Barritas energéticas: ¿son tan sanas como crees o deberías eliminarlas de tu dieta?

Visitar el supermercado y no fijarse en el pasillo de las barritas energéticas es algo complicado. Los reclamos de su packaging las hacen prácticamente irresistibles: “rico en fibra”, “rico en vitaminas”, “digestivo”, “light”…

Para Carlota Fernández, farmacéutica y dietista-nutricionista, autora de @nutriaconsejame, "el marketing de este tipo de productos es el que nos ha hecho creer que necesitamos consumirlos para llevar  un estilo de vida saludable. Al fin y al cabo, a la industria alimentaria no le interesa admitir que lo realmente sano es basar nuestra alimentación en el consumo de fruta, verduras, legumbres y frutos secos"

"A pesar de que las barritas energéticas suelen carecer de interés nutricional, a lo largo de los años las hemos interiorizado como saludables y necesarias, llegando a desplazar e incluso desprestigiar otros alimentos mucho más interesantes”, añade.

Aunque originariamente las barritas energéticas estaban pensadas para deportistas de alta intensidad, su consumo se ha generalizado en los últimos años, y la obsesión por las dietas las han convertido en un snack diario para muchas personas. Pero ¿son realmente saludables? 

10 errores que cometes a la hora de perder peso de forma estable y saludable

Los expertos coinciden, no todas las barritas energéticas cumplen el propósito de ser saludables, la mayoría tienen ciertos componentes o añadidos que suben los niveles de azúcar hasta puntos preocupantes. “Algunas de estas barritas pueden llegar a tener tanto azúcar como las galletas o los cereales de desayuno” explica Carlota Fernández.

“De forma general, cuando hablamos de barritas energéticas hablamos de productos ultraprocesados con una densidad energética relativamente alta, muy ricos en azúcares libres añadidos o edulcorantes poco interesantes a nivel nutricional; en ocasiones, también presentan aceites vegetales refinados y ricos en grasas saturadas”. 

“Podríamos comparar los ingredientes y valores nutricionales de una barrita energética con cualquier caja de cereales de desayuno o galletas ultraprocesadas ricas en azúcares sencillos. Lo curioso es que estas barritas se siguen vendiendo como opciones saludables, aunque diversos estudios muestran que no lo son, y que su consumo habitual como productos ultraprocesados está relacionado con la aparición de algunas enfermedades como la diabetes mellitus tipo II, la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares e, incluso, algunos tipos de cáncer”.

Las barritas energéticas no son sustitutivos de la comida

Un apunte importante es que el hecho de que la barrita contenga la palabra "energía" no significa que sea bueno o beneficiosa para nuestra salud. Un alimento energético simplemente suele indicar que contiene bastantes calorías.

Para la nutricionista Carlota Fernández, utilizar las barritas como sustitutivo de las comidas es un gran error: “Estos productos ultraprocesados tienen muy poco interés nutricional y, por lo general, desplazan el consumo de alimentos con capacidad protectora sobre nuestra salud como puede ser la fruta”.

En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que "sustituir de manera ocasional una comida convencional por uno de estos productos no tiene ningún efecto en la salud: es una forma de asegurar un aporte suficiente de nutrientes de una manera cómoda y simple. Pero a la larga, recurrir sistemáticamente a estas barritas como solución y convertir en habitual la ingesta de productos sustitutivos de comida sí podría llegar a tener efectos perjudiciales e incluso causar desajustes nutricionales”. 

¿En qué debes fijarte si vas a comprar una barrita energética?

Existe una gran variedad de barritas energéticas en el mercado, y no todas las opciones están hechas con los mismos ingredientes.

“Cuando queramos comprar una barrita, en lugar de fijarnos en la tabla de valor nutricional debemos fijarnos en la lista de ingredientes. En ella, los ingredientes aparecen en orden de más a menos cantidad. Lo más importante es que no contenga azúcares añadidos (normalmente se encuentran bajo un sinfín de nombres como: jarabe, maltodextrina, fructosa, sirope de ágave, panela, sirope de arce, glucosa). Hay que evitar también las harinas refinadas, priorizando las harinas 100% integrales, y los aceites vegetales refinados, como el aceite de Palma, aceite de girasol, aceite de algodón, aceite de colza, entre otros”, afirma Carlota. 

La experta destaca que en el caso de que contenga alguno de estos tres grupos de ingredientes, lo ideal,  es que no aparezcan en más de un 5% del producto final. 

“Un buen truco para reconocer un ultraprocesado es fijarse en el número de ingredientes que contiene el producto. Por norma general, aquellos que contienen más de cinco son ultraprocesados y muy poco interesantes a nivel nutricional”.

¿Qué alternativas saludables podrían sustituir a las barritas energéticas?

"Comer frutas, verduras y frutos secos en su forma natural siempre será mucho más saludable y nutritivo que utilizar barritas u otros ultraprocesados como el sustitutivo de una comida. La fruta fresca y deshidratada, los frutos secos, el chocolate 85% cacao, yogur natural, copos de avena, granola casera, quinoa, arroz o espelta inflada y la leche o las bebidas vegetales son alternativas saludables y muy recomendables", señala Carlota.

La nutricionista explica que  las combinaciones entre algunos de los alimentos anteriormente citados son la opción perfecta para recargarnos de energía y hacer deporte.  Por ejemplo, recomienda mezclar un puñado de frutos secos y 1-2 onzas de chocolate 85%, un yogur natural con quinoa inflada y fruta fresca; o preparar un porridge de avena con leche/bebida vegetal y fruta o frutos secos. 

Por otro lado, según Carlos Ríos, influencer que promueve el movimiento realfooding, exigen algunas alternativas saludables como la barrita energética Nakd, a la que define como "la única barrita saludable que hay en supermercados. Están hechas únicamente con fruta y frutos secos (dátiles, uvas pasas, anacardos, arándanos…)”. 

Sin embargo, aunque puedan ser una buena opción, “en ningún momento deberán considerarse suficientes para una nutrición correcta ni servirán como excusa para saltarse una comida. Su uso se restringe a un añadido de dieta sana y deporte”.