La reina Isabel II de Inglaterra muere a los 96 años

La Reina de Inglaterra, Isabel II.
La Reina de Inglaterra, Isabel II.

La reina de Inglaterra, Isabel II, ha muerto este jueves a los 96 años de edad. 

Aunque las causas concretas del deceso todavía se desconocen, cabe recordar que la monarca se encontraba desde el pasado mes de julio en el castillo de Balmoral, en Escocia, donde había reducido su agenda al mínimo debido a sus problemas de movilidad. 

Es por esto que. en los últimos meses la había sustituido en todos los actos oficiales el príncipe Carlos de Inglaterra. 

Este se ha desplazado a tierras escocesas ya en la primera hora de la tarde, cuando un comunicado oficial emitido por el Palacio de Buckingham ha encendido las alarmas sobre el estado de salud de la monarca. 

"Tras una nueva evaluación esta mañana, los médicos de la reina están preocupados por la salud de Su Majestad y han recomendado que permanezca bajo supervisión médica. La reina permanece cómoda y en Balmoral", explicaba escuetamente la institución.

A medida que ha transcurrido la tarde han ido llegando a Escocia más miembros de la familia real, entre ellos Guillermo y Enrique de Gales, hijos de Carlos y nietos de Isabel II.

Finalmente, a última hora de la tarde, tal y como marca el protocolo, la primera ministra de Reino Unido, la conservadora Liz Truss, ha sido informada del fallecimiento de la monarca a través de la frase en clave "Ha caído el puente de Londres".

Después, a las 19.30, el Palacio de Buckinham ha informado oficialmente de la muerte de la monarca en su web: "La reina ha fallecido en paz en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana".

Esta marca lo que se conoce como Día D, que a su vez supone el inicio de los 10 días que tardará en celebrarse el funeral de estado en la Abadía de Westminster. Está previsto que Carlos, su sucesor, sea proclamado probablemente como Carlos III de Inglaterra (aunque puede escoger otro nombre) en las próximas horas.

El fallecimiento de la monarca ha puesto punto y final a más de 70 años de reinado, lo que la ha convertido en la soberana más longeva de Reino Unido.

Coronada en febrero de 1952, no se puede decir que este periodo al frente de la corona británica haya estado exento de retos. Tampoco que haya estado falto de justa remuneración: en 2017, como contaba Business Insider España, su fortuna privada se valoraba ya en 450 millones de euros, una cantidad que según el Sunday Times podría elevarse por encima de los 14.000 millones de euros sumando las propiedades de la corona.

El reinado de Isabel II vino marcado en primer lugar por los esfuerzos del país a finales de los 50 y principios de los 60 por mantener unida la Commonwealth, la mancomunidad de países vinculados históricamente a Reino Unido. 

Entretanto, Isabel II tuvo que lidiar con el carácter de algunos de los primeros ministros más carismáticos de la historia reciente de Reino Unido, como Winston Churchill y Margaret Thatcher.

Estos llegaron acompañados de algunos de los momentos más convulsos de la historia reciente del país

Desde el tira y afloja que ha caracterizado siempre la relación de las islas con Europa y que se ha saldado finalmente con el Brexit hasta las huelgas mineras de los años 70 y 80 debido a la crisis económica que atravesaba el país, pasando por la guerra de las Malvinas en 1982 y la cuestionable gestión de la pandemia por parte del gabinete del recientemente dimitido Boris Johnson.

Todo ello, sin olvidar los escándalos familiares. 

Aunque muchos analistas coinciden en señalar que el reinado de Isabel II ha supuesto una cierta modernización de la institución que ha traído consigo algo más de transparencia ante la prensa, esto no ha evitado que en estos años los miembros de la familia real hayan ocupado en más de una ocasión la portada de los tabloides por motivos no siempre nobles.

En el recuerdo de muchos británicos permanece el tortuoso matrimonio mantenido por el todavía príncipe Carlos con Diana de Gales, una princesa que supo labrarse fama de personaje cercano y que se ganó el cariño de buena parte de la población. 

Su trágica muerte en un accidente de tráfico en 1997 vino antecedida de turbios episodios que incluyeron, entre otros escándalos, infidelidades por parte de su marido con Camila Parker Bowles, que aspira ahora a ocupar el trono de reina consorte.

Sobre el papel, el primer heredero al trono es el príncipe Carlos de Inglaterra, que lleva 70 años ostentando el cargo de príncipe (otro récord). A sus 73 años, ve por fin libre el camino al trono de rey de Inglaterra.

No obstante, nadie olvida que 73 años pueden ser muchos como para empezar un nuevo empleo, y hay quien preferiría que el trono lo ocupara, previa abdicación del nuevo monarca, el príncipe Guillermo de Gales, duque de Cambridge e hijo primogénito de Carlos que a sus escasos 40 años ocupa el tercer lugar en la línea sucesoria.

Se trata, a ojos de muchos, del tipo de rostro joven que puede traer consigo la renovación a la corona que muchos estiman que esta necesita. 

Sin ir más lejos, este mismo verano la familia real británica ha recibido fuertes críticas en Reino Unido por elevar sus gastos por encima de los 120 millones de euros en un año, un 17% más con respecto al año pasado, en un contexto en el que el Gobierno británico está pidiendo esfuerzos a la población mientras el IPC ha subido un 10,1% interanual. 

Más allá de Carlos y Guillermo, el resto de opciones al trono son bastante más remotas. Estas incluyen al príncipe Jorge de Cambridge, que con tan solo 9 años ocupa el tercer lugar en la línea de sucesión, a la princesa Carlota de Cambridge, de 7 años, y a Luis de Cambridge, de 5 años. Después, le llegaría el turno al príncipe Harry, duque de Sussex, y a sus hijos.

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