que desearía haber dejado en casa.

Porque, más tarde, cuando el ex fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, leyó esos correos electrónicos, los interpretó de forma diferente y nos acusó de fraude.

Eso fue una putada.

Así que, si a ti también te gusta comunicarte de forma poco profesional con tus amigos, ¡no cometas el mismo error que yo y saca esa parte de ti del trabajo!

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.

Etiquetas: