El cambio de hora siempre conlleva cada año la discusión de si es conveniente quitarla y volver a nuestro horario natural o no, las quejas de lo que afecta a nuestro sueño, pero también si todo ello conlleva mayor o menor gasto en tu factura de luz y gas al final del invierno. 

Ten en cuenta que con el cambio horario invernal, los días tienen menos horas de luz solar y las noches son más largas, con lo que encendemos antes las luces y durante más tiempo, con lo que intuitivamente se deduce que gastaríamos más. ¿Es así realmente? Hay que hilar más fino para llegar a la conclusión de que no.

La cuestión de la calefacción

Pues pasa algo parecido: menos horas de luz, más frío y, por tanto, se dispararía el consumo. Si juntamos la luz y el gas, parece que el cambio de hora es una muy mala idea también para nuestro bolsillo. 

Sin embargo, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el cambio de hora supone a cada hogar de media un ahorro de 6 euros al año, que no es mucho, pero comparado con la sensación de que podría subir la factura decenas de euros o centenas, la cosa cambia mucho. Si se extrapola a los 24 millones de hogares en España, son 144 millones de euros ahorrados. 

El motivo por el que gastamos menos

El IDAE señala como razón el mayor aprovechamiento de las horas solares, pero quizá no te convenza este argumento, y puedes presentar como prueba tu factura antes y después del cambio horario, pero ten en cuenta que es algo coyuntural y no consecuencia, es decir, el cambio de horario coincide también con la llegada del frío de verdad, cuando ponemos ya la calefacción. 

Si acudes a los datos oficiales de consumo y ahorro energético, lo cierto es que no están actualizados más allá de 2015 en España desde el punto de vista del cambio de hora, pero la Comisión de Industria, Investigación y energía del Parlamento Europeo si tiene un informe al respecto elaborado en el año 2018, en pleno debate de si se debería acabar con el cambio de hora. 

Las conclusiones de la Unión Europea

En el informe se afirma que el ahorro energético que provoca el cambio horario es cierto, aunque marginal, y en el caso de la calefacción no está nada claro que suceda lo mismo. Una vez más, hay que tener en cuenta el comportamiento de los usuarios, la meteorología o factores sociolaborales como el teletrabajo, que dispara el consumo al margen de cambios de hora o de clima. 

La conclusión es que el cambio de hora, contrariamente a lo que se puede intuir o afirmar con hechos que no tienen correlación, no implica un mayor consumo, pero tampoco conlleva apenas un ahorro, con lo que la discusión de si realmente influye o no el cambio de hora directamente en tu factura no queda zanjada. 

Medidas de ahorro

Lo que sí puedes controlar y además no tiene discusión son las medidas para ahorrar en tu factura o facturas energéticas en invierno. Lo primero es que escojas la tarifa eléctrica que mejor te convenga a ti y a tu familia. Compara ofertas y mira bien si te conviene cambiar de compañía. 

También tienes las, no por habituales, menos eficaces medidas de ahorro: usar bombillas de bajo consumo en toda la casa, cargar al máximo tus electrodomésticos o usarlos en las horas de menor coste, como los fines de semana (lavavajillas o lavadora, por ejemplo) y usar temporizadores.