Por qué Yon González es una mina para productoras y plataformas

Yon González ya no es ese joven actor que tanto ama la cámara, sino una realidad y uno de los intérpretes más sólido del país. Pero lo mejor para productoras y plataformas es saber que un actor o actriz son rentables y cada trabajo que hacen repercute en audiencia y seguimiento. Es el caso de Yon, que ha vuelto a hacerlo con la serie Memento mori, que puedes ver en Prime Video. 

Y es que eso de volver a hacerlo tiene todo el sentido, porque todo lo que toca el actor vasco se convierte en oro. Se puede llamar acierto a la hora de escoger papales o que le contraten en productos siempre de calidad y con éxito asegurado, pero seguramente Yon tiene parte de culpa gracias a su magnetismo ante la cámara y su versatilidad.

El último éxito de Yon González

Ahora repasamos su trayectoria llena de éxitos, pero hay que empezar por el final, por la última serie en la que ha participado, Memento mori, rodada y transcurrida en Valladolid y donde interpreta un psicópata asesino en serie que recuerda mucho al de Christian Bale en American Psycho. Un tío frío, con dinero y elegante, que, sin embargo, oculta un verdadero animal en el interior. Y hasta ahí, porque vale la pena que veas la serie sin información alguna, por las sorpresas que contiene. 

Yon González cambia totalmente de registro y borda un papel tan desagradable, convirtiendo al monstruo en un ser hipnótico y repulsivo al mismo tiempo. Una interpretación impresionante en lo físico y en los gestos y contenciones. Ya hemos visto un perfil así en películas y series, cierto, pero sorprende las aristas nuevas, ayudado por un buen guion. 

Para 2025 se prevé la segunda temporada llamada Dies irae y parece que mínimo habrá tres, ya que la serie se basa en una trilogía literaria llamada Versos, canciones y trocitos de carne. Memento Mori sigue de número uno en Prime Video, semanas después de su estreno. El actor estará encantado, puesto que el personaje es un 'caramelito' para un actor y él mismo ha reconocido en la revista Fotogramas que "es lo mejor que he hecho en mi carrera". 

Memento mori es la continuación de una constante

Una constate en Yon González, que puede presumir de éxito en cada trabajo que hace. Qué diferente su papel en Memento mori del de galán clásico en Gran Hotel, otra serie de éxito donde fue protagonista. Una transformación impactante, más aún viendo que el denominador común de sus papeles ha sido algo totalmente diferente. 

Sus trabajos en televisión se cuentan por éxitos: desde el menos lejano de lo que parece SMS, en 2006, donde interpretó a Andrés durante 187 episodios, pasando por la icónica El Internado en 2007; Gran Reserva en 2011, Gran Hotel ese mismo año; Bajo sospecha en 2015; Las chicas del cable en 2017; y Los herederos de la tierra en 2022. 

¿Y su paso por el cine?

Pues muy parecido al de la televisión. Parece tocado por una varita y le da igual drama que comedia, donde quizá ha cosechado mayor éxito, con títulos como Mentiras y gordas en 2009; Torrente 4 en 2011 o Perdiendo el norte en 2015. 

También ha participado en títulos como Rabia (2009); Transgression (2011); El club de los incomprendidos (2014); Matar el tiempo (2015); y Érase una vez en Euskadi (2021). 

Una trayectoria premiada

A sus 37 años, Yon González no solo ha triunfado casi con cada trabajo, sino que se le ha reconocido su labor con premios. Ha sido nominado al mejor actor de drama en el Festival de televisión de Montecarlo en 2009; ganador del premio al mejor actor revelación por la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York (ACE), por su papel en El internado (abril de 2010); ganador de los Fotogramas de Plata 2011 y 2016 al mejor actor de televisión; y ganador de los Premios Madrid Imagen (MIM Series) 2015 al mejor actor dramático de televisión por Bajo sospecha, emitida en Antena 3.

Su papel en Memento mori sin duda merece premios, en un cambio de registro brutal y demostrando su versatilidad, da igual la comedia que el thriller más impactante, tan alejado de sus papeles más icónicos hasta ahora, de primero ídolo juvenil y luego galán.