Los restaurantes y hoteles son los que más contribuyen al aumento de la inflación, según avisa el Banco de España

Dos camareros delante de una terraza en Ronda (Málaga).
Dos camareros delante de una terraza en Ronda (Málaga).

Salir a comer o cenar fuera con cierta frecuencia empieza a ser un hábito que cada vez menos personas se pueden permitir. El aumento del precio de la energía y los alimentos se han traducido en una importante subida de costes para la hostelería, y el cliente lo nota cada vez que va al restaurante.

Lo mismo ocurre con los hoteles y otros servicios de alojamiento, que este verano han disparado precios por encima de niveles prepandemia. Hasta el punto de que, en junio, el precio de los hoteles subió más que la gasolina.

El constante encarecimiento de precios en restaurantes y cafés, y en servicios de alojamiento, se ha convertido en la leña que prende fuego a la inflación en los últimos meses. Así se desprende de un informe publicado ayer por el Banco de España, donde el organismo analiza la evolución de la inflación subyacente.

"En España, la contribución del ocio, la restauración y el turismo al aumento de los precios de consumo en el último año ha sido significativamente mayor que la observada en el área del euro, tanto por los mayores incrementos de precios en estas partidas como por su mayor peso en la cesta de consumo", avisa el organismo.

En España, los precios relacionados con el ocio, restauración y turismo muestran un incremento relativo más intenso en el último año —un 8% en julio—, frente a un 7% del subíndice de precios de equipamiento y conservación de vivienda y un 5,6% en el de transporte, señala el informe.

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Hasta ahora, el encarecimiento de la gasolina, la electricidad y los alimentos explicaban buena parte del incremento de precios. Pero desde que estas partidas se han contagiado a otros sectores por medio de incremento de costes, cada vez son más los sectores que suben precios.

En junio, por ejemplo, reservar un hotel era un 45% más caro que en junio de 2021. Sólo los combustibles líquidos y aceites como el de girasol superan este encarecimiento, según datos del INE.

En verano, las empresas del sector lo trasladaron todo a precios. Por un lado, que no quedaban plazas disponibles, que no hay coches para alquilar ni entradas para espectáculos, debido al boom de la demanda. Y, por otro, también trasladaron parte del incremento de costes derivado de la inflación. 

"La plena reapertura de las economías —a medida que se ha avanzado en el proceso de vacunación— ha impulsado de manera intensa la movilidad y la demanda de los servicios de mayor contacto social, especialmente los asociados a la restauración y el turismo", analiza el organismo, como una de las causas del alza de precios turísticos.

En consecuencia, los precios de oferta estaban por encima de lo visto en los últimos 3 años, según BBVA Research.

El alza de precios de los sectores relacionados con ocio, restauración y turismo explican 1,6 puntos porcentuales de la inflación de julio de 2022, frente a 1 punto porcentual en la media de la UE. 

"Estas diferencias se deben tanto a un mayor incremento de los precios en el último año como al peso en la cesta de consumo de este componente". Mientras esta partida representa el 20% del gasto en consumo en España, en la UE apenas supone el 16%.

El encarecimiento del sector turístico durante los meses de verano también se explica por un intento del sector por normalizar los niveles de precios tras la caída experimentada durante la pandemia, matiza el Banco de España.

De hecho, si se considera el incremento acumulado de los precios a lo largo de los últimos 3 años, el aumento más intenso se observa en el subíndice relacionado con la vivienda (un 9%), mientras que el índice de ocio, restauración y turismo acumula un aumento del 7,9%.

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