Radiadores o suelo radiante: ¿qué calefacción es mejor?

2 personas instalan una calefacción por suelo radiante.

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Los radiadores son todavía el sistema de calefacción más habitual. Y el suelo radiante es la alternativa mejor valorada por los usuarios. Pero, ¿cuál es mejor?

En Selectra hacen una comparación entre ambos modelos. Que cada uno saque sus propias conclusiones, teniendo en cuenta, en primer lugar, que la instalación del sistema de calefacción por radiadores es más económica que la del suelo radiante, pero ambas suponen la realización de obras para poder realizar su instalación. 

Diferencias entre la calefacción con radiadores y por suelo radiante

Las principales diferencias entre el suelo radiante y los radiadores se asientan sobre estos aspectos: 

Distribución del calor

El suelo radiante distribuye el calor de forma uniforme en cada una de las estancias, haciendo que la temperatura a la altura de los pies sea superior a la de la cabeza. Por su parte, los radiadores calientan el aire que hay a su alrededor y se eleva hasta el techo. 

Cuando el aire se enfría, baja de nuevo al nivel del suelo para volver a ser calentado. A diferencia del suelo radiante, con los radiadores se reduce la temperatura de confort, ya que aparecen los denominados puntos fríos y puntos calientes.

Impacto visual

El sistema de calefacción de suelo radiante se caracteriza porque ninguno de sus elementos queda a la vista, puesto que estos se instalan bajo el pavimento. Por tanto, este tipo de calefacción no ocupa espacio. 

Los radiadores, sin embargo, sí ocupan espacio, limitando la superficie en la que colocar el mobiliario.

Zonificación

El suelo radiante divide por zonas (estancias) la superficie a calentar, ya que cuenta con un termostato en cada una de ellas. 

Gracias a la zonificación, el consumo de energía se reduce. Por su parte, la calefacción por radiadores, calienta toda la vivienda, sin distinguir por zonas, puesto que solo cuenta con un termostato central. Por esta razón, es un sistema menos eficiente.

El suelo radiante mantiene la humedad natural de una estancia, evitando la generación de polvo y concentración de ácaros. Mientras tanto, los radiadores tienden a reducir no únicamente la humedad, sino también el nivel de oxígeno.

La calefacción por suelo radiante es más eficiente y limpia que la de radiadores

También hacen una suerte de comparación en Idealista. Se refieren, por ejemplo, a la eficiencia, afirmando que en este aspecto destaca el suelo radiante, puesto que trabaja a temperaturas menos elevadas, alrededor de los 40º C, frente a los radiadores convencionales, cuya temperatura inicial de funcionamiento está en torno a los 80°. 

Lo anterior, explican, unido al reparto uniforme del calor por toda la casa (algo que también se mencionaba en Selectra) tiene su reflejo en el bolsillo del ciudadano, ya que el ahorro puede ser hasta del 30%, abaratando así la factura de la luz.

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Mencionan también la higiene como una de las principales ventajas de los suelos radiantes: estos sistemas eliminan cualquier corriente de aire y, por tanto, también de partículas nocivas, a diferencia de lo que ocurre con algunas bombas de calor. 

En este sentido, la calefacción radiante tiende a absorber la humedad, ahuyentando las posibilidades de que aparezcan bacterias y hongos, y ayudando a mantener una buena calidad del aire interior.

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Además, detallan, el mantenimiento de estos sistemas de climatización por suelo radiante resulta muy parecido al de los radiadores convencionales, en la medida en que también debe extraerse periódicamente el aire para eliminar posibles burbujas. 

Sin embargo, no es necesario tener que ir habitación por habitación, sino que todo el sistema queda centralizado en un armario colector, desde donde se distribuyen los tubos a cada estancia.

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