El origen de los capirotes de Semana Santa: de la vergüenza al orgullo de lucirlos

Una mujer ajusta el capirote a un nazareno de la cofradía de La Sangre en la Semana Santa de Málaga.
Una mujer ajusta el capirote a un nazareno de la cofradía de La Sangre en la Semana Santa de Málaga.

REUTERS/Jon Nazc

  • Su uso se remonta a la Edad Media y se extendió aún más con la Inquisición. Fueron las cofradías de Sevilla las que empezaron a usarlo en Semana Santa.
  • El significado está vinculado a la penitencia y el sufrimiento de Cristo, además de preservar la identidad.

Una de las imágenes más icónicas que deja la Semana Santa son las procesiones que tienen lugar en las calles de las distintas ciudades y pueblos de España. Son cientos de ellas y, sin duda, uno de los atuendos que más llama la atención es el capirote de los cofrades.

Esa especie de sombrero cónico que cubre la cabeza y parte del cuerpo de los nazarenos que desfilan en las procesiones es uno de los elementos más característicos de la Semana Santa. Los hay de diferentes colores y tienen una gran carga simbólica y religiosa ¿Pero cuál es su origen?

Es un tanto oscuro y para determinar su uso hay que remontarse a la Edad Media. Concretamente a la época en la que a los reos condenados a muerte se les obligaba a vestir un atuendo que incluía una vestimenta de color amarillo y un capirote. Este atuendo era utilizado en el "paseo" que se les daba antes de la ejecución, como una forma de humillación pública.

La Inquisición

La cosa no queda ahí. Con la aparición de la Inquisición en el siglo XV, los condenados por motivos de fe eran obligados a vestir un sambenito, que era una especie de saco que llevaba impresa una cruz y que se colgaba del cuello del condenado. 

En algunos casos, también debían llevar un capirote en el que se dibujaban escenas relacionadas con el pecado cometido, para que todo el mundo las conociera y cargar con esa vergüenza. 

A pesar de su origen deshonroso, los capirotes comenzaron a ser utilizados en las procesiones de Semana Santa a partir del siglo XVII. Las cofradías de Sevilla decidieron usarlos en por su significado vinculado a la penitencia y al sufrimiento de Cristo

 

Los capirotes que más abundan suelen ser de color rojo, negro, blanco o verde, y cada color tiene un significado diferente. Por ejemplo, el rojo evoca la sangre de Jesucristo, el negro el luto, el blanco la gloria de Dios y el verde la esperanza de la resurrección.

La tela del antifaz o capuchón que cubre la cara del cofrade es una forma de esconder su identidad y tiene una simbología de humildad. Sin embargo, es importante distinguir entre los nazarenos y los penitentes. 

Los nazarenos son aquellos que desfilan en las procesiones sin realizar ninguna acción específica de penitencia, mientras que los penitentes suelen hacer algún tipo de castigo durante la procesión, como caminar descalzos o arrastrar cadenas.

En la actualidad, las procesiones de Semana Santa, más allá de la religión, se han convertido en un importante evento cultural y turístico en muchas ciudades y pueblos de España. 

A pesar de que ya no se ven las mortificaciones extremas de siglos anteriores, las procesiones siguen siendo una forma de expresar la fe, la espiritualidad y la devoción de los creyentes, así como una oportunidad para reflexionar sobre la vida, la muerte y la resurrección de Cristo.

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