WeWork estaba condenada al fracaso por su estrategia de abrir espacios de coworking enormes, según uno de sus rivales

Tom Carter
| Traducido por: 
WeWork

Justin Sullivan/Getty Images

  • WeWork acabó siendo conocida por sus grandes espacios de coworking, algunos de los cuales estaban dotados con incluso rocódromos o piscinas.
  • Jamie Hodari, el CEO de Industrious, cree que WeWork se cargó con demasiado pasivo.
  • En su día valorada en 47.000 millones de dólares, la compañía se acaba de declarar en bancarrota tras años de dificultades financieras.

El colapso de WeWork acaba también con una era de espacios de coworking con singularidades como rocódromos, DJ en directo o piscinas, según uno de sus principales rivales.

Jamie Hodari, CEO de Industrious, otra compañía que se dedica a los espacios de trabajo flexibles, detalla a Business Insider que, dado que un buen número de inmuebles de WeWork cambiará de manos después de que la firma se haya declarado en bancarrota, esas características de lujo se convertirá en algo del pasado.  

WeWork se declaró en quiebra la semana pasada tras años de problemas financieros. La compañía lleva un tiempo recortando en propiedades y renegociando deuda, pero su portfolio inmobiliario todavía contaba 777 ubicaciones el pasado 30 de junio.

"En la gran mayoría de casos, los activos simplemente cambiarán de bandera: llegará otro proveedor que cogerá el espacio y lo hará funcionar, o quizá el propietario lo gestionará por sí solo", explica Hodari a Business Insider.

Pero la realidad es que "algunos de los enormes espacios de WeWork, esos que oscilan los 30.000 o 40.000 metros cuadrados, son demasiado grandes" como para que otra empresa los gestione, añade.

"WeWork ha sido el único proveedor del sector que ha asumido espacios tan grandes", incide.

Para Hodari, arrendar esos enormes espacios de oficina fue uno de los mayores errores de la estrategia de WeWork durante su carísimo apogeo.

"Creo que este tipo de grandes espacios de oficina ya no van a ser viables, y la enorme escala de pasivos al final son síntoma de una época de bonanza en la que la gente que dirigía empresas apostaba por el crecimiento en ingresos sin tener la vista puesta en la rentabilidad", continúa.

"La mayoría de empresas, incluyendo a WeWork, adoptaban decisiones que aupaban la facturación a corto plazo, pero que probablemente no era prudente a largo plazo".

Los coworking de lujo son ya una cosa del pasado

Los grandes espacios de coworking con salas de yoga, grifos de cerveza y piscinas fueron el punto distintivo del emporio de WeWork.

Briggs Elwell, cofundadora y CEO de la compañía financiera especializada en inmobiliaria RLTY Capital, explica a Business Insider que por impresionantes que fuesen ese tipo de instalaciones, realmente no ayudaron nada a la compañía a ser rentable.

"Si miras las cuentas de WeWork incluso antes de que se desplomaran, en los tiempos de Neumann, la realidad es que estaba bastante claro que el gasto por esos lujos eran un factor crucial a la hora de entender si la compañía sería rentable o no", destaca. Adam Neumann fue el cofundador y el antiguo CEO de WeWork.

"La realidad es que, lamentablemente, con esos números no se iba a tener ningún final brillante", añade.

Cómo pasó WeWork de valer más de 40.000 millones a un caso perdido en solo 6 semanas

Hodari explica a Business Insider que su empresa, Industrious, que tiene unos 165 espacios de coworking globalmente, podría hacerse con algunas de las instalaciones que deje WeWork.

Pero reconoce que la firma no se haría con ninguna de las instalaciones de WeWork más grandes completamente, y que ese tipo de espacios van a desaparecer del centro de las ciudades dado que las empresas no van a poder permitírselos por un lado, y los propietarios se van a mostrar más reacios a alquilar edificios enteros para el trabajo flexible, por el otro.

"Si alguna compañía como Industrious llegase a regentar un espacio como esos, lo que probablemente haríamos sería insistir en quedarnos solo con un tercio o con la mitad del mismo, con lo que el propietario tendría que ver qué hacer con la otra mitad del inmueble", concluye.

Llegó a estar valorada en 47.000 millones de dólares, pero ha sufrido una debacle dramática desde su fallida salida a bolsa en 2019. Con una presencia considerable en los centros de multitud de ciudades, los expertos han advertido que el colapso de WeWork tendrá consecuencias directas en el mercado inmobiliario.

Hodari cree que, a pesar de la implosión de WeWork, el sector está saneado dado que cada vez más empresas buscan espacios de trabajo flexible a medida que sus plantillas se han acostumbrado a una fuerza de trabajo híbrida: a veces teletrabajo, a veces en la oficina.

"Mi esperanza es que esta quiebra sea el fin de una era, que ayude a apagar todo el ruido que levantó WeWork para que la gente pueda ya cen trarse en un sector que crece rápido", añade.

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