3 poderosas razones por las que el Salón del Automóvil de Bruselas podría convertirse en la primera gran cita del motor en Europa

Luis Guisado
 Tesla Model X

Reuters

  • El Salón de Bruselas, uno de los más antiguos del continente, ha vivido a la sombra de otras citas importantes para el sector como el Salón de Ginebra o el de Fráncfort.
  • La cita de Bruselas, que este año cumple 100 años de su inauguración, gana peso con un timing adecuado —se celebra justo después del CES— y con la guinda de la entrega del premio al coche del año en Europa.

¿Antes de 2023, conocías el Salón del Automóvil de Bruselas? ¿No? No te culpo, pues siempre ha estado a la sombra de eventos de proporciones estratosféricas como los salones de Ginebra o Fráncfort, aunque este último se celebra en el segundo semestre del año.

Pero esto puede que esté a punto de cambiar. La crisis del coronavirus llegó para poner el mundo patas arriba. En 2020 el planeta se paró en seco. Se cancelaron eventos tan importantes como el Mobile World Congress (seguirá celebrándose en Barcelona hasta 2030) o el Salón de Ginebra cuando sus puertas estaban listas para abrir en cuestión de días. 

También Fráncfort anunció que no estaba prevista la inauguración de una de las citas automovilísticas más importantes de la segunda mitad del año y en 2022 París parecía más una salita de estar que un salón propiamente dicho.

El parón de la cita ginebrina supuso lo que parecía un golpe mortal para la industria de los salones del automóvil: antes, las marcas ya se quejaban de que asistir a un motorshow era demasiado caro, que las ventas in situ tampoco suponían una cifra relevante y que no acababan de ver las ventajas de mostrar sus coches ahí si con Internet se podían dar a conocer en cualquier parte del globo.

Hace unos meses nos enteramos de que el Salón de Ginebra volvía en 2023... pero que se iba a celebrar en Doha (Qatar) a mediados de febrero. Un movimiento llamativo, sin duda. Pero esa búsqueda de los petrodólares por parte de los organizadores dejó el camino allanado a una feria que siempre ha existido de madera modesta.

Y así, el Salón de Bruselas de 2023 tiene todas las papeletas para convertirse en una cita importante dentro de Europa. Aquí las razones:

Se celebra justo después del CES de Las Vegas

Un Hispano-Suiza Carmen en el Stand de Power Electronics en el CES de 2023
Un Hispano-Suiza Carmen en el Stand de Power Electronics en el CES de 2023

Power Electronics

Con el famoso Salón de Detroit fuera de juego, el CES de Las Vegas se ha convertido en una cita imprescindible para todo aquel que quiera darse a conocer. Y como se celebra durante la primera semana del año, todo el mundo pone su atención para conocer las tendencias que se esperan durante el año en curso. 

Lo que comenzó siendo una cita especializada únicamente en tecnología de consumo (de ahí lo de CES: Consumer Electronics Show), ha terminado por ser un importante escaparate para los fabricantes de vehículos.

Tiene sentido porque los fabricantes están inmersos en un camino de destino incierto en el que la tecnología en el automóvil está tomando cada vez parte más importante con los inicios de la conducción autónoma, el car-to-X y el 5G, la transición a un futuro sin emisiones con los coches eléctricos, etc.

Tanto es así, que este año en el CES de Las Vegas se ha podido conocer en primicia algunos modelos, como el Peugeot Inception Concept o el nuevo Volkswagen ID.7, llamado a ponerle las cosas difíciles al todopoderoso Tesla Model 3 en Europa, China y América.

 

Ginebra les deja el camino libre

Estado del Salón de Ginebra en 2020, cancelado días antes de su inauguración a causa de la pandemia
Estado del Salón de Ginebra en 2020, cancelado días antes de su inauguración a causa de la pandemia

Pierre Albouy/Reuters

Quizá se trata de un caso de justicia poética. El Salón de Ginebra se había convertido en un gigante en todos los sentidos, devorando a players europeos más modestos como Milán, Hannover (enfocado a vehículos industriales) o el propio Bruselas (muy enfocado a las ventas).

Y, como es lógico, el sitio al que todos quieren ir y al que todos miran se aprovechaba de su posición predominante desde casi sus inicios en 1905, aunque entre 1908 y 1922 no se celebró. Pero nunca nadie quería faltar a la cita, y por eso se llegaban a pagar cantidades estratosféricas (nunca confirmadas, pero off the record se reconocían cifras de seis dígitos) por un buen montaje. 

Por su carácter más local, los precios de la exhibición en Bruselas no son tan elevados como en Suiza, por lo que las marcas se han animado a estar presentes. Según FEBIAC, la entidad encargada de la organización del motorshow, los más de 50 expositores representan más del 95% de la industria de Bélgica”, lo que es más o menos decir lo mismo que de toda Europa.

Si en Ginebra últimamente se caían marcas importantes como Opel (2018) o BMW (2022), este año en Bruselas solo van a faltar un par de fabricantes de renombre: Ferrari y Volvo.

 

Se celebra por primera vez la entrega del 'Car of the Year'

El Citroën C4 fabricado en Madrid fue finalista del Coche del Año
El Citroën C4 fabricado en Madrid fue finalista del Coche del Año

Citroën

Con el salto a Oriente Medio del Salón de Ginebra, uno de los actos más habituales en la cita suiza se queda sin “sede espiritual”, pues tradicionalmente el galardón se entregaba durante esa semana en sus instalaciones.

Este año, sin embargo, el premio al coche del año en Europa (Car of the Year, en inglés y COTY por sus siglas), se va a entregar por primera vez en el Salón de Bruselas, al que FEBIAC espera atraer a unas 300.000 personas que pagarán 12,50 euros por entrada (7,50 los niños) para ver los modelos que (en teoría) van a marcar el futuro de la automoción.

El Salón de Bruselas 2023, abierto desde el 14 hasta el 22 de enero, promete ser una “cita memorable” según los portavoces de FEBIAC, ya que aparte de los fabricantes habituales se ofrecerán conferencias sobre la nueva movilidad en un salón de actos específico que a buen seguro atraerán buenos titulares.

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