Por qué tu personalidad cambia después de un par de copas

personas bebiendo alcohol en fiesta
  • Puede que te hayas dado cuenta de que cuando bebes no eres el mismo. Te notas más deshinbido, alegre y social. 
  • Esto se debe a los cambios en el cerebro que produce el alcohol. Lo que a la larga puede tener efectos peligrosos.

Al dolor de cabeza de la resaca se suma otra sensación desagradable, el bochorno que sientes al pensar en lo que hiciste anoche. ¿Alguna vez te has pasado bebiendo y hablando más de la cuenta, montando un espectáculo, mandando un mensaje del que te arrepientes?

El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central. Por lo que a medida que vas vaciando vasos se hace más lenta tu actividad cerebral. Cambia tu estado de ánimo, tu comportamiento y autocontrol. Te vuelves más sociable, abierto pero también torpe e impulsivo. Después puede volverse en tu contra y acrecentar la ansiedad o la tristeza si hay motivos para ello.

Cómo cambia tu cerebro con el alcohol

El alcohol afecta al funcionamiento del cerebro. Es un depresor del sistema nervioso central (SNC), que interfiere en la capacidad natural de realizar funciones cognitivas como la formación de recuerdos, la toma de decisiones y la regulación de emociones o impulsos.

Modifica los niveles de neurotransmisores, especialmente los del ácido gamma aminobutírico y la dopamina. "Como resultado, el alcohol puede disminuir las inhibiciones y alterar el juicio, la cognición y el estado de ánimo", asegura en Healthline Jennifer Worley, terapeuta familiar. "Cuando la gente consume alcohol, puede magnificar sentimientos o inclinaciones ocultas, haciéndolos más pronunciados".

Solo unos 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre en tu cuerpo (lo que para muchos es 2 tercios de cerveza) mejorará tu ánimo y sociabilidad pero el precio a pagar será menor capacidad para prestar atención, pensar con claridad y controlarte.

No es que tu personalidad cambie con el alcohol, más bien lo que hace es que puedas actuar de forma más libre al derrumbar las barreras mentales que normalmente te impiden hacerlo.

“Al comenzar a beber los centros cerebrales empiezan a deprimirse y se suprimen las partes racionales. Esto hace que disminuyan las tensiones e inhibiciones y el cerebro se sienta anestesiado”, comparte en La Vanguardia Alexia de la Morena, doctora en neurociencias aplicadas y comportamiento humano.

Los efectos del alcohol en la zona de la corteza prefrontal del cerebro facilitan que las personas actúen según impulsos, y el alcohol puede amplificar estados emocionales latentes. Por lo que alguien que ya se siente, triste, ansioso o enfadado, al emborracharse puede ver intensificados estos sentimientos.

Personalidades del alcohol

La psicología establece 5 grandes rasgos de personalidad. De manera similar parecen existir personalidades generalizadas que se acentúan con la bebida. Desde el centro Action Rehab describen los "tipos de personalidad borrachos" comunes:

  • El borracho feliz: algunas personas se vuelven más extrovertidas, sociables y seguras cuando están borrachas.
  • El borracho enfadado: el alcohol puede desencadenar un comportamiento agresivo o una tendencia a discutir. Esto podría deberse a emociones intensas, disminución del control de los impulsos o experiencias pasadas.
  • El borracho cariñoso: la bebida reduce las inhibiciones y puede amplificar las emociones, lo que lleva a algunas personas a volverse más emocionales o sentimentales.
  • El borracho imprudente: ciertas personas se preocupan menos por las consecuencias o responsabilidades cuando están borrachas, lo que lleva a una actitud más despreocupada o imprudente.
  • El borracho triste: para muchos beber puede exacerbar los sentimientos de tristeza, depresión o soledad, provocando que se alejen de las interacciones sociales.

"Todo el mundo empieza como un borracho feliz", cuenta a The Telegraph el doctor Niall Campbell, psiquiatra consultor del Hospital Priory de Londres . “El alcohol es un depresor, pero eso no significa necesariamente que te deprima. Simplemente ralentiza el sistema nervioso, lo que de hecho puede aliviar la ansiedad a corto plazo. Por eso muchas personas pueden volverse más relajadas y bromistas”. 

Sin embargo eso puede conllevar riesgos. Las personas buscan ese estado placentero en la bebida y a la larga necesitan beber más para alcanzarlo potenciando el riesgo de adicción.

"Las personas que beben en exceso suelen sufrir algún daño", añade al medio Chip Somers,  terapeuta especializado en adicciones.  “El alcohol les alivia cualquier dolor no resuelto que lleven consigo. Pero les impide enfrentar sus problemas de maneras más útiles. Entonces, al final, beben sólo para evitar la infelicidad. Su tolerancia aumenta y necesitan beber cada vez más para mantenerse a flote.'”

Pregúntate con qué frecuencia bebes para evitar sentimientos de tristeza o ansiedad. "Ésa es una señal de advertencia de que las cosas podrían empeorar gradualmente”, adivierte

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