Me gasté más de 8.000 euros por una sola noche en el tren de lujo más importante de Europa: 5 razones por las que merece la pena y una por la que no

Left: A navy blue train with a red carpet in front of the door. Right: A close-up of the author in a train cabin with a blue robe on
Joey Hadden/Business Insider
  • El Venice Simplon-Orient-Express es un famoso tren nocturno de lujo en Europa. 
  • Hace poco reservé un viaje de una noche en el compartimento más económico, un camarote de 9.000 dólares (8.300 euros).
  • Sentirse como la realeza en un tren ostentoso merecía la pena, pero la falta de algunas comodidades no.

El Venice Simplon-Orient-Express es el culmen de los viajes nocturnos en tren de lujo.

Esta elegante línea de tren opera 60 rutas a través de 17 ciudades europeas, desde Ámsterdam hasta Estambul. Está compuesta en su totalidad por vagones de época que en su día formaron parte de la flota original del emblemático Orient Express que recorrió Europa en las décadas de 1920 y 1930. Por aquel entonces, era famoso por su lujo y sofisticación, y atraía a una clientela adinerada y célebre, según Smithsonian Magazine.

En la actualidad, sigue desprendiendo un aire de opulencia similar, con precios de salida a la altura. Según la web de la empresa, los precios de los camarotes oscilan entre 9.000 y 26.000 dólares (entre 8.300 y 24.000 euros) por noche, dependiendo del nivel del alojamiento.

Hace poco me gasté 9.000 dólares en la opción más barata del tren, el camarote histórico, para viajar de París a Venecia en 30 horas.

En general, la experiencia mereció la pena. Nunca me había sentido tan majestuosa, desde el momento en que subí a bordo hasta el segundo en que desembarqué con desgana al final del viaje. Pero eché en falta algunas comodidades estándar, dado el elevado precio.

Aquí tienes las razones por las que el viaje de una noche valía —y no valía— 9.000 dólares.

El Venice Simplon-Orient-Express es uno de los trenes más lujosos del planeta.

A navy blue train parked at a platform with mountains in the background
Joey Hadden/Business Insider

El Venice Simplon-Orient-Express es básicamente un hotel de lujo en movimiento.

Dentro de los vagones históricos del tren-cama, encontré camarotes y suites, así como restaurantes, un bar y una boutique.

El ambiente a bordo era tan lujoso como el propio tren. Durante mi viaje, los huéspedes cumplían un código de vestimenta en los vagones comunes que prohibía las zapatillas de deporte, los vaqueros, los pantalones cortos y las camisetas.

En su lugar, los huéspedes debían vestir con ropa elegante informal, como una americana, en todo momento, y solo vi a un huésped en camiseta en un almuerzo.

Por la noche, para el servicio de cena, el tren animaba a los pasajeros a vestir sus mejores galas, desde trajes y corbatas hasta vestidos de noche, según un documento que recibí antes de mi viaje.

A bordo, recibí un trato VIP, desde entradas con alfombra roja hasta servicio de mayordomos en la cabina.

A navy blue train stopped at a platform with a red carpet in front of the door and mountains in the background
Joey Hadden/Business Insider

Si pudiera poner precio a sentirme como una reina durante 30 horas, serían 9.000 dólares gracias a este viaje.

El personal del tren hizo que huéspedes como yo se sintieran como miembros de la realeza desde el momento en que embarqué. Los mayordomos desplegaban la alfombra roja cada vez que un pasajero entraba o salía del tren.

A bordo, todos los miembros del personal me saludaban amablemente cada vez que nos cruzábamos, lo que normalmente me resulta incómodo en los estrechos pasillos de los trenes. Sin embargo, en este caso, me encantó que recordaran mi nombre después de haberme conocido una vez y que se refirieran a mí como "Joey" o "Sra. Hadden" durante todo el viaje.

En mi camarote, un mayordomo estaba disponible con solo pulsar un botón para traer bebidas y aperitivos como el té de la tarde y pasteles.

Los vagones estaban decorados con obras de arte y muebles extravagantes.

Inside a train dining car with velvet, beige seats, a warm-colored carpet, and tables with white cloths, dishes, and silverware
Joey Hadden/Business Insider

Como pasajera, ningún vagón de este tren me sacó de la experiencia del lujo.

Todos estaban decorados con esmero y me sentí transportada a los locos años 20 del siglo pasado. Las paredes de los tres restaurantes del tren y del vagón bar estaban decoradas con obras de arte minuciosamente detalladas, y todos tenían muebles de terciopelo, lujosa cubertería de plata e iluminación de época.

Sentirme envuelta en un ambiente de lujo en cada vagón, sin que nunca se me acabaran las cosas espectaculares que ver, hizo que el viaje mereciera la pena para mí.

Experimenté la gastronomía en su máxima expresión con menús de tres platos galardonados con estrellas Michelin.

A scallop appetizer on a white plate with gold trimmings
Joey Hadden/Business Insider

A bordo del Venice Simplon-Orient-Express, probé una de las comidas más increíbles de mi vida.

Aunque el tren tenía tres vagones restaurante, todos servían los mismos menús fijos y a la carta creados por el chef Jean Imbert, galardonado con una estrella Michelin, que cambiaban en cada servicio de comidas.

Comí platos exquisitos con una gran variedad de texturas: huevos revueltos con caviar, vieiras, bogavante, ñoquis de boniato y raviolis de gambas, por nombrar algunos.

Cada plato tenía una fantástica mezcla de ingredientes que sabían muy frescos. Esto se debe a que los productos se recogen en las tiendas locales justo antes de cada viaje, según explicó a Business Insider el director del tren, Pascal Deyrolle.

Por la noche, los vagones comunes cobran vida con música en directo y un aura de lo más especial.

A banjo player and a trombone player perform in an old-fashioned dining car on a train.
Joey Hadden/Business Insider

Incluso una sola noche en el Venice Simplon-Orient-Express me pareció un espectáculo extravagantemente especial.

Mientras los invitados se vestían con trajes, corbatas y vestidos de gala, los músicos desfilaban por cada vagón para ofrecer una actuación íntima, y yo me senté en primera fila mientras un trombón sonaba frente a mi mesa.

Para mí, era como estar en una boda elegante o en un baile de graduación.

En definitiva, parecía que todo el mundo intentaba sacar el máximo partido a una experiencia única en la vida. Y eso me produjo un sentimiento de alegría que lo inundaba todo.

Los pasajeros me contaron que estaban celebrando cumpleaños y aniversarios de boda, por lo que fue una noche especial para todos.

A la hora de dormir, me retiré a un camarote de época con una cama cómoda y sábanas de lujo.

Los sofás de la cabina se transforman en una litera (I) o dos (D).
Los sofás de la cabina se transforman en una litera (I) o dos (D).Joey Hadden/Business Insider

Según mi experiencia, ninguna cama de tren es más cómoda que las del Venice Simplon-Orient-Express. En el pasado, he tenido problemas para dormir en literas rígidas de trenes en rutas nocturnas estándar en Estados Unidos y Europa.

Pero esta vez, en el tren de lujo, reservé un camarote histórico, el nivel más bajo de alojamiento, donde los pasajeros disponen de un espacio de 3,3 metros cuadrados con una mesa desplegable con un taburete, un tocador con lavabo y un sofá de felpa que se transforma en dos camas.

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En comparación con otras literas de tren en las que he dormido y que suelen ser rígidas, esta parecía un colchón de verdad, gracias a un cómodo cojín colocado encima del sofá.

La ropa de cama también era de primera calidad: las sábanas eran suaves al contacto con la piel, había dos mantas gruesas y suaves, y la almohada era lo suficientemente densa como para mantener el cuello cómodo. No se puede poner precio a una buena noche de descanso en un tren nocturno, pero supongo que son 9.000 dólares.

Pero por 9.000 dólares, no podrás ducharte.

The author stands in front of a vanity of her train cabin with wooden finishes in a blue robe. There's a suit hanging on the left and a lamp on the right.
Joey Hadden/Business Insider

Solo había una cosa por la que el viaje no me impresionó: pagué 9.000 dólares y no tuve baño propio.

Antes del viaje, sabía que mi alojamiento no incluía baño privado, reservado para las suites y las grandes suites, cuyos precios oscilan entre 13.000 y 26.000 dólares por noche (entre 12.000 y 24.000 euros), según la web de la empresa.

Pero no me di cuenta de hasta qué punto la falta de uno me alejaría de la experiencia de lujo.

La falta de aseo me obligó a utilizar el baño compartido al final de mi coche cama, que sólo tenía un inodoro y un lavabo. Esto era especialmente incómodo cuando tenía que caminar de puntillas por el estrecho pasillo en mitad de la noche, y cuando tenía que esperar mi turno, ya que el baño era para todos en el vagón.

Tampoco me di cuenta de que no tendría acceso a ninguna ducha a bordo del tren, ya que en la página web de la compañía solo se especificaba que habría un aseo compartido, y supuse erróneamente que se trataría de un lavabo completo.

El Venice Simplon-Orient-Express no respondió a una solicitud de comentarios de Business Insider sobre por qué algunas cabinas y vagones no incluyen duchas.

Sin embargo, supongo que se debe a que las cabinas son modelos originales conservados de la década de 1920, según una hoja informativa obtenida por Business Insider, y una ducha no cabría en el espacio limitado.

Aunque puedo apreciar la historia, no había nada de lujoso en meterse en sábanas limpias por la noche sin haberse duchado.

Aparte de este contratiempo, el Venice Simplon-Orient-Express merece la pena.

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