Una pareja pasó dos meses construyendo una casita flotante en un lago: ahora dicen que jamás volverán a vivir en tierra

Amanda Goh
| Traducido por: 
The couple built a floating home in the middle of a lake in North Carolina.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

  • Sarah Spiro y Brandon Jones viven en una casita flotante en un lago de Carolina del Norte (Estados Unidos).
  • La pareja calcula que gastaron unos 90.000 dólares (unos 82.000 euros) en construir su casa flotante.
  • "Nuestra única factura, ya que no estamos conectados a la red eléctrica, es de 5.000 dólares al año por la cuota de amarre", comenta Spiro a Business Insider.

Para una pareja aficionada a los deportes acuáticos y que pasaba la mayor parte de sus citas en el lago Fontana (Carolina del Norte, Estados Unidos), una casa flotante era el lugar perfecto al que llamar hogar.

"Siempre pasábamos por delante de estas cabañas flotantes. Y en mi mente siempre estaba pensando: 'Dios, ¿qué tengo que hacer en la vida para conseguir una de esas?'", cuenta Sarah Spiro, de 27 años, a Business Insider. "Ese sería mi sueño definitivo: tener todas mis aficiones en la puerta de casa".

Por suerte para Spiro y su pareja, Brandon Jones, de 40 años, consiguieron hacer realidad ese sueño hace tres años, cuando compraron su primera casa flotante en el lago.

A man and a woman taking a selfie while on a lake.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Fue una renovación completa. Aunque el tejado y las vigas de la casa eran de origen, hubo que cambiar casi todo lo demás. "No era habitable en absoluto, así que teníamos mucho trabajo que hacer", afirma Spiro.

Pero al cabo de dos años, la pareja tuvo la oportunidad de construir una casa flotante nueva, más grande y desde cero, y la aprovecharon.

"Nos pareció una buena idea, porque podíamos aumentar un poco el tamaño, tener una habitación de invitados y un lugar para recibir a nuestros amigos y familiares", explica Spiro.

La pareja en la terraza delantera de su primera casa flotante.
La pareja en la terraza delantera de su primera casa flotante.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Esto también les dio la oportunidad de alquilar su primera casa flotante, más pequeña, para conseguir un dinero extra —cosa que hicieron durante un verano— antes de decidirse a venderla: "Al final nos dimos cuenta de que no somos caseros de propiedades. Es mucho trabajo".

Construir una nueva casa flotante

Hay normas estrictas sobre la construcción de casas flotantes en el lago Fontana, gestionado por la Autoridad del Valle del Tennessee, conocida como TVA.

"Para construir una nueva, hay que comprar una ya existente", explica Spiro.

Spiro posa en una plataforma flotante donde la pareja quería construir su casa.
Spiro posa en una plataforma flotante donde la pareja quería construir su casa.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

En su caso, había un permiso para que existiera una casa flotante en un lugar concreto del lago, pero la estructura ya no existía porque se había derrumbado y fue retirada hace unos años, añade. Lo único que tenía que hacer la pareja era comprar el permiso.

La TVA no respondió a la consulta de Business Insider sobre el número de casas flotantes en el lago Fontana, pero se calcula que son unas 400, según el Asheville Citizen-Times.

En el puerto donde vive la pareja, solo hay unas 20 casas, según Spiro.

"Hay unos cinco puertos en total en el lago, y este, con diferencia, es el menos poblado. Hay un par de ellos que tienen 150 o más; son como pequeñas ciudades", añade.

A few people standing on a floating home during its construction.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Dos meses de principio a fin

La pareja tardó solamente dos meses en construir su nueva casa flotante de 33 metros cuadrados, con 37 metros cuadrados de espacio exterior en el muelle.

Aunque tener experiencia previa en reformas les ayudó, Spiro afirma que la mayor motivación para terminar la construcción rápidamente fue la necesidad de terminarla antes de que se les acumulara el volumen de trabajo. Según ellos, entre el final de la primavera y el otoño hay más trabajo.

The couple installing their ceilings.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Spiro trabaja como guía en una empresa de aventuras al aire libre, mientras que Jones es gerente del puerto deportivo de Fontana Lake.

"Fue muy rápido, pero estuvimos trabajando en nuestra casa todos los días, de ocho a diez horas diarias, sin parar", añade Spiro.

La pareja vivió en su casa anterior —situada en la misma zona del lago— durante esos dos meses de construcción.

"Esa fue otra gran motivación para terminar la casa, ya que pensábamos cada día que al seguir viviendo en la casa anterior no podíamos alquilarla", comenta Spiro.

The couple's floating home.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Cómo funciona vivir en el agua

Spiro calcula que gastaron unos 90.000 dólares (algo más de 82.000 euros) en construir su casa flotante.

"No hicimos un buen seguimiento de todo", añade.

Además del permiso de construcción, la pareja tiene que pagar 5.000 dólares (unos 4.600 euros) anuales por el amarre. La tarifa de amarre varía según los puertos, dependiendo de los servicios que ofrezcan, explica Spiro.

The entrance to their floating home.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

"Tenemos un lugar para atracar que está incluido en eso, así que podemos ir y venir desde nuestros coches", continúa. "También nos da agua: tenemos agua municipal que sale del puerto deportivo".

Fontana Lake está enclavado entre el Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes y el Bosque Nacional de Nantahala. La pareja vive a unos 40 minutos de la pequeña ciudad más cercana, Robinsville.

Los retos de construir en medio de la nada

La logística para conseguir y transportar los materiales de construcción fue la parte más difícil del proyecto, según Spiro.

The living area with a couch.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

"Estamos a una hora y 15 minutos del Lowe's más cercano, que es la ferretería más grande que tenemos aquí", explica. "Ya son un par de horas de ida y vuelta, y luego hay que bajarlo a un bote y llevarlo hasta la casa".

Y si alguna vez se olvidan algo en la tienda, no hay forma de que puedan volver rápidamente a por ello, añade Spiro.

Una vida tranquila

Su actual casa flotante, aunque más grande que la anterior, sigue considerándose una casa diminuta. Las casas pequeñas suelen tener entre 5,5 y 37 metros cuadrados.

Pero una cosa que a Spiro le encanta de esta casa son los techos altos, que ayudan a abrir el espacio.

Las ventanas que instalaron por toda la casa también les permiten disfrutar de unas magníficas vistas del agua.

The kitchen.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

"Me encanta que, independientemente de lo que estés haciendo, puedas mirar por la ventana y disfrutar de una vista muy tranquila, aunque simplemente estés fregando los platos", añade Spiro.

Aunque admite que este estilo de vida no es para todo el mundo, es perfecto para ella y Jones, hasta el punto de que no tienen planes de volver a vivir en una casa normal.

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"Supongo que depende de la persona, pero nosotros nunca volveríamos atrás", añade. "Es mejor que vivir en tierra".

No solo puede disfrutar de todas las actividades del lago a la puerta de su casa, sino que vivir en una casa flotante es mucho más asequible, afirma.

An overview of the bedroom and the living room of the floating house. Both rooms are separated by a partition wall.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Habría sido difícil conseguir una casa por 90.000 dólares, asegura Spiro. E incluso si lo hubieran hecho, probablemente no habría incluido el coste del terreno, añade.

"Y aquí me siento como si tuviéramos una casa realmente hermosa, nueva, con la que estamos muy contentos y que está totalmente pagada", comenta.

"Nuestra única factura, desde que no tenemos conexión eléctrica, es de 5.000 dólares al año por nuestra cuota de amarre", continúa, añadiendo que esto excluye otras "pequeñas cosas" por las que pagan, como su suscripción a Netflix.

The primary bedroom.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Cambiar de perspectiva

Vivir en el agua ha abierto la mente de Spiro a otras formas de vida alternativas.

"Tenemos grandes sueños de vivir algún día en un velero, por ejemplo. Y creo que hace cinco años habría pensado que era una locura", cuenta Spiro. Pero ahora que vive en una casa flotante, la idea del velero ya no le parece tan descabellada.

"Muchas veces no es tan descabellado como crees, una vez que le coges el tranquillo", añade.

La satisfacción también viene de poder ampliar las perspectivas de otras personas en las redes sociales, como Instagram, TikTok e incluso YouTube.

The loft.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Aunque empezaron a publicar sobre su vida en el agua como una forma de mantener informados a sus amigos y familiares, desde entonces han conseguido una cantidad considerable de seguidores interesados en su estilo de vida.

Tienen 147.000 seguidores en Instagram y 189.900 en TikTok.

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"A mucha gente le pareció muy guay", comenta Spiro. "También fue alentador ver cuánta gente tenía la mente abierta a algo diferente y simplemente sentía auténtica curiosidad por cómo funcionan las cosas".

Consulta la normativa local antes de sumergirte en este estilo de vida

La pareja vive con su perro, Iko.
La pareja vive con su perro, Iko.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Para quienes quieran vivir en una casa flotante, Spiro indica que es importante comprobar la normativa local antes de precipitarse a construir una.

"Por desgracia, no está permitido en la mayoría de sitios. Así que no te conformes con ver que nosotros lo hemos hecho y pienses que tú también puedes hacerlo", explica. "Pero si encuentras un lugar que lo permita, yo diría que lo hagas".

No es muy diferente de una casa normal, y la mayoría de la gente se sorprenderá al descubrir lo cómodo que es vivir así, afirma.

"Inténtalo. Y si no te gusta, te garantizo que a alguien le gustará. Sin duda tendrá un buen valor de reventa, ya que no son muy comunes", añade.

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