En un simulacro de la NASA la humanidad fracasa estrepitosamente al intentar salvar a la Tierra del impacto de un asteroide

Apocalipsis meteorito

Getty Images

  • Un simulacro llevado a cabo por la NASA el pasado mes de febrero bajo la hipótesis de qué ocurriría si se descubriera súbitamente un meteorito acabó con este impactando en la Tierra.
  • El ensayo estaba planteado precisamente para que fuera casi imposible de resolver, pues la idea es detectar errores en los sistemas de intercambio de información.

El 16 de agosto de 2022 un asteroide de aproximadamente 70 metros entra en la atmósfera de la Tierra. A eso de las 8 de la tarde en España, la roca espacial explota a unos 12 kilómetros de la ciudad de Winston-Salem, en Carolina del Norte.

Lo hace con la energía de 10 megatones de TNT. El estallido arrasa la ciudad y sus alrededores. Las víctimas se cuentan por miles. La humanidad no ha podido hacer nada por evitarlo.

Esta fue la conclusión de un simulacro llevado a cabo por la NASA los días 23 y 24 de febrero de este año. Este partía de una premisa simple pero rotunda: ¿qué ocurriría si de repente se descubriera un meteorito a punto de impactar en la Tierra?

La respuesta, recogida en un informe publicado el 5 de agosto, fue contundente: la humanidad aún no está preparada para algo así.

Los minutos posteriores a una explosión nuclear son críticos para sobrevivir: que debes hacer para protegerte en el peor de los casos, según expertos en catástrofes

Esta nació del cuarto Ejercicio de Mesa de Defensa Planetaria, dirigido por la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA.

La prueba sirvió para poner un marcha un simulacro en el que académicos, científicos y funcionarios del Gobierno de EEUU se reunieron para tratar de vislumbrar cómo respondería el país a un asteroide que amenazara al planeta. 

Celebrado en el campus del Laboratorio de Física Aplicada de la universidad Johns Hopkins en Laurel (Maryland), de Raleigh y de Winston-Salem (Carolina del Norte), el evento contó con más de 200 participantes de 16 organizaciones federales, estatales y locales diferentes. 

La parte positiva es que se trataba poco menos que de un examen imposible de aprobar. "Lo diseñamos para que todos lo que ocurría coincidiera con aquellas áreas en las que entendemos que tenemos debilidades", dice Emma Rainey, una científica senior del APL que ayudó a crear la simulación, a la revista Scientific American, que se ha hecho eco en primer lugar del experimento. 

Los participantes en realidad poco o nada podían hacer contra el asteroide. El impacto, por tanto, casi debía producirse sí o sí en una prueba sirvió para probar cómo funciona el intercambio de información entre las redes gubernamentales y científicas.

La hipótesis tiene sentido. Aunque Hollywood ha acostumbrado a la humanidad a temer el impacto de un asteroide gigante como el que destruyó a los dinosaurios, que contenía la fuerza de las bombas nucleares que explotaron en Hiroshima y Nagasaki multiplicada por 10.000, esto no quiere decir que haya que olvidarse de sus hermanos más pequeños.

Rápido e efectivo, un asteroide de 10 megatones de TNT (la humanidad ha creado bombas de hasta 50 megatones) como el que sirve al ejemplo que plantea la NASA bien podría escapar a los instrumentos de observación de los expertos el suficiente tiempo como para verlo solo una vez esté ya encima.

Su impacto, sin embargo, podría tener consecuencias devastadoras.

La desinformación, el segundo impacto 

No es, ni mucho menos, la primera vez que se hace una prueba de estas características. En 2013, 2014 y 2016 ya se hicieron simulacros parecidos, aunque en esta ocasión el examen sirvió para poner en marcha la Estrategia nacional de preparación para objetos cercanos a la Tierra y el Plan de azcción, publicado por la Casa Blanca en 2018. 

Este plan establece los detalles de quién hace qué y cuándo, incluyendo a los responsables estatales y locales por primera vez. 

18 datos curiosos que no sabías sobre la misión Apolo 11

Los acontecimientos se desatan una vez el asteroide TTX22 es descubierto por las autoridades justo antes de estrellarse en Carolina del Norte. Cuando esto ocurre, ya es demasiado tarde para organizar una misión para estudiarlo, desviarlo o destruirlo.

El objetivo de plantear esta opción en el simulacro, explican los expertos, es entender que, por más que Hollywood diga lo contrario, lanzar al cielo una bomba nuclear para destruir un asteroide no es algo tan sencillo debido a las implicaciones físicas y hasta políticas que puede tener una acción así.

Para empezar, porque hacer explotar un asteroide puede producir una lluvia de rocas casi peor que la amenaza original. Para continuar, porque lanzar una bomba nuclear al aire puede acabar con la emisión de radiación al aire o con algún país vecino interpretando lo que no es.

Pero hay algo peor incluso que todo esto: la desinformación. El simulacro contempla un escenario en el que de inmediato surge una corriente de opinión articulada por negacionistas del asteroide que inundan la red de noticias falsas.

Estas tienen un resultado mortal: a pesar del prestigio de la NASA, dice el informe, el 20% de la población de la zona se niega a desalojar porque piensa que el Gobierno les miente.

Para colmo de males, pronto irrumpe un ciudadano anónimo que se define como experto en el asteroide y que se inclina por alarmar más a la población al afirmar que la explosión ha liberado materiales tóxicos. Todo ello dificulta notablemente la labor de las autoridades.

Pero no todo son malas noticias. Las conversaciones mantenidas durante el simulacro entre funcionarios federales y locales proporcionaron también nuevos entendimientos sobre quién debería coordinar qué en una situación así. 

De igual manera, el estudio subraya interesantes debates producidos en torno a qué rostros deberían comunicar que han despejado algo ciertas incógnitas.

Los minutos posteriores a una explosión nuclear son críticos para sobrevivir: que debes hacer para protegerte en el peor de los casos, según expertos en catástrofes

Finalmente, la realidad se impone: al asteroide destruye la ciudad debido a la escasa capacidad de reacción de la humanidad, que hoy necesitaría al menos 10 años para coordinar una respuesta ante esta amenaza, aunque lo ideal serían unos 30. 

La idea de los científicos es ir estrechando poco a poco este margen. Mientras, la humanidad va teniendo algo parecido a un plan.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.