La extraña consecuencia que provocó el impacto de una nave de la NASA contra un asteroide: los astrónomos aún no encuentran explicación

Ilustración de la NASA del momento del impacto.
Ilustración de la NASA del momento del impacto.

NASA/APL

  • El año pasado, la misión DART de la NASA logró desviar con éxito la trayectoria de un sistema binario de asteroides. El objetivo era encontrar una posible solución al potencial impacto de estos merodeadores del sistema solar.
  • En un reciente estudio, varios astrónomos han descubierto algunas "anomalías" que aún no saben explicar.

Uno de los programas más importantes de la NASA es el Double Asteroid Redirection Test, o DART por sus siglas en inglés, un experimento que estudia cómo desviar asteroides potencialmente peligrosos que amenacen el planeta Tierra.

Esta agencia espacial, y otras, vigilan de cerca las órbitas de los diferentes asteroides que merodean por el sistema solar, ya que los más peligrosos suelen rodar el globo cada 1.000 años, aproximadamente.

Así que estar preparados ante el potencial impacto de un asteroide como el que acabó con los dinosaurios, según la principal hipótesis, es uno de los grandes retos de la humanidad para sobrevivir a las amenazas del espacio.

Por suerte, la NASA ya ha realizado varias pruebas, como un simulacro que hizo los días 23 y 24 de febrero de este mismo año si un asteroide impactara la Tierra. El resultado: el ser humano no está preparado para tal catástrofe.

Este simulador te permite lanzar un asteroide a cualquier lugar de la Tierra e imaginar las consecuencias

No obstante, DART logró el año pasado desviar de forma exitosa la trayectoria de Dimorphos, un asteroide de unos 160 metros de diámetro que acompaña a Didymos, su asteroide principal, de 780 metros de diámetro.

En aquel entonces, varios especialistas explicaron a Business Insider España las posibles consecuencias del impacto, además de la gran dificultad que implicaba.

Para que te hagas una idea, la nave DART, de 500 kilogramos, impactaba a una velocidad de 6,6 kilómetros por segundo, para desviar apenas 0,4 milímetros la ruta; es decir, algo parecido a chocar un carro de la compra contra una pirámide de Egipto.

Tras el éxito rotundo de aquella misión, la NASA continúa los estudios de los efectos del impacto y, ahora, el equipo ha publicado algunas hipótesis, algunas de ellas prometedoras a la par que preocupantes.

Las consecuencias del impacto un año después

En su investigación, los astrónomos se han topado con ciertas "anomalías", como el mismo equipo las ha catalogado, todas ellas bastante relacionadas entre sí y con el propósito de la misión DART.

Estos analizaron el período orbital de Dimorphos durante los 20 y 30 días previos al impacto, para ofrecer una comparación posterior, mediante el Observatorio Thatcher, en California (Estados Unidos).

Para su sorpresa, han descubierto que este período orbital —el tiempo que tarda en rotar alrededor de Didymos, el más grande— se ha extendido hasta en un minuto, desde los 33 a los 34 minutos.

Desde el día del impacto, Dimorphos parece haber echado el freno y gira mucho más lento alrededor de su hermano mayor.

A esto se suma el efecto de retroceso que causó el impacto de la nave y que liberó una gran cantidad de escombros, unas 907 toneladas de roca, polvo y basura, o lo que es lo mismo, 28 camiones grandes repletos de estos.

Sin embargo, los autores del estudio han expresado que no hay peligro real y creen que esto se debe a una nube de escombros generada alrededor del asteroide, que crea estructuras en espiral y de otras formas. Aunque han situado esta hipótesis como una de las menos viables.

Finalmente, los astrónomos han añadido que se necesitan aún más datos, algo que facilitará la Agencia Espacial Europea (ESA) con el lanzamiento en octubre de 2024 de su sonda Hera, que analizará de cerca el sistema binario de los asteroides.

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