Pasé Navidad y Nochevieja en un crucero con algunos familiares y creo que no lo repetiría
- Pasé las fiestas lejos de casa por primera vez yendo a un crucero de 22 días en Navidad.
- Me desperté en Navidad con vistas a la Antártida, pero eché de menos mis tradiciones y al resto de mi familia.
- Aunque el crucero fue inolvidable, probablemente no vuelva a viajar en estas fechas.
A pesar de viajar con bastante frecuencia, nunca he estado fuera de casa por Navidad.
Pero este año pasé Navidad y Nochevieja en un crucero de 22 días de Holland America por Sudamérica y la Antártida.
Viajé con mi abuela y mi primo, y nuestro crucero empezó en Buenos Aires (Argentina) y terminó en Santiago (Chile).
Tenía mis dudas sobre si reservar un crucero durante las fiestas, pero pensé que valdría la pena perderme mis tradiciones por un año para despertarme con vistas de la Antártida en la mañana de Navidad.
Aunque Holland America tenía una decoración fantástica, unas vistas inmejorables y divertidos eventos navideños, sentí nostalgia.
La semana anterior no parecía Navidad
Hacía mucho calor en muchos de los puertos en los que nos detuvimos, como Buenos Aires y Puerto Madryn (Argentina), porque era verano en el hemisferio sur.
Me pareció muy extraño porque viajaba desde Chicago, donde las Navidades siempre son frías.
Debido al clima cálido, fue bastante fácil olvidar que la Navidad estaba a la vuelta de la esquina, y fue extraño, pero encantador, ver ciudades decoradas.
Una de mis paradas favoritas fue en Puerto Aysén, Chile, donde la plaza principal de la ciudad estaba llena de luces y decoraciones que representaban a Papá Noel y los renos.
Afortunadamente, el barco estaba extravagantemente decorado
Uno de los elementos más llamativos del barco era el pueblo hecho de pan de jengibre. El elaborado despliegue era solo una de las bellas zonas decorativas del barco.
También había varios árboles de Navidad por todo el crucero.
No solo la tripulación de Holland America decoraba: otros huéspedes traían espumillón, adornos y pequeñas decoraciones para colgar en las puertas de sus habitaciones y en los buzones. Todo ello contribuía al espíritu festivo.
Hubo actividades festivas y Papá Noel visitó el barco
También había muchas actividades navideñas en el barco, como decorar ornamentos de pan de jengibre y hacer árboles de Navidad de origami.
Nosotros los utilizamos para decorar nuestro camarote y acabamos colocando los regalos que habíamos traído debajo del pequeño árbol de origami.
Tener nuestro camarote ligeramente decorado nos ayudó a sentir menos nostalgia y más ilusión por las fiestas.
También fue agradable que, después del desayuno del día de Navidad, el capitán anunciara que había un objeto no identificado sobrevolando nuestro barco.
Minutos después, se descubrió que era Papá Noel, que se detenía para traer regalos a los niños a bordo.
Papá Noel y algunos elfos aparecieron en el escenario principal del barco, repartiendo pequeños regalos a los niños y chocolate caliente a los adultos.
Los festejos continuaron en Nochevieja
Cuando el reloj marcó la medianoche, hubo una animada fiesta en la cubierta superior del Oosterdam.
La banda de la casa tocó éxitos de varias décadas y se sirvieron copas de cava.
La fiesta ocupó toda la zona de la piscina, así que no hubo baño, pero los jacuzzis seguían funcionando como neveras llenas de hielo para las botellas de champán.
Me lo pasé muy bien en el crucero, pero no creo que vuelva a viajar en Navidades
Estar lejos de casa durante las vacaciones fue duro, pero ver por primera vez la Antártida la mañana de Navidad fue un regalo inolvidable.
Aquella mañana, nos recibieron con un primer plano de la isla Elefante, uno de los rincones más lejanos de las islas Shetland del Sur de la Antártida.
Fue un sueño hecho realidad estar allí, pero cuando se trata de las fiestas, mi corazón siempre estará en casa.
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