Manchas en la piel: melasma y léntigos solares, qué son y por qué aparecen

Cada vez existe una mayor conciencia sobre la necesidad de cuidar y proteger la piel, que es el órgano más grande del cuerpo humano. 

En España, cada año, se diagnostica a más de 78.000 nuevos pacientes con cáncer de piel, de los cuales, casi el 95% presentan cáncer de piel no melanoma, que afecta aproximadamente a 74.000 pacientes nuevos cada año. 

Por su parte, el cáncer de piel melanoma, el más agresivo y con peor pronóstico, genera aproximadamente 4.000 nuevos afectados al año, según la AEDV.

Una de las maneras de prevenirlo es usar protector solar y otra es observando los lunares y las manchas que van apareciendo en la piel.

Los 2 tipos más comunes de hiperpigmentación de la piel son el melasma o los léntigos solares, estas son sus diferencias:

Melasma

Este tipo de manchas aparecen con mayor frecuencia en mujeres jóvenes por lo que, a diferencia de los léntigos solares, no van asociadas a la edad. 

Lo más común es encontrarlas en la cara, sobre todo en zonas como las mejillas, el labio superior o la frente. 

Tienen un componente hormonal y los estudios han descubierto que la aparición de melasma es recurrente entre las mujeres embarazadas (entre un 15% y un 50%) o aquellas que toman anticonceptivos. 

Estas manchas comienzan a aparecer entre los 20 y los 40 años de edad y, aunque son inofensivas, el sol puede hacer que se oscurezcan, convirtiéndose en un problema estético, más que en uno de salud. 

Léntigos solares

Por su parte el léntigo solar consiste en una mácula o mancha marrón, de 1-3 cm de diámetro, que sale por la exposición solar. 

Estas manchas son más frecuentes a medida que se es más mayor, según AEDV, el 90% de las personas de raza blanca mayores de 60 años tiene léntingos solares en su piel. Además, si eres una persona propensa a quemarse con el sol, tienes más probabilidades de tenerlos.

Son muy parecidos a una peca normal, con la diferencia de que estas también aparecen en pieles jóvenes e incluso en niños dentro de sus 5 primeros años de vida, y suelen darse por herencia genética y no por la exposición al sol de manera prolongada.

Los léntigos solares no desaparecen aunque pueden prevenirse aplicando protector solar. No es necesario tratarlos, pero si se quisiera por razones estéticas se pueden disminuir estas manchas con láser, eso sí, siempre bajo la supervisión y previa aprobación de un experto o dermatólogo.