Marta Estarellas, CEO de Qilimanjaro, mejor startup del 4YFN 2024: "Después de la IA, la computación cuántica será la siguiente gran tecnología"

Triunfo español en el MWC. Qilimanjaro Quantum Tech, una startup española consagrada a la computación cuántica, se ha alzado este miércoles con el premio a mejor startup en el 4YFN (Four Years For Now), el evento de emprendimiento que se ha celebrado esta semana de forma paralela al Mobile World Congress.

El jurado ha premiado la decidida apuesta de Qilimanjaro por la computación cuántica, una tecnología que, tal y como ha explicado a Business Insider España Marta Estarellas, CEO de la empresa, puede ser la siguiente gran revolución tecnológica.

"La computación cuántica será lo siguiente de lo que todo el mundo hable después de la explosión de la IA", ha subrayado Estarellas a Business Insider España apenas una hora y media antes de salir al escenario a tratar de conquistar al jurado.

Compuesto por cinco expertos en el mundo de la inversión, el jurado ha evaluado la propuesta de valor de cada una de las startups finalistas, que tuvieron cuatro minutos de presentación seguidos de otros cuatro minutos adicionales para contestar las dudas de los propios inversores.

Junto a Qilimanjaro, participaron en la final de 2024 la surcoreana Bitsensing, que desarrolla soluciones de radar; la israelí Mica Medical, que mejora mediante IA imágenes de contraste para detectar casos de cáncer de mama; la startup de Países Bajos Whispp, que provee soluciones para reproducir la voz de sus usuarios; y otra española, Ocean Ecoestructures, que recupera la biodiversidad del mar mediante la creación, entre otras muchas cosas, de arrecifes artificiales.

"Espero que esto atraiga a los inversores", ha declarado, todavía en el escenario y recién recibido su galardón, Estarellas. Qilimanjaro está tratando de cerrar una primera ronda de inversión de entre siete y 10 millones de euros, y tiene previsto iniciar una segunda ronda aún más ambiciosa durante la segunda mitad de año.

Pero Qilimanjaro, tal y como reconoce Estarellas, no busca cualquier compañero de viaje: "Buscamos inversores que nos entiendan. Esto no va a ser un negocio que vaya a devolver un retorno inmediato, a la vuelta de un año. Sin embargo, es una tecnología muy puntera en la que podemos ser líderes". 

La startup está radicada en Barcelona, cuenta ya con más de 40 empleados y lo apuesta todo a la computación cuántica analógica, una tecnología que, en opinión de la CEO, está más cerca de proporcionar resultados que se puedan aplicar a todo tipo de industrias que la computación cuántica digital.

"Nos ha costado mucho llegar hasta aquí porque es una tecnología muy compleja, pero una vez hemos llegado, queremos ganar", confesaba Estarellas, todavía algo nerviosa de antes de saltar al escenario, Business Insider España.

No es para menos. La propuesta de Qilimanjaro se resume en que son capaces de construir ordenadores cuánticos. 

Dicho así, puede parecer poca cosa, pero se trata en realidad de una tecnología poco más que incipiente en la que la startup es capaz de manejarse para desarrollar algoritmos, software, chips que responden a una arquitectura muy específica y hardware, entre un listado casi infinito de componentes.  

"Hacemos proyectos llave en mano. Esto quiere decir que las empresas nos piden un ordenador cuántico con determinadas características y nosotros se lo construimos", cuenta Estarellas, que ha estado detrás de la construcción del primer ordenador cuántico entregado en Emiratos Árabes y en España, este último entregado al Barcelona Supercomputing Center. 

"El coste de estas máquinas depende de factores como el tamaño de su chip y su refrigerador, pero, por decir algo, pueden costar desde un millón de euros a cinco millones de euros", revela Estarellas.

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Consciente de lo altos de estos costes, a través de Qilimanjaro la CEO está tratando de explotar un modelo de negocio más basado en la suscripción: "Uno no tiene por qué tener estos grandes ordenadores en su casa. Por eso promovemos que la empresa pague solo por el uso que haga de ellos".

Con estos elementos sobre la mesa, la cuestión flota en el ambiente: ¿son para tanto estos ordenadores? ¿Qué se puede hacer con ellos que no quepa imaginar con ordenadores convencionales?

Para Estarellas, buena parte de la clave precisamente está en el desarrollo de la IA. Con ella, las máquinas empezarán a trabajar cada vez con mayores volúmenes de datos, lo que obligará tarde o temprano a tener que dar un salto en la mejora de su rendimiento y optimización.

Pero la CEO de Qilimanjaro lanza un mensaje tranquilizador para los más reticentes: "No van a sustituir la computación convencional. Simplemente, la computación cuántica es una aceleradora", anticipa.

"Para ciertos problemas, a través de una codificación distinta y una manipulación de la información basada en la mecánica cuántica, se pueden diseñar algoritmos mucho más eficientes que los algoritmos clásicos. Esto no incluye todos los problemas. Nunca tendremos, por ejemplo, un editor de texto basado en computación cuántica".

Los ordenadores cuánticos, enumera Estarellas, sí podrán analizar mucho mejor problemas naturales que tengan que ver con el desarrollo de la industria química, de fármacos, de materiales y de energía. Problemas, en definitiva, muy complejos, pero esenciales para que la vida siga tal y como la conocemos.

"La naturaleza es intrínsecamente cuántica. Si queremos una descripción muy precisa de ella, es mucho mejor usar un ordenador cuántico", resume Estarellas. 

Entre los planes de Qilimanjaro, que tiene previsto alcanzar el punto de rentabilidad dentro de tres o cuatro años, destaca sobre todas las demás una idea: abrir para 2025 el que sería el primer centro europeo de datos cuántico. Esto, por supuesto, mientras la empresa sigue dando pasos en su camino por convertirse en una empresa puntera en tecnología cuántica, al menos en el entorno europeo.

"Ya no es solo una cuestión de I+D, queremos poner en marcha equipos de producción. Por eso es importante que la teoría y los equipos de software y hardware estén unidos", anticipa la CEO de la startup, que quiere unir todos estos equipos en unas oficinas antes del final de año.

Ahora, con su premio en el 4YFN bajo el brazo, Qilimanjaro, que nació como un spin-off de la Universidad de Barcelona, mira al futuro con particular optimismo: "Dentro de cuatro años nos vemos siendo una empresa líder en Europa en computación cuántica. También nos vemos habiendo establecido y comercializando el primer centro de datos cuánticos de Europa", vaticina Estarellas.