Mi marido es 14 años mayor que yo: qué me habría gustado saber sobre las relaciones con diferencia de edad antes de empezar a salir

Cuando empecé a salir con mi marido en 2007, nos conocíamos desde hacía varios años. De hecho, su hermano se casó con mi hermana, que es como nos conocimos. Eso presenta sus propios retos, pero también nos separan 14 años de edad.

Nuestra relación con diferencia de edad también ha planteado sus propios desafíos, aunque no me los esperaba cuando empezamos a salir. Esto es lo que me habría gustado saber sobre las relaciones con diferencias de edad en aquel entonces.

Ojalá hubiera sabido que algunos de mis amigos no me iban a apoyar y que perdería algunos

Tenía 20 años y estaba a punto de entrar en mi último año de universidad cuando mi marido, Andy, y yo empezamos a salir. Él tenía 34 años. Aunque mis amigos sabían que él y yo nos conocíamos desde hacía años, la mayoría no apoyaba nuestra relación.

Un supuesto amigo no paraba de hacer bromas sobre lo "viejo" que era. No seguimos siendo amigos mucho tiempo. Otra amiga no fue tan dura, pero expresó su preocupación por nuestra diferencia de edad. Ahora ella y yo nos mandamos mensajes de vez en cuando, pero desde luego no estamos muy unidas.

Solo había una amiga de la escuela secundaria que me apoyó bastante al principio, haciendo viajes a nuestra ciudad natal conmigo para que yo pudiera visitar a Andy. Con el tiempo, sin embargo, ella y yo dejamos de quedar cuando me tomé más en serio mi relación y pasé más tiempo con Andy.

Hacer nuevos amigos sería difícil como pareja porque pertenecemos a grupos de edad diferentes

Parte de tener 20 años suele significar grandes cambios, como graduarse en la universidad y conseguir un trabajo en el 'mundo real'. Mirando hacia atrás, estoy segura de que distanciarme de mis amigos de la universidad era parte de la vida, no todo se debía a mi relación.

Sin embargo, a medida que me gradué de la universidad y me fui a vivir con Andy después de unos ocho meses de noviazgo, me di cuenta rápidamente de cuán diferentes eran las etapas de la vida de nuestros amigos. Mis antiguos amigos todavía estaban trabajando a tiempo parcial o de fiesta (o ambas cosas) después de que me mudé fuera de la universidad.

Mientras tanto, los amigos de Andy estaban en la treintena, con trabajos estables o carreras agrícolas, y la mayoría de ellos tenían hijos pequeños. Como yo básicamente no tenía amigos en nuestra zona, a veces salíamos con los amigos de Andy y sus cónyuges los fines de semana. No obstante, eso no era divertido para mí, ya que todos se conocían desde hacía años y tenían más o menos la misma edad.

Además, habíamos decidido no tener hijos. Así que no podía —y sinceramente no quería— identificarme con las conversaciones de sus esposas sobre los problemas del embarazo y la crianza de los hijos. Todos eran buena gente, pero me sentía fuera de lugar en ese grupo. Durante mucho tiempo, no compartimos ninguna amistad, y eso fue duro.

Las relaciones con diferencias de edad conllevan momentos incómodos

Hoy en día, creo que nuestra diferencia de edad es algo menos notable, ahora que tengo 30 años. Pero cuando tenía 20 años y empezábamos a salir, hubo algunos momentos incómodos debido a suposiciones de otras personas.

Por ejemplo, una vez el hijo pequeño del primo de Andy me preguntó directamente si yo era la hija de Andy en una reunión familiar. En otra ocasión, en una tienda local, un viejo conocido de Andy me hizo algunas preguntas raras sobre cómo me iba en la escuela. Me tomó un minuto, pero finalmente me di cuenta de que asumió que yo era la hija de Andy.

Ambas situaciones fueron incómodas, para todos.

Ojalá hubiera sabido antes que las relaciones con diferencias de edad mejoran con el tiempo

Habría sido útil saber que me alejaría de mis amigos, al menos en parte debido a mi relación con un hombre mayor. Y también habría sido útil estar preparada para no tener muchos amigos durante unos años después de casarme. Pero también me habría gustado saber que nuestra relación mejoraría y se fortalecería con el tiempo, a pesar de los problemas iniciales.

Hoy en día, hemos encontrado amigos que nos gustan a los dos y con los que podemos relacionarnos. Andy ha mantenido el contacto con sus amigos y, ahora que sus hijos son mucho mayores, me resulta más agradable salir con ese grupo de vez en cuando. Afortunadamente, nadie me ha preguntado si soy hija de Andy en varios años.

Así que con 14 años de matrimonio y contando, creo que nos va bastante bien.