La barra libre de bebidas en los cruceros no siempre merece la pena, según esta experta crucerista

Cuando estoy de vacaciones disfruto tomando cócteles junto a la piscina, bebiendo vino con la cena y saboreando las copas nocturnas. Después de navegar en más de 50 cruceros, nunca me verás gastar mi dinero en un paquete de bebidas ilimitadas.

Muchos de ellos no resultan económicos, ni siquiera para alguien como yo, a quien le gusta tomar al menos un par de copas al día.

Así que en un viaje que hice a bordo del Symphony of the Seas de Royal Caribbean, registré todas las bebidas a la carta que mi familia de tres personas pidió en el barco, para así ver cómo se comparaba el coste total con los precios de los paquetes ofertados.

Royal Caribbean tiene varias opciones de paquetes que incluyen tanto bebidas alcohólicas como no alcohólicas

Después de reservar mi crucero, Royal Caribbean me dio la oportunidad de comprar uno de sus paquetes de bebidas ilimitadas antes del viaje. Los precios variaban en función de las promociones, pero los más bajos que vi antes del viaje fueron los siguientes:

• El paquete clásico de refrescos estaba rebajado a 13 dólares (11,6 euros) por persona al día. Este paquete incluye refrescos ilimitados.
• El paquete de refrescos estaba rebajado a 20 dólares (18 euros) por persona al día. Incluye refrescos, cafés, tés, batidos y otras bebidas no alcohólicas.
• El paquete de lujo estaba rebajado a 78 dólares (70 euros) por persona al día. Esta opción incluye refrescos, otras bebidas no alcohólicas y bebidas alcohólicas de hasta 14 dólares (12,5 euros) de precio.

Sin embargo, estos paquetes vienen con algunas advertencias.

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Normalmente, si una persona compra un paquete de bebidas, todos los demás en su camarote tienen que hacerlo (y el precio del paquete no suele incluir la propina)

Las compañías de cruceros no quieren que un pasajero pague por un paquete de bebidas ilimitadas y lo utilice para pedir las bebidas del resto de su grupo, por lo que algunas adoptan un enfoque de todo o nada.

Las políticas varían según la compañía, pero si una persona en un camarote de Royal Caribbean compra un paquete de lujo, la compañía de cruceros exige que los demás pasajeros alojados en esa misma habitación, y que sean mayores de 21 años, también lo hagan.

Mi familia tendría que comprar dos paquetes de lujo, dos amantes del vino, y un paquete de refrescos para mi hijo pequeño. Además, habría que tener en cuenta las propinas, que no siempre están incluidas en el precio del paquete. Incluso si se derrocha en el paquete de lujo es habitual dejar propinas extra a bordo.

Haciendo cuentas con los precios rebajados de los paquetes, los tres sumarían más de 1.000 dólares (casi 900 euros) más las propinas, al coste de nuestro viaje de siete noches. Opté por no comprar ningún paquete de bebidas. En su lugar, pagamos las bebidas a la carta.

Si no compras un paquete con antelación, puedes comprarlo en el barco, pero te costará más caro

Durante los primeros días del viaje, los camareros no paraban de animarme a comprar el paquete de bebidas, insistiendo mucho en esta venta. Muchos me decían que así ahorraría dinero, pero vale la pena señalar que los paquetes de bebidas eran más caros en el barco, que antes de embarcar.

El precio del paquete de lujo con descuento subió a 98 dólares (88 euros) por persona al día cuando subimos al barco.

Llevé mi propio vino al barco: encontré varias formas de reducir los gastos de bebida

No soy una persona que beba mucho refresco, pero me encantan el café y el té. Me pareció que el crucero ofrecía un montón de bebidas no alcohólicas de cortesía. Entre ellas incluía una variedad de aguas con sabor.

Cada pasajero mayor de edad puede llevar una botella de vino o champán sellada en el barco de Royal Caribbean, así que yo llevé dos botellas de vino (una para mí y otra para mi marido). Los pasajeros pueden llevar un máximo de 12 botellas de bebidas no alcohólicas al embarcar, así que llevé Gatorade para mi hijo.

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Al poco tiempo de empezar el viaje, me di cuenta de que podía pedir zumo de naranja gratis al servicio de habitaciones por la mañana y mezclarlo con el vino espumoso que había traído para hacer mimosas.

Como crucerista habitual de Royal Caribbean, también tenía varios cupones que me permitían comprar bebidas a mitad de precio, lo que redujo aún más mis gastos.

Habría tenido que beber unas ocho cervezas al día para amortizar el paquete de lujo de este barco

Los consumidores de cerveza deben pedir muchas bebidas para compensar el paquete de lujo. Una sola cerveza en el Symphony of the Seas costaba uno 8 dólares (7,18 euros). Una jarra de litro y medio salía a 18 dólares (16 euros).

Con el paquete de lujo, tendrías que beber al menos ocho cervezas cada día para llegar a un punto de equilibrio, lo que hace que sea una mala idea para los cruceristas que solo quieren beberse un par de cervezas.

El quisco de Starbuck del Symphony of the Seas no estaba cubierto por el paquete de lujo (es algo que me sorprendió)

Me gusta tomar cafés especiales; sin embargo, algunos paquetes de bebidas no los cubren. El de Symphony of the Seas no incluía las bebidas del quiosco de Starbucks que había a bordo.

Durante mi viaje, el Starbucks estaba a menudo vacío, probablemente porque muchas de las personas que compraban algún paquete de bebidas no querían gastarse aún más dinero. Esa gente prefería esperar las largas colas de la cafetería que sí venía incluida.

Esperar la cola para tomar mi taza matutina no me pareció algo divertido así que opté por la cola más corta de Starbucks para beberme un café a la carta. Lo mejor de todo es que no me sentí culpable de pagar un paquete y, a la vez, comprar un café especial.

La mayoría de los paquetes de bebidas tampoco incluyen las bebidas en los puertos de escala (una excepción: algunos paquetes cubren las bebidas en las islas privadas de las compañías de cruceros). Si voy a hacer un crucero con muchos puertos de escala, y voy a pasar mucho tiempo fuera del barco, me tienta aún menos gastar en uno de estos paquetes.

El paquete de bebidas tiene algunos pros ya que permite pedir con más despreocupación

El principal atractivo que tienen los paquetes de bebidas, en mi opinión, es la comodidad. Te permiten pedir lo que te apetezca sin preocuparte por el precio. Al fin y al cabo, ¡ya lo has pagado!

En el Symphony of the Seas pedí un mudslide, un cóctel con vodka, licor de café y crema irlandesa. tomé un sorbo y me di cuenta de que no me gustaba, pero ya había pagado por él y no quería desperdiciarlo.

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Y después de que mi marido derramara su margarita poco después de tomarlo, comprendí definitivamente el atractivo de pedir simplemente una nueva bebida sin sentirme culpable por gastar más dinero.

Sin embargo, ahorré mucho dinero al no comprar el paquete de bebidas y no tuve la tentación de beber en exceso

Terminé gastando 331 dólares (287 euros) en bebidas a la carta durante los siete días que duró mi viaje. Para ser justos, ese total incluye varias bebidas de Starbucks que no habrían estado cubiertas por ninguno de los paquetes.

Pagué 215 dólares menos (193 euros) de lo que habría pagado si hubiera comprado el paquete de bebidas de lujo antes de zarpar, y 355 dólares menos (318 euros) de lo que habría pagado si lo hubiese comprado en el barco.

Lo máximo que gasté en bebidas en un día fueron 56 dólares (50 euros), que incluían un café especial, una cerveza y un cóctel.

Mi marido, que no toma cafés especiales y casi siempre bebe cerveza, gastó incluso menos que yo en bebidas, lo que confirmó mi creencia de que estos paquetes de bebidas no merecen la pena para mi familia.

Eso no significa que los paquetes de bebidas no sean estupendos para los demás: basta con comprobar los detalles del paquete antes de reservar, calcular cuánto quieres beber cada día y asegurarte de que te saldrá a cuenta.

¿Podría haber bebido más si lo hubiera intentado? Seguramente. Y si hubiera tenido un paquete de bebida ilimitada, podría haber tenido la tentación de intentar que mi dinero valiera la pena, pero no creo que me hubiese gustado hacerlo. No me contuve con lo que bebí, y mi consumo me pareció bastante indulgente.