Llevo dos años viajando sola y hay tres razones por las que siempre elegiré hoteles antes que Airbnb
- Llevo dos años viajando sola y siempre prefiero los hoteles a los airbnbs.
- Los hoteles me hacen sentir más segura, ofrecen oportunidades para socializar y el personal puede ayudar en caso de emergencia.
- Animo a los viajeros a que se inclinen por el tipo de alojamiento que más les convenga.
Soy periodista de viajes, lo que significa que conozco bien el encanto de Airbnb.
La empresa de alquiler vacacional parece tener algo para todo el mundo, desde castillos con temática de Barbie hasta extravagantes casas diminutas e incluso casas de vacaciones de famosos.
Pero cuando se trata de viajar sola, tiendo a pecar de precavida y reservar hoteles.
Llevo unos dos años viajando sola de forma intermitente. He visitado sobre todo ciudades europeas, como Londres, Luxemburgo, Bruselas y Oslo. Reservé hoteles durante todos estos viajes y descubrí que me hacía sentir segura y me proporcionaba más oportunidades para socializar que si me hubiera quedado sola en un alojamiento de Airbnb.
Evito los airbnbs cuando viajo sola por motivos de seguridad
En primer lugar, quiero reconocer que he tenido algunas experiencias positivas con Airbnb. El otoño pasado, mi familia y yo pasamos dos noches en una cabaña en el Lake District, Inglaterra, y fue fantástico.
Puede ser estupendo para grupos grandes, ya que hay más espacio y privacidad de la que tendrías si te alojaras en un hostal o en un hotel. Pero a mí, personalmente, no me gusta alojarme en airbnbs cuando viajo sola por razones de seguridad.
Si decides alojarte en un alojamiento de Airbnb en solitario, mi compañera Joey Hadden escribió por qué ella siempre reserva alojamientos para dos personas incluso cuando viaja sola. Airbnb no respondió a los comentarios para este artículo, pero tiene una página de consejos de seguridad para los huéspedes.
Personalmente, tuve una experiencia aterradora cuando regresaba a mi hotel desde una estación de tren en Bruselas a principios de este año. Me fijé en un hombre que caminaba cerca de mí y me miraba fijamente.
Al principio me pregunté si lo había imaginado. Pero cuando aceleré el paso, no dejó de mirarme e incluso empezó a seguirme calle abajo. Un presentimiento en el estómago me dijo que algo iba mal, así que hice señas a otro turista, que esperó conmigo al otro lado de la calle hasta que el hombre se marchó.
Me sentí afortunada de que el hombre no viera dónde me alojaba. Pero también me sentí segura sabiendo que si alguien me seguía hasta mi hotel, no podría acceder a mi habitación. Hay cámaras de seguridad, personal de recepción y otras medidas para proteger a los huéspedes de los hoteles. Pero no todos los alojamientos de Airbnb cuentan con las mismas medidas.
Los hoteles pueden fomentar la socialización
No es raro que los viajeros solitarios se sientan solos de vez en cuando. A mí me ocurrió durante mi visita a Luxemburgo a principios de este año.
He descubierto que alojarme en hoteles me ayudó enormemente, ya que pude socializar con empleados y otros viajeros cuando estuve allí.
Tanto si viajas solo como en grupo, siempre me ha parecido que hacer amigos es una experiencia agradable y relativamente fácil.
Mi consejo es que busques un hotel con desayuno tipo buffet, ya que puedes tener más oportunidades de hablar con otros comensales si todos camináis por el mismo espacio. Y si tu hotel tiene bar o restaurante, también podría ser una gran oportunidad para charlar con el personal y entablar conversación con otros viajeros.
No tienes que enfrentarte solo a las emergencias
Otra razón por la que prefiero los hoteles es porque siempre hay personal de guardia, lo que puede ser útil si alguna vez te encuentras en una urgencia médica.
La primavera pasada estaba de visita en Oslo (Noruega) cuando me sentí indispuesta y me planteé ir al hospital. Empecé a sentir pánico cuando mi estado empeoró e intenté averiguar a qué hospital debía acudir y cómo llegar.
Avisé al director del hotel, que me sugirió que fuera a un centro médico de guardia cercano, ya que, según él, estaría menos concurrido que el hospital. Incluso me consiguió un taxi para que me llevara.
Me sentí increíblemente agradecida por la amabilidad del gerente y la rapidez con la que me ayudó. Esto me calmó los nervios, y sé que habría entrado más en pánico si me hubiera puesto enferma estando sola en un apartamento de Airbnb.
Los hoteles me van muy bien ahora mismo, pero eso no quiere decir que no vaya a experimentar con algo nuevo en el futuro. En última instancia, animo a todos los viajeros a que se decanten por un alojamiento que les ayude a sentirse seguros, inspirados y descansados, sea lo que sea.
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