Sí, la red eléctrica mundial soportará el avance de los vehículos eléctricos: solo supondría un 15% de demanda en 2040

Varios coches eléctricos cargándose.

Reuters

Las dudas sobre el futuro de los coches eléctricos cada vez son más. Los investigadores de Stanford ya realizaron un estudio donde afirmaban que, de cara a 2030, el número de coches eléctricos se habría duplicado e, incluso, triplicado en la mayoría de ciudades. Esto podría tensionar la red eléctrica mundial.

Sin embargo, investigadores de BloombergNEF consideran que las previsiones sobre la incapacidad de la red eléctrica mundial para sobrevivir a todo ese torrente de electrificación del transporte pueden haber sido bastante exageradas. 

Actualmente, los vehículos eléctricos que circulan por la carretera suponen un 0,2% de la demanda mundial de electricidad, es decir, hacen el mismo consumo anual que Singapur. Sin embargo, la mayoría de los fabricantes están involucrados en un proceso de electrificación de cara a 2030. 

Con esta premisa, aunque todos los coches que se vendan a partir de 2030 sean eléctricos, según el proyecto de investigación energética de Bloomberg, hará que la demanda de electricidad mundial aumente entre un 11 y un 15% de cara a 2040.

En 2050, que varias cumbres mundiales han fijado como fecha límite para las emisiones netas cero, se prevé que esa cifra aumente con un 12% más. El llamado escenario Net Zero supone que prácticamente todos los métodos de transporte comercial estén electrificados para entonces - coches, autobuses, camiones y otros - pero el desglose difiere bastante por regiones.

Por ejemplo, Europa está mucho más avanzada que el resto de países en materia de electrificación de sus flotas. En este caso, se sospecha que los vehículos eléctricos supondrán un 22% de la nueva demanda de electricidad en 2040. Sin embargo, China, que va mucho más atrasada, solo añadirá la mitad. Este cambio de los vehículos de combustión a los eléctricos deben estar plenamente organizados. 

Además, los investigadores de Bloomberg, igual que hicieron en su momento los de Stanford, creen que hay que repartir la carga de estos coches eléctricos en horarios fuera de las horas puntas, que son principalmente la noche. 

Pero, en todo lo demás, el consumo extra de electricidad que supondrá el cambio de motores de combustión interna por otros eléctricos será asumible. Además, parece que solo aumentará de forma gradual durante las próximas 2 décadas, lo que dará a los gobiernos y organismos reguladores tiempo suficiente para planificar la era del coche eléctrico.

Lo que parece que está claro es que ese miedo por la futura electrificación es solo un mito. Los nuevos coches, autobuses o camiones eléctricos no ahogarán a la red eléctrica, sino que esta sobrevivirá a este necesario paso. 

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