La revolución telemedicina también anima a los inversores: por qué es una temática de largo recorrido y qué empresas tienen en el radar los expertos

Telemedicina
  • La telemedicina aumentó su utilidad durante el confinamiento, pero su demanda aún se mantiene: en Estados Unidos ya representa el 20% de todas las consultas.
  • Los expertos creen que la tendencia se va a mantener y por eso se puede aprovechar desde el punto de vista de la inversión centrándose en las compañías mejor posicionadas.
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Si algo ha provocado la pandemia del COVID-19 es un cambio de paradigma en el mundo de las posibilidades en las que invertir al abrirse nuevas posibilidades.

Muestra de ello son las exigencias de los confinamientos, que provocaron un cambio permanente en todo el sector sanitario

En la respuesta a pandemia la industria de la salud destacó por haber sido la más afectada. Con los confinamientos a partir del primer trimestre del 2020, la actividad habitual de la atención primaria tenía que cambiar, y eso significaba que las necesidades de los enfermos por coronavirus eran prioritarias.

En muchos países del mundo, y en un esfuerzo por evitar que los hospitales estuviesen desbordados, el resultado fue el retraso de la mayoría de los procedimientos opcionales o cirugías no urgentes. Lo mismo puede decirse de las revisiones rutinarias programadas. Por ejemplo, en Estados Unidos las visitas al médico y los procedimientos opcionales se redujeron a la mitad, tocando fondo a principios de mayo, según informaba la CNBC.

“Todo se redujo, desde la atención primaria rutinaria hasta la atención al cáncer, e incluso las visitas a urgencias por dolor torácico”, señala Matthew Jenkin, analista sanitario de BNY Mellon, en un informe al que ha accedido Business Insider España

“Es verdaderamente difícil saber cuántas muertes o empeoramientos de pronóstico se produjeron como resultado; y en su momento se debatió qué era realmente opcional (…) Por ejemplo, las prótesis de rodilla se consideran opcionales, pero en EEUU también vimos cómo las sustituciones de válvulas cardiacas bajaron un 40%”, añade.

El descenso de las intervenciones importantes, como las sustituciones de válvulas cardiacas, coincide en cierto modo con el descenso de los diagnósticos de cáncer, cardiopatías y otras enfermedades graves. 

“Las especialidades más afectadas fueron la psiquiatría, la gastroenterología, la dermatología y la reumatología, probablemente porque eran las consultas más aplazables”, añade el experto.

El auge de la telemedicina que tiene aún mucho más recorrido al alza

En este vacío de citas anuladas, revisiones pospuestas y diagnósticos perdidos, apareció el fenómeno relativamente nuevo de la telemedicina. Aquí, en lugar de reuniones presenciales con médicos y clínicos, los pacientes pueden ser diagnosticados y, en algunos casos, tratados a distancia mediante el uso de la tecnología.

“Recientemente, el 57% de todas las citas psiquiátricas se realizaban con telemedicina, algo que podría mantenerse en el futuro”, afirma Jenkin. “Hoy en día casi el 20% de todas las consultas de atención primaria se realizan por telemedicina, tras alcanzar un máximo del 38% a principios de mayo de 2020. Y todo esto se compara con el 2% de telemedicina antes de la crisis, así que claramente las cosas han cambiado”, explica.

En el pasado, la telemedicina se enfrentó a numerosos obstáculos para su adopción: no sólo la comprensión por parte de los pacientes de la capacidad de los médicos para diagnosticar afecciones a distancia, sino también la forma de pago. 

Sin embargo, ahora, al menos en Estados Unidos, el gobierno y las empresas privadas han acordado las tasas de reembolso. A largo plazo, cree que la infraestructura será eficiente e incluso puede suponer un ahorro económico. Mientras tanto, los pacientes se sienten cada vez más cómodos con la telemedicina, ya que su uso se ha normalizado.

De ahí a que se haya generado una gran oportunidad de inversión en este espacio por la capacidad de crecimiento que puede tener en el largo plazo.

Richmond Wolf, gestores de Capital Group, asegura en un informe que la telemedicina ya era una ola, pero la pandemia y la laxitud de las nuevas normativas la han convertido en un tsunami.

“Además, los avances en los diagnósticos desde casa, incluida la monitorización continua de glucosa y las bombas de insulina para diabéticos, así como los monitores portátiles que registran los latidos irregulares y otros signos de enfermedades cardíacas, permiten que los médicos supervisen a sus pacientes de manera remota”, destaca.

El mundo se encuentra en los albores de la producción de dispositivos rentables que pueden enviar determinada información relacionada con la salud a los médicos o ayudar al paciente a cumplir con su tratamiento. 

“Esto representa una gran oportunidad para aquellas compañías que sean capaces de satisfacer esta necesidad”, dice.

De este modo, son varias las compañías que podrían abordar la creciente demanda de dispositivos de monitorización remota. 

Tal y como expresa Wolf, entre las cuales hay unos nombres bastante destacados: “DexCom, ResMed, Insulet, Tandem, iRhythm y Abbott Laboratories (…) Y, por supuesto, esta demanda también comprende los servicios de telemedicina, como los que ofrecen Teladoc y UnitedHealth”.

Asimismo, las empresas de ciencias de la vida, que suministran los materiales para fabricar las vacunas, son las que más probablemente verán el beneficio real. 

Con el mayor proyecto de biofabricación del mundo en marcha, las empresas de ciencias de la vida están desempeñando un gran papel en la producción de vacunas. El precio por dosis que reciben debería estar muy por encima de sus costes, en comparación con las empresas farmacéuticas.

Y Jenkin concluye: “Creo que las empresas de ciencias de la vida tendrán la oportunidad de beneficiarse durante la fase pandémica del virus (en la que se vive actualmente), así como si hay una recurrencia estacional como el resfriado común, del que se cree que el 25% ha sido coronavirus en algún momento”.

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